Andina

Frustración y temor al fracaso son sentimientos que se forjan desde la niñez

ANDINA/Juan Carlos Chávez

ANDINA/Juan Carlos Chávez

19:02 | Lima, feb. 11 (ANDINA).

La frustración y el temor al fracaso, así como los sentimientos de culpa en los adolescentes que postulan a una universidad son consecuencia de la presión que ejercen sus padres sobre ellos desde la niñez, sostuvo hoy Eva Caballero Jiménez, psicóloga del hospital SISOL de San Martin de Porres.

“Las frustraciones o sentimientos de culpa en los adolescentes se producen porque desde pequeños los padres les han infundido temor o miedo, o la cultura del hijo ‘que todo lo puede’, de tal manera que cuando tienen que enfrentar situaciones como la de ingresar a la universidad y no tienen al lado a los padres o los profesores que los apoyen, no saben cómo hacerlo”, afirmó.

La especialista afirmó que ingresar a la universidad implica realizar un trabajo cognitivo y una disposición afectiva de preparación, que exige la presencia de ciertas condiciones en los individuos que acceden a ella y que no las cumplen, siendo uno de los principales el no saber utilizar horas efectivas para estudiar.

“Y al no ingresar a la universidad, esta situación se convierte en desengaño, fracaso o infortunio”, anotó.

Caballero Jiménez dijo que a esto se suma el hecho de que en el mercado existen muchas universidades que ilusionan a los adolescentes que aún estudian en el colegio y que en muchos casos ya son ingresantes.

“¿Qué clase de profesionales estamos formando si la currícula formativa de la educación escolar tampoco está bien?”, se preguntó.

La psicóloga indicó que si estas reacciones negativas no son identificadas y tratadas pueden producir miedos nuevos y repetitivos.

Asimismo, el adolescente puede presentar poca capacidad para controlar sus impulsos, enojos frecuentes acompañados de llanto, sufrir de pesadez, dolores de cabeza, así como dificultad para dormir, y en muchos casos poco o excesivo apetito.

La especialista recomendó a los padres de familia salir del mundo acelerado en el que viven, ya que el éxito no es malo, pero “si tenemos una opinión muy limitada de lo que significa les haremos un daño porque perderemos la capacidad de registrar las alertas corporales conductuales y emocionales que indican necesidad de parar”.

“Al perder este registro tendremos unos adolescentes colapsados, agotados y agobiados, por lo que es necesario ir con paciencia en la carrera que tenemos por delante”, enfatizó.

Caballero Jiménez agregó que una buena orientación vocacional es fundamental, con un seguimiento acertado y efectivo, por lo menos en sus tres últimos años de estudio escolar, y mejor si se realiza de manera personal y no grupal como se acostumbra.

En ese sentido, la psicóloga sugirió a los padres como tratamiento para los jóvenes que se sienten frustrados no mezclar el rendimiento con el amor que se les tiene, priorizar momentos de charla en la familia y fortalecer en los hijos las responsabilidades y derechos por lo que son y no por su rendimiento académico.

Finalmente, la especialista aconsejó a los adolescentes que al elegir una profesión lo hagan en un 70% por afecto a la carrera y en 30% por el beneficio económico que signifique ejercerla, dado que lo que escojan será para toda su vida.

“Para ello deben desterrar la idea de seguir la tradición profesional de la familia o escoger una carrera porque está de moda o solo porque da dinero”, anotó.
Adelantó que este tipo de casos será tratado próximamente en “SISOL Joven”, programa creado por el Sistema Metropolitano de la Solidaridad y que pronto será lanzado para brindar asistencia, consulta y consejería tanto a jóvenes y adolescentes de toda Lima.

(FIN) NDP/LZD


Publicado: 11/2/2013