07:16 | Sete Lagoas, jun. 20.
Como los más grandes del fútbol, Luis Suárez aúna un talento descomunal con una fuerte personalidad que lo hacen superar sus peores momentos y "renacer de sus cenizas", como lo demostró el jueves con un doblete en el crucial partido ante Inglaterra (2-1).
"Luis Suárez es un genio, lo he dicho muchas veces, es un jugador maravilloso", había afirmado sobre él antes del partido el inglés Steven Gerrard, su compañero en el Liverpool y "víctima" en Sao Paulo.
El "Pistolero" más rápido del fútbol uruguayo, que reaparecía ante los ingleses tras su operación en los meniscos del pasado mes, es uno de esos jugadores a los que es grato tener en tu equipo, pero que resultan temibles si figuran en el contrario.
Su fuerte temperamento, explosivo, demasiado latino para algunos en las Islas Británicas, ha hecho que sea un ídolo para la hinchada del Liverpool, por su alto grado de compromiso; pero ha generado una legión de detractores en los últimos años, que lo ha acusado de racismo, de juego violento y de conductas antideportivas.
Pero los problemas de Suárez debido a su personalidad no comenzaron con su llegada al Liverpool, a principios del 2011, sino que lo han acompañado desde los inicios de su carrera, seguidos de los elogios por sus excepcionales cualidades.
Tras destacar en el Nacional de su país y un breve paso en el 2006-2007 por el Groningen, en el que le fue muy mal por su desconocimiento del idioma, recaló en su primer gran club europeo en el 2007, cuando pasó a la disciplina del Ajax holandés.
Tenía apenas 20 años, pero desde el principio quiso dejar claro que no se iba a amilanar ante nada ni ante nadie. Tres meses después de su llegada fue brevemente suspendido por el club de Ámsterdam, tras un altercado con un compañero durante el descanso de un partido.
Pero en Holanda su principal problema fue una sanción de siete partidos en noviembre del 2010, poco antes de dejar el Ajax, tras haber mordido al jugador del PSV Eindhoven Otman Bakal.
Años convulsos
En enero del 2011 firmó por el Liverpool en el mercado de invierno y desde entonces viste la camiseta "Red".
Deportivamente ha vivido en esta campaña 2013-2014 su mejor año en Anfield, con el subcampeonato en la Premier League, sólo dos puntos por detrás del campeón Manchester City, y con el título de máximo goleador, con 31 dianas. Recibió además el galardón de mejor jugador de la temporada inglesa.
Pero esa fuerza de la naturaleza que le hace enfrentarse y salir victorioso ante los fornidos defensas rivales de la exigente liga inglesa es la que también le ha provocado problemas, en partidos que ha disputado a 1,000 revoluciones.
Fue acusado de racismo por llamar "negro" al francés Patrice Evra (Manchester United) en octubre del 2011 y fue castigado con ocho partidos y 60,000 dólares de multa.
Suárez siempre negó intención racista en sus palabras y en su reencuentro sobre el campo con Evra rechazó darle la mano, lo que provocó otra oleada de indignación en la prensa inglesa, que no le perdona ningún mal gesto.
En diciembre del 2011 se ganó un partido de castigo por un gesto despreciativo a la hinchada del Fulham y hace un año fue muy criticado por morder al serbio del Chelsea Branislav Ivanovic, lo que le costó otra larga suspensión.
"Es un buen chico. Tiene un carácter fuerte, pero ante todo es un gran futbolista", lo defendió en los últimos meses su técnico en el Liverpool, Brendan Rogers.
En Uruguay es, por encima de todo, el héroe de la actual selección, el jugador capaz de recuperarse en tiempo récord de una operación de meniscos en una de las rodillas para estar en el mundial.
Todo ello para reaparecer y, con un doblete, devolver la ilusión y la confianza a una selección que ahora sí ve posible sobrevivir al llamado "Grupo de la Muerte", con su gran estrella recuperada para la causa.
(FIN) AFP/RES
GRM
Publicado: 20/6/2014