Ximena Goicochea, médico que combate la covid-19 en primera línea, fue una de las primeras voluntarias para los ensayos clínicos de la vacuna china Sinopharm. Ella al igual que muchos de sus colegas, tenían inseguridades sobre cómo sería enfrentarse a algo nuevo y desconocido. Solo escuchaba los casos del virus por noticias exteriores, pero nunca imaginó el golpe tan duro que este tendría con su letal llegada al Perú.
Con la llegada de las vacunas, Ximena confiesa que al estar expuesta por su profesión, el proteger a su familia fue una de las razones por las que decidió ser parte del ensayo clínico. La frustración se apoderó de ella, al ver que todo seguía igual que en un principio por más esfuerzo que daba. Las dudas por inyectarse algo no comprobado la acechaban, pero cansada de tener temor, se arriesgó sin conocer si formaría parte del grupo de placebo o vacuna y sus efectos secundarios.
“Mi decisión de ser voluntaria fue algo más personal y no tan científico. Nosotros como médicos somos el único nexo entre el paciente y su familiar. Al trabajar en un hospital colapsado sin las condiciones adecuadas, debía alejarme de mi familia para cuidarlos y que no corrieran riesgos. Sumado a ello, sentía impotencia de saber que no era suficiente todo lo que hacía y estaba cansada de vivir con miedo, de ser contagiada y contagiar, además de ver el sufrimiento de mi paciente y su familia”, manifestó.
En la batalla
El inicio de la
campaña de vacunación al personal de salud alegra a Goicochea, el haber sido parte de la investigación le da motivos para seguir en la batalla y ayudar a más personas. Tanto para ella como para sus colegas, la fase 1 es un sentimiento de alivio tras meses de espera. La vacunación no solo significa la protección de la planta médica sino también la de sus mismos familiares, el ver que siempre hay una luz al final del camino.
La médico cuenta que se enteró de la inscripción de los ensayos por parte de su hermana. Al tener una decisión definitiva, se pudo registrar tras largas horas de espera debido a la gran cantidad de voluntarios. Ella formó parte del ensayo dado por Universidad Cayetano Heredia, siendo una de las primeras en ser seleccionada, recibiendo su primera dosis el día 25 de agosto del 2020.
Ximena revela que hace pocos días se enteró que fue grupo vacuna, pero siempre tuvo los mismos cuidados y los seguirá manteniendo. No presentó ningún efecto secundario grave, solo escalofríos y dolores pequeños. Por ahora, solo espera que lleguen más vacunas para que se continué con las fases de vacunación y la mayoría de la población pueda ser inmunizada contra la
covid-19.
La ansiada inmunización
“El saber que fui parte de la vacuna y sin efectos secundarios, me hace sentir bien, ya que era uno de los temores que tenía. La primera dosis no sentí nada y la segunda solo dolor en el área vacunada. El estar inmunizada es un alivio a medias, porque no solo basta con pocas personas vacunadas, se necesita más del 70% de la población. La idea es lograr la inmunidad por vacunas, más no por enfermedad”, añadió en el programa Modo Bicentenario transmitido por TV Perú.
Para finalizar, Goicochea afirma que existe cierto temor de la gente por vacunarse, pero recomienda que antes de juzgar, hay que recabar información y buscar evidencias para estar seguros con la vacunación. La decisión de la persona que no acepta vacunarse, no solo expone a él mismo sino también a otros. Más allá de pensar en el bien personal, debemos unirnos por el bien común, remarcó.
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(FIN) NJC/RES
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Publicado: 22/2/2021