11:17 | Lima, dic. 19 (ANDINA).
Por Rosa GalvánQuienes aún no han decidido qué juguete regalar en esta Navidad tienen, en la Feria de los Deseos, una variedad de productos artesanales andinos que no corren el riesgo de ser tóxicos (son ecológicos), duran y están al alcance de todos los bolsillos.
“En esta Navidad hemos querido que prevalezcan los juguetes artesanales de nuestro Ande como una forma de transmitir nuestra cultura; los que usted ve aquí son los mejores juguetes que se regala a los niños de las zonas altoandinas”, explica Lidia Cortéz Ñaca, promotora de este emporio de verdaderas obras hechas a mano.
En la feria, ubicada en la avenida Central del Campo de Marte, en Jesús María, el público puede apreciar desde ayer –y hasta el 10 de enero– atractivos artículos para niñas y niños de todas las edades.
Así, se ve a las muñecas andinas hechas de tela de algodón y seda, adornadas según la indumentaria de la región. Otras, de material plástico, han sido adaptadas para presentar los rasgos peruanos. “Son muñecas que educan porque cada una de ellas muestran sus diferentes ropajes”, precisa.
A los juguetes que exhiben más de 200 artesanos de Ayacucho, Cusco, Puno, Piura, Cajamarca, Huancayo, Arequipa, Huancavelica, Apurímac y otros, Cortez Ñaca le agrega un ingrediente importante: “La mayoría de juguetes demanda un esfuerzo de parte del niño o la niña, los obliga a estar activos, en movimiento.”
Con mucha sabiduría argumenta que los niños, sea cualquiera su edad, deben estar en movimiento. “Con estos artículos artesanales andinos los niños juegan y, a la vez, hacen ejercicio.”
Los artesanos no le han puesto nombre a las muñecas para identificarlas comercialmente, pero como suelen hacerlo las grandes importadoras, cada una tiene sus propias particularidades.
Una de ellas, a la que podríamos llamar “muñequita puneña”, lleva dos pañales, un juego de ropa y un aguayo (manta), para que la niña pueda cargarla a la espalda como lo hacen las mujeres campesinas.
Colección
Llaman la atención de las niñas también los equipos y utensilios de cocina: una variada vajilla hecha de barro y cocinas rústicas, desde las conocidas como de fogón hasta las mejoradas, esta última impulsada por el Gobierno, a través de las regiones, para que las familias de extrema pobreza mejoren las condiciones de salud de su familia y los niveles de nutrición de sus hijos.
“Acá no va una ollita, por ese hueco va un tubo que hace que el humo no se quede en la casa y se bote a la calle”, explica María (9), hija de uno de los artesanos.
Los varoncitos, por su parte, pueden elegir una variedad de vehículos hechos de madera, como los camioncitos que permiten un juego más socializador. Mientras unos suben para ser paseados, otros deben empujar, o ambos lanzarse a una competencia. Los más pequeñitos pueden jalar el carro y también competir.
Asimismo hay otros artículos para regalo como guitarras adaptadas para la edad de los niños, tambores, marionetas y otros juegos de madera que a más de un padre o madre de familia le hará recordar su niñez.
Generación en generación
Uno de los expositores de esta feria es don Máximo Zegarra Soto, natural de Huancayo. Cuenta que a los 12 años aprendió a ganarse la vida haciendo muñecas. Los vecinos, que lo criaron a la muerte de sus padres, se dedicaban a la confección de este juguete.
“Eran muñecas muy sencillas, hechas con retazos que sobraban; ya adolescente mejoré su confección con mejores telas y acabados; nos piden en Lima y en el extranjero.”
Cada muñeca, sin embargo, solo es parecida: “Tienen algunos detalles que las diferencia porque están hechas a mano y con mucha creatividad.”
Hoy, si bien solo uno de sus hijos trabaja con ellos, “los otros cuatro también laboran con sus familias haciendo muñecas y estudiando para superarse en la vida”, responde con orgullo.
En casa de Máximo fabrican hasta cinco docenas de muñecas semanales, pero elaboran también alfombras y peluches de lana de oveja, alpaca o conejo.
(FIN) DOP
Publicado: 19/12/2010