Andina

Experto afirma que formalidad laboral es herramienta para reducir niveles de pobreza

10:50 | Lima, set. 16 (ANDINA).

La formalidad laboral es una herramienta clave a la hora de diseñar estrategias para erradicar la pobreza. Sobre todo si conlleva a la generación de empleo adecuado, en el marco de políticas estatales orientadas a mejorar la productividad de la mano de obra y a disminuir los costos no salariales.

En los hechos, empleo adecuado implica no solo un trabajo por el cual una persona recibe una remuneración aceptable en función de la canasta básica sino, principalmente, derechos: jornada laboral justa, seguro de salud, acceso a fondo de pensiones, vacaciones, clima laboral apropiado.

La Encuesta Nacional de Hogares de 2008 revela que buena parte de los empleos formales en nuestro medio son adecuados, expresa el catedrático Juan Francisco Castro, integrante del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.

Por consiguiente, estar dentro de la formalidad otorga cierta garantía de tener un empleo digno. “En la medida en que la formalidad esté acompañada de un empleo adecuado, ésta puede convertirse en un mecanismo para superar la pobreza”, explica el investigador.

Causas de la informalidad

En el intento por llegar a la formalidad, es necesario evaluar las causas de la informalidad imperante. Castro identifica dos de la mayor importancia: la baja productividad de la mano de obra y los costos elevados para la formalización.

Aunque suene contradictorio, hoy por hoy la formalidad laboral no es rentable ni para el trabajador ni para las empresas, advierte. Por ello, hay que atacar dos frentes: aumentar la productividad de la mano de obra, y disminuir los costos no salariales, que tienen que ver con todos los costos para ser formal.

En el primer frente entran a tallar tanto la educación básica, con serias deficiencias de calidad, como la educación superior, cuyo principal problema es el acceso restringido.

Esfuerzos de capacitación

Más allá de la reforma educativa emprendida en el país, Juan Francisco Castro recomienda ejecutar políticas más activas en el mercado laboral, vinculadas con la capacitación.

Este esfuerzo debería reconocer experiencias exitosas como Projoven –en el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo– que aumentan la productividad de la mano de obra con capacitación y posibilitan, a los capacitados, el acceso a un empleo formal mejor remunerado.

“Por ese lado hay que seguir trabajando; ya hay propuestas para integrar esos programas de capacitación en una sola intervención pública”, subraya.

Reflexiones

Es necesario contrarrestar los altos costos no salariales para acceder a la formalidad laboral, opina el profesor Castro. “Ahí el tema político es fuerte, es muy complicado lanzar reformas por ese lado, aunque la Ley Mype ha sido un paso importantísimo.”

Esta norma ayudará a que las micro y pequeñas empresas accedan de modo progresivo a la formalidad, considerando que, si su productividad crece, todos sus trabajadores podrán tener también mayores beneficios, explica el investigador.

“Pero eso puede complementarse con la reducción del costo del despido. Una manera rápida de reducirlo es fijar una indemnización de un sueldo por año trabajado, hasta doce sueldos; en lugar de un sueldo y medio, como ocurre en la actualidad.”

Otra manera, asevera, es trabajar con salarios mixtos diferenciados por número de trabajadores e incluso con un salario diferenciado por regiones, en función de que el costo de vida es distinto en cada zona del país.

(FIN) DOP


Publicado: 16/9/2009