08:22 | Lima, feb. 25 (ANDINA).
"El teatro sigue siendo para mí algo adictivo aunque por falta de tiempo no lo he sistematizado de manera académica", afirma Eduardo Adrianzén en un alto en la búsqueda del punto final para el guión de la teleserie de época La Perricholi.
Lleva a cuestas sus 26 años como escritor, dramaturgo y guionista de televisión. La Perricholi pronto estrenará en la caja boba, pero nos interesa hablar de su obra dramática. Y Eduardo advierte que es "un pragmático del teatro": "No pretendo pontificar nada, y en teoría teatral cualquier egresado de la Ensad o la TUC me da vueltas".
Ahora está en las tablas Sangre como flores. En la puesta, Franklin Dávalos presta su voz y cuerpo a Federico García Lorca, poeta comprometido con su pluma y su tiempo, allá por 1936, pero vive una relación difícil con su madre Vicenta –interpretada por Sofía Rocha– y tiene también una pasión no correspondida.
Para sentarse a ficcionar con bases, Adrianzén releyó toda la obra del poeta granadino, además de investigaciones y biografías, entre ellas los trabajos del irlandés Ian Gibson. "En realidad –dice Adrianzén– lo que uno tiene en la cabeza busca aquello que le sirve para contar la historia, no funciona al revés; no es una tesis o un trabajo académico".
Luego se sentó de febrero a setiembre del año pasado a escribir Sangre como flores. Y el último día del mes de la primavera se la entregó a Alberto Ísola (director y coproductor de la puesta). "Lo que escribo para teatro es una cosa rara. Funciona así, siempre tiene fecha de estreno, tiene sala, es mi lado productor, no me gusta escribir para ver qué pasará", comenta el dramaturgo.
Nudos de la Sangre
Dice que ha trabajado un tema "bastante especulativo" de García Lorca, la relación con su madre, un punto del cual se conoce poco. En realidad, Adrianzén iba tras una pregunta mayor, ¿por qué este tipo escribe como escribe?, ¿por qué todo lo que escribe García Lorca es tan teñido de sexo, de eros, como ningún otro en lengua castellana?
-Entonces uno encuentra en su vida unas pasiones desaforadas, una vida bastante "movida" y me interesaba ese lado y si su obra fue así es porque en su vida hubo amores tormentosos, importantes para entender su obra.
Siempre la coyuntura
Algunas de las obras de Adrianzén siempre se han topado con la coyuntura política o social del país. Sangre como flores explora también cómo "las fuerzas oscuras impiden las libertades desaforadas". Y García Lorca fue una víctima de la dictadura franquista. "Me interesaba ver cómo uno no puede sentirse seguro e impune cuando rondan las sotanas y las botas y todas las cosas horribles que aparecen".
El año pasado, el dramaturgo presentó 17 Camellos, una obra que más quiere de su larga producción porque habla del trauma de la Guerra del Pacífico. La puesta tuvo bastante éxito entre el público porque se volvió una manera para reflexionar sobre ese capítulo de nuestra historia que tanto nos marcó. "Parece que si no eres light aquí, alguien se siente ofendido y es increíble. En otros países a nadie se le ocurriría ni pestañar".
(FIN) JVV/RES
Publicado: 25/2/2011