No existen estudios científicos que sostengan la posibilidad de revertir la conducta homosexual y quienes piensen lo contrario lo hacen basados en prejuicios, ideas irracionales, además del dolor y la rabia de no aceptar a las personas como son.
“
De ninguna manera se trata de una enfermedad y eso se ha definido desde hace mucho tiempo.
La Asociación Psiquiátrica Americana retiró el término de homosexualidad dentro de los criterios diagnósticos. La homosexualidad
no se considera una enfermedad. Tal vez, simplificando, podemos decir, que es una manera de ser, pero no es una enfermedad”.
Durante una entrevista en el programa Saludable Mente de Andina Canal Online detalló que existen incluso estudios sobre gemelos criados en diferentes ambientes donde se reportó que si uno era homosexual, el otro casi -con seguridad- también lo era.
No se escoge
“Si vamos a pensar que es el ambiente el que ha creado esta conducta entonces, ¿cómo se explica esto? Desde edades muy tempranas, como los tres años, algunos niños tienen fantasías con varoncitos, lo que nos indica que no es un tema tan simple. Tiene relación con diversos factores: biológicos, genéticos y obviamente psicológicos y ambientales”.
El destacado psiquiatra dijo que el problema se inicia cuando se parte de ideas equivocadas, como pensar que se trata de una elección.
“Entonces viene la lucha, el rechazo, la amenaza, a lo mejor el chantaje o soborno con la idea de que el hijo o la hija se ha vuelto homosexual porque le ha dado la gana, como si eso se escogiera. Y por eso mucha gente habla de preferencias y, bajo ese supuesto, algunos padres piensan que les pueden reclamar o castigar y no es así”.
Refirió haber sido testigo de dolorosas confesiones de sus pacientes homosexuales que sufren “atrozmente porque su entorno sufre, porque el padre no los puede ver o sus amigos los rechazan”.
Este tipo de respuestas, dijo, solo los condenará al
ostracismo, la depresión y el posible suicidio.
“Lo terrible es cuando a esta conducta se le pone el rótulo de perversión, anormalidad, degeneración, que son estigmatizantes. Esto viene desde épocas bíblicas y la pregunta es ¿qué habrán sabido aquellas personas sobre el tema?”.
No hay marcha atrás
Para el experto, es erróneo pensar que las personas homosexuales dejarán de serlo con un tratamiento a nivel conductual o colocándole shocks eléctricos. “La experiencia ha demostrado que no es así”.
Advirtió que insistir en esta postura solo trae infelicidad en estas personas.
“Muchos padres obran con la idea de que les están haciendo un favor, pero eso no funcionará nunca.
El homosexual no es un enfermo. Hay personas muy ilustres que fueron homosexuales como Carlo Magno, entre otros. Es una conducta que se da en otras especies. No es algo solo entre humanos.
Es parte de la naturaleza”.
Mattos dijo que numerosos padres anteponen sus sentimientos de rabia o dolor ante la revelación de sus hijos, porque no se cumplirán sus sueños de verlos casados o con hijos.
“Se mezclan aspectos culturales, de prejuicio, de modo que la parte lógica, racional, científica no es la que prima, sino los sentimientos y no se respeta la autonomía y el derecho de las personas a ser como son”.
Para el especialista, es esencial tener presente que
las personas homosexuales merecen respeto y que imponer
“tratamientos” para revertir su conducta puede considerarse hasta un método de tortura y sufrimiento.
“Se necesita mucha madurez emocional y valor para enfrentar esas cosas (agresiones constantes). Hay una gama de posibilidades de conducta, el desafío es mantener nuestra mente abierta para aceptar al prójimo como es y las diferencias como diferencias, no como anormalidades, perversiones y menos pecado”, subrayó.
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(FIN) KGR/ART
Publicado: 4/9/2018