09:43 | Trujillo, jun. 9.
Nuevos estudios de arqueólogos peruanos realizados en la muralla chimú La Cumbre, que une los cerros Cabra y Campana, en la provincia de Trujillo, región La Libertad, confirman que dicha infraestructura fue construida exclusivamente para proteger a la capital del reino del Chimor de los embates de los Fenómenos El Niño durante aquellas épocas.
Gabriel Prieto Burméster, director del Proyecto Arqueológico Huanchaco (Pahuan) y responsable de dicha investigación, reveló a la Agencia Andina que las excavaciones se realizaron entre el 17 y 21 de octubre del 2021 en el lado de la muralla ubicada hacia la zona oeste de la carretera Panamericana Norte.
“Se realizaron tres unidades de excavación, pero es en el área denominada 32-B donde encontramos que en el lado este del muro hay una acumulación de casi dos metros de sedimentos con intersticios de arena, es decir, que tenemos una capa gruesa de barro con piedra y luego arena, seguidamente otra capa gruesa de barro con piedra y arena, y así hemos detectado como 12 eventos iguales; pero lo interesante es que del otro lado solo hay arena acumulada y piedra”, indicó.
Sin embargo, el arqueólogo y profesor asistente del Departamento de Antropología de la Universidad de Florida mencionó que necesitaban realizar pruebas de radiocarbono para determinar las fechas de las muestras, pues había la posibilidad de que se tratara de sedimentos asociados a eventos del Fenómeno El Niño recientes.
Pero fue recién a inicios de este año que obtuvo los permisos por parte del Ministerio de Cultura para
aplicar pruebas de radiocarbono a una de las muestras, y grande fue su sorpresa al saber que las
raíces que estaban incrustadas en el sedimento eran del año 1400 y 1450 de nuestra época, una fecha que
coincide con el sacrificio de niños y llamas que Prieto y su equipo encontró y documentó en el 2011, en el sector Huanchaquito, y que también está
asociado al Fenómeno El Niño.
“Por muchos años se pensó que ese muro servía para proteger a Chan Chan ante la entrada inminente de los incas, pero una investigación de los arqueólogos peruanos Víctor Piminchumo y César Gálvez plantearon que la utilidad de dicho muro era otra: proteger a la ciudad del Fenómeno El Niño, pues cubre quebradas importantes como son la de Río Seco y El León, y estos resultados confirman dicha teoría que fue publicada en el 2003”, refirió.
Diseño de la muralla
En diálogo con la Agencia Andina, Prieto detalló que “La Cumbre” es un muro de contención de piedra, que en medio tiene una mezcla de hormigón con barro, pero es tan compacto que parece cemento; tiene una extensión de 9.85 kilómetros, 2.5 metros de alto, 3 metros en la base y 1 metro en la parte alta.
Asimismo, la muralla es inclinada por del lado oeste y por el este, donde choca el agua o el cauce de la quebrada, es plana para darle firmeza y aguante, lo que en ingeniería se llama resistencia de golpe.
“Hoy tenemos la certeza a ciencia cierta que los chimú usaron los elementos de la naturaleza para construir este muro y que fue diseñado exclusivamente para contener estos fenómenos naturales. No tenemos fecha de la construcción del muro, pero creemos que se habría iniciado luego del meganiño del año 1100 después de Cristo, 300 años antes del sacrificio de niños y llamas en Huanchaquito”, acotó.
El investigador nativo de Huanchaco resaltó los conocimientos avanzados de ingeniería de los chimú que los llevó a construir este tipo de infraestructura que por lo menos tiene 800 años en pie, situación que no ocurre con las actuales obras que se ejecutan en el norte del país para protegernos de los eventos naturales causados por el Fenómeno El Niño.
“Desde la época colonial no nos hemos preocupado por la dinámica geológica de los valles donde vivimos y eso ha generado desconocimiento que ha aumentado con el tiempo. Entonces no solamente es la desidia, indiferencia, el racismo contra la tecnología prehispánica, sino la desidia de no tener los elementos básicos; no hemos querido usar o no hemos querido tener un plano topográfico de la ciudad de Trujillo”, sostuvo.
¿Qué protegía la muralla?
La muralla se encuentra ubicada a alrededor de 10 kilómetros de lo que queda en pie de lo que hoy conocemos como la ciudad de Chan Chan, una distancia bastante sugestiva y poco práctica en términos defensivos, por lo que Gabriel Prieto piensa que el objetivo era proteger las 3,300 hectáreas de cultivo que existían en las conocidas pampas de Huanchaco, El Milagro y La Esperanza.
Otro detalle interesante que menciona el director de Pahuan es que los chimús aprovecharon los sedimentos ricos en minerales para fertilizar las tierras, algo que actualmente parece que ya no se practica.
“En el Perú creemos muchas veces que las sociedades prehispánicas han sido perfectas y nunca sufrieron los embates del Fenómeno El Niño, pero yo me atrevería a sugerir que es un proceso de aprendizaje y que durante cientos de años han aprendido a contener sus efectos, y prueba de ello es la construcción de esta muralla en las quebradas para evitar justamente que el agua afecte sus zonas de cultivo”, agregó.
Gabriel Prieto ahora espera poder conseguir la autorización para el fechado de más muestras de sedimentos, sobre todo los más antiguos y posteriores y determinar si hubo una secuencia de Fenómenos El Niño durante aquella época en dicha muralla chimú.
Los antecedentes de construcción de murallas para contener efectos de fenómenos naturales retroceden al periodo inicial, en el 1100 antes de Cristo, y fueron encontradas en el valle de Lurín, Lima, en excavaciones realizadas por el arqueólogo estadounidense Richard Burger.
Estas son algunas de las conclusiones que Gabriel Prieto postula en un artículo que publicará en las próximas semanas en una revista científica importante en Chile, y que aportará mayores detalles de cómo las antiguas sociedades peruanas como los Chimú le hicieron frente a un fenómeno que cada vez golpea a la costa del Pacífico con más frecuencia.
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(FIN) LPZ/MAO
Publicado: 9/6/2023