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Historias para San Valentín: tres experiencias que los jóvenes enamorados deben conocer

El amor no conoce de edades

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10:36 | Lima, feb. 14.

Por Luis M. Santa Cruz

Sobre el amor eterno se han escrito canciones, poemas y novelas, pero son pocas las parejas que ejercen este cariño hasta el final, a cabalidad, en teoría y práctica, más allá de las fotos felices para las redes sociales.Tres parejas longevas cuentan sus secretos a los tórtolos que recién se inauguran en las lides del amor. Sus consejos pueden permitir que el amor no se celebre solo el 14 de febrero, sino toda una vida.

En una época en la que las relaciones parecen durar menos y los problemas transcienden, personas que han compartido décadas de relación conyugal son como tesoros a los que hay que escuchar en fechas como hoy, día de San Valentín, el santo de los flechazos del amor.

Secretos y dificultades

A veces no es tan sencillo como tocar la puerta, en La Perla, Callao, y encontrarse con Rosalvina Llerena y Juan Chang bailando boleros del maestro Armando Manzanero.

Ella de 71 años, y él, de 77, han compartido medio siglo de vida en común. Una aventura que comenzó como el Romeo y Julieta de Shakespeare, un amor a escondidas de la familia.

“Nos conocimos en la fiesta de un familiar y nos enamoramos rapidito. Nos veíamos a escondidas porque su mamá no quería que estuviera conmigo, creo que odiaba a los que tenemos ojitos chinos”, cuenta Juan entre risas, abrazando a su esposa.

Un buen día, Rosalvina se fue “a comprar el pan” y regresó a los días, ya casada. Al principio, la locura de amor de este par trajo problemas en casa, complicaciones pasajeras que se terminaron convirtiendo en una hermosa familia conformada por cuatro hijos e infinidad de anécdotas.

“Hemos pasado por muchas cosas en estos 50 años. Recuerdo cuando nos mudamos a la casa que le otorgó la cooperativa portuaria a mi marido por sus años de trabajo, la sensación de un hogar para darle a mi familia. Recuerdo también la época de la crisis de los ochenta, hacer enormes colas con mis pequeños por azúcar y arroz, los coche bombas. Lo malo te une más como familia y, como pareja, te hace valorar la importancia de estar juntos en un país tan convulsionado como el nuestro”, reflexiona don Juan.

Pasando los 70 años, la pareja vive “una nueva juventud”: asisten a talleres diversos, como cocina y baile. Por San Valentín ya tienen planes para irse a comer y luego agitar el cuerpo en una fiesta.

“No creo que ese sea el secreto, pero en la pista de baile es donde más sentimos esa química y magia. Todas las parejas deben irse a bailar de vez en cuando y abrazar bien fuerte a su acompañante”.

Cambios y esperanza

Cuando tienes 65 y 69 años y caes en la cuenta de que has estado casado por 39 primaveras, más de la mitad de tu vida, la primera reacción puede ser de sorpresa. Pero Ana María Proaño y Jaime de los Ríos se matan de risa. Es otra pareja de larga duración, que vive en Miraflores. 



“Mi hermano nos presentó en 1977 y al año siguiente ya estábamos casados. Yo trabajaba en el Ministerio de Economía y ella era una universitaria todavía. Éramos jóvenes e impulsivos pero había y sobraba amor”, afirma Jaime.

Siempre en estos casos se habla de los buenos y malos momentos, pero pocas parejas profundizan en lo negativo, por miedo o vergüenza. Ellos, sin embargo, han asumido las dificultades del pasado como una marca de guerra que llevan con orgullo.

“Él no es perfecto, pero así lo quiero. Durante un tiempo era demasiado, digamos… ‘divertido’, ‘inquieto’. Estuvimos separados un par de años, pero él cambió por nuestros tres hijos y, sobre todo, por amor. Yo recuerdo eso más que sus defectos”, dice Ana.

Esto da pie a un consejo que quieren compartir con las parejas que hoy comienzan un romance y no saben que les deparará el mañana. Paciencia y esperanza son los ingredientes de su receta.

Hoy quieren convivir de frente, saltearse todas las responsabilidades y experiencias. Conozcan a su pareja, descubran las virtudes, mejoren los problemas… vayan juntos a misa”, sugieren.

Magia en los detalles

Blanca Aguilar y Luis Yong comparten muchas cosas. Por ejemplo: la misma edad, exactamente 66 años, y un matrimonio que cumple 38 años. Una historia que, al comienzo, fue digna de telenovela.



“Había un médico que me pretendía y era el jefe de mi Luchito. Él se enteró de que este doctor iba a ir a mi casa a pedirme matrimonio y se le adelantó, llegó en ese Volkswagen rojo que tanto recuerdo, me hizo subir y me dijo que yo sería la madre de sus hijos. Que lo eligiera a él. Yo ya lo había elegido hace rato y lo sigo eligiendo cada mañana que me levanto y lo veo a mi lado”, cuenta Blanca.

El señor Yong ejerció la medicina en el Hospital Loayza hasta inicios del 2000, pero junto con su esposa han creado monstruos de la gastronomía como la sanguchería El Chinito y el chifa San Joy Lao. Trabajar de la mano ha hecho que se reconozcan como amantes y se admiren como profesionales.

“Yo cocino y veo el lado administrativo, ella pone la calidez y la ternura en la atención al cliente, es la cara hermosa de este negocio”.

Él cita a Confucio como consecuencia del entorno oriental en el que creció, ella recalca los valores de su crianza arequipeña. Pero ambos llegan a un mismo punto: es una pareja cariñosa todavía y siempre lo será.

“Cuando vamos a comprar ropa, él me mira y me lanza piropos, me coquetea siempre. No se olvida de las flores y las palabras bonitas, como lo hacía cuando era mi novio, jovencito. Por eso lo quiero, porque sigue siendo el mismo chinito cachetón del que me enamoré hace casi 40 años”.

Estas parejas celebran el Día del Amor y la Amistad recordando que el tiempo es relativo; la fecha, irrelevante; y lo que sienten, estable. El cariño que se mantiene años, al fin y al cabo, no se recuerda solamente un 14 de febrero. 

(FIN) DOP/LIT


Publicado: 14/2/2017