Raúl Enrique Alfaro Alvarado es oficial de la policía, investigador criminal y jefe de la división de Delitos de Alta Tecnología de la Policía Nacional. El mes pasado, con su equipo, capturó a más de treinta integrantes peruanos de una red internacional de pornografía infantil que actuaba por internet en cuatro continentes. Fue un hecho sin precedentes en el Perú.
De niño le apasionaba jugar a las escondidas. Los huertos, los callejones sin salida, las partes altas de las casas en San Pedro de Lloc, en Trujillo, fueron los lugares que escogía Raúl Enrique para ganar ese desafío lúdico de desaparecer y no ser encontrado. Hacía realidad ese reto porque tenía el cuidado de observar qué zonas podían ser sus escondites perfectos. Esa capacidad de análisis la usaría años después como oficial de la Policía Nacional para luchar contra la delincuencia y el crimen.
El coronel Alfaro Alvarado es jefe de la División de Investigación de Delitos informáticos, una instancia de la Policía Nacional del Perú que enfrenta a los que usan la tecnología, información y comunicación para delinquir.
Los delitos contra el patrimonio y la fe pública los cometen los que acceden ilegalmente a bases de datos y usan técnicas de ingeniería para conocer información reservada, como claves secretas, números de tarjetas de crédito o redactan correos electrónicos maliciosos con virus para capturar información de la víctima y transferirla a otras cuentas.
En estos momentos lidera un grupo de agentes expertos que trabaja con entrega las 24 horas. Los delitos cibernéticos son los más difíciles de resolver, pues el delincuente no tiene rostro, puede falsear los datos de su identidad y cambiarla cuando quiera.
“Es más complicado solucionar el delito informático porque no se puede identificar al autor. En el ciberespacio, la persona encubre su identidad con diferentes nombres, fotos e IP. La denuncia más frecuente es por fraude informático en la modalidad de transferencia”, comenta.
“En el ciberespacio tenemos que enfrentar tanto o más peligros que en el mundo real”, sentencia.
Este año, la división le dio un duro golpe a dos organizaciones criminales que tenían en internet la mejor herramienta para cometer sus fechorías. En marzo, Los Ilutions fueron detenidos por fraude informático en la modalidad de cardin, pues simulaban ser un call center para obtener información de tarjetas de créditos y usar la línea financiera para fines personales.
En julio, intervinieron una red internacional de pornografía infantil, Little Prince, que afectó a 30 países de cuatro continentes. Uno de ellos, el Perú, tenía 35 usuarios activos, de los 252 que detectaron. “Operación Destierro” se llamó el megaoperativo, el primero de esa naturaleza en el país.
Policía por siempre
Quique, como le dicen en su familia, siempre sintió el llamado de la institución policial. Esa vocación de héroe anónimo le sirvió para aceptar en 1982 la orden de ir a la zona de emergencia de Cachicadán, en Santiago de Chuco, en la sierra de La Libertad, controlada por Sendero Luminoso (SL). Fue con 15 agentes que tenían la orden enfrentarse a una columna de terroristas.
Su capacidad para observar y analizar lugares estratégicos durante sus juegos de niño le sirvió para diseñar un plan aquella vez. Minaron el terreno, extremaron medidas de seguridad, pues inteligencia sabía que SL atacaría de todas maneras. Llegó el “Día D”. Esa noche los jóvenes policías repelieron los ataques y los terrucos nunca llegaron al puesto.
“Nos contaron que los terroristas, la noche anterior, habían consultado las hojas de coca con un chamán. El hombre les advirtió que nuestro puesto estaba protegido por una energía que iba a actuar en contra de ellos. Para mí, fue Dios. Ese día no pasó nada. Al mes nos rotaron y regresamos. Al grupo siguiente sí lo atacaron”, recuerda.
Para el coronel, la gente tiene que saber que cuando usa internet, hay peligro, y que él está al servicio del país para defenderlo de los ciberataques.
Hoja de vida
En 1985 ingresó a la Escuela de Oficiales de la Policía de Investigaciones en primer lugar.
En Cuarto Año fue brigadier general (1988).
Fue Placa de Honor N° 1 de su promoción.
Tiene estudios de Derecho terminados en la PUCP (2012).
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