El descenso del pH de los océanos, conocido también como acidificación, constituye un riesgo para la supervivencia de las especies marinas, se conoció hoy.
Por eso, un equipo internacional decidió investigar el precio de ese proceso causado por la absorción de dióxido de carbono (CO2) atmosférico.
Para ello, analizaron en Ischia, Italia, las algas coralinas concentradas en los respiraderos submarinos volcánicos, conductos donde el agua sobrecalentada brota del fondo del mar.
A propósito de ello, consideraron que con la liberación del CO2 se aprecia una transformación en los niveles de acidez del agua cercana, señala un artículo divulgado en Proceedings of the Royal Society B.
Esa realidad, les permitió, con el uso de técnicas de espectroscopia, vaticinar qué pasará con las algas coralinas dentro de unos 300 años. Como resultado, descubrieron que dentro de 100 años, a pesar de la acidez del agua, esas plantas acuáticas iban a tener un tamaño parecido a las de la actualidad. Pero, 200 años más, iban a ser mucho más pequeñas.
O sea, que hoy estas especies están creando mecanismos de supervivencia, apuntaron los científicos de las universidades de Glasgow, Reino Unido; California, en Santa Cruz, y Stanford, EE.UU., y la Estación Zoológica Anton Dohrn, Italia.
Sin embargo, esto no tendrá igual comportamiento a largo plazo, porque al recrudecerse el cambio climático, los océanos serán cada vez más ácidos, estimaron.
Al decir del líder del estudio, Nick Kamenos, de la Escuela de Ciencias Geográficas y de la Tierra de la Universidad de Glasgow, sería un error suponer que los mecanismos de supervivencia observados son una defensa a largo plazo contra la acidificación.
Dentro de 300 años las algas serán mucho menos propensas a sobrevivir, y las que subsistan tendrán un esqueleto disparejo, lo que podría incidir negativamente en su fortaleza para resistir, advirtió.
(FIN) PL/ INT