Muchas veces escuchamos frases como ´los hombres no lloran´, ´que tu mamá te sirva la comida´, o ´ese trabajo es para hombres´ que solo refuerzan una conducta machista e incentivan la desigualdad entre ambos sexos. Pero, ¿es posible dejar atrás estas creencias y actitudes tan arraigadas en nuestra sociedad? En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, conversamos con un especialista al respecto.
De acuerdo con Omar Lazo Bazán, especialista de la intervención “Hombres por la Igualdad” del Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ((MIMP) los mensajes machistas se transmiten desde que nacemos y en todos los niveles de nuestra sociedad a tal punto que no se cuestiona dichos discursos.
“Estos mensajes machistas los encontramos en las familias, el barrio, la escuela el trabajo, la televisión, es decir, somos bombardeados en diferentes niveles, de tal forma, que lo hemos normalizado y ya no lo cuestionamos”, precisó al programa Saludable Mente de Andina canal on line.
El experto dijo que el machismo no necesariamente está asociado a comportamientos agresivos o de violencia familiar, sino también a actitudes muy sutiles como el controlar a la pareja, revisarle el celular o acompañarla a todos lados lo que puede confundirse como un acto de amor y preocupación hacia ella, cuando realmente tiene otro trasfondo.
Mensajes equivocados
Los mensajes machistas, agregó, por lo general venden la idea de que el hombre debe tener muchas mujeres, ser adinerado, líder, no mostrar sus sentimientos y dejar que la mujer se encargue de todas las actividades del hogar lo que conlleva a ser insensible con la esposa y los hijos.
Sin embargo, señaló, este comportamiento de la persona machista en el fondo solo genera infelicidad, resentimiento, soledad y distanciamiento con la familia.
¿Cómo cambiar el pensamiento machista?
Modificar el pensamiento machista, indicó, no es fácil, porque son muchos años en que la persona ha crecido con la idea de que el hombre es la autoridad en el hogar, pero, así como se aprende diferentes conductas también es posible desaprenderlas.
El primer paso, manifestó es que el hombre machista identifique y cuestione este tipo de creencias que generan malestar en el entorno social y familiar en el que se desempeña para luego atreverse a romper con estos esquemas procurando ser una persona más colaborativa en casa y de acciones democráticas.
“Cuando el hombre empieza a cuestionar estos roles tradicionales es una buena noticia porque indica que esta persona está en capacidad de elegir qué tipo de ser humano quiere ser, si continuar siendo un machista o ser todo lo contrario, un hombre capaz de participar de los quehaceres del hogar, aceptar la opinión de la esposa y de los hijos, así le digan saco largo, porque lo importante es el bienestar propio y el de la familia”, enfatizó.
La edad tampoco es un impedimento para asumir nuevas conductas, acotó, porque existen personas adultas mayores que han logrado comprender que el discurso machista que asumieron por tanto tiempo no les trajo ningún beneficio sino todo lo contrario, los convirtió en personas dependientes incapaces de realizar tareas tan elementales como el barrer o limpiar la casa.
Lazo recordó que todos los hombres que se encuentren dispuesto a cambiar aquellas creencias y actitudes que naturalizan, justifican, perpetúan y reproducen la violencia hacia la mujer y los integrantes del grupo familiar y que necesiten consejería o asesoramiento psicológico para lograrlo pueden ingresar a la página web de la intervención preventiva
“Hombres por la Igualdad” del Programa Nacional Aurora del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables donde tendrán toda la información respectiva.