Su destino era seguir en este mundo. Ellos tenían solo unos minutos de haber subido en Fiori al fatídico bus cuando el fuego comenzó a devorarlo, pero lograron sortear a la muerte escapando a tiempo.
"Íbamos viajando al norte y (ya dentro del carro) mi esposa me dijo que olía a gasolina y un señor que estaba cerca también dijo lo mismo; entonces se bajó a avisarle al chofer pero este lo ignoro. No pasa nada, le dijo el conductor y se bajó y cerró la puerta. Allí nomás el señor regresó y de atrás comenzaron a gritar", relató.
Contó que el carro se llenó de humo casi al instante, entonces él se paró de su asiento y la gente que salía desesperada lo arrastró.
A Rosa Anaya fue su esposo quien prácticamente le salvó la vida al jalarla para que baje. Como producto de la desesperación cayó rodando las escaleras del bus y fue a parar a la puerta.
La mujer contó que cuando se encontraban dentro de bus vio que una persona entró al baño y roció algo en el piso y que ella pensó que era un deodorizante.
"No entiendo por qué olía a gasolina si se sabe que el bus funciona con petróleo", anotó.
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(FIN) ART
Publicado: 1/4/2019