Cuando se habla de un can representativo de nuestro país, es casi inevitable pensar en el perro sin pelo peruano. Pero al recorrer museos y ver cerámicas dedicadas a estos animales, es frecuente ver otras razas que también poblaron este territorio antes de la llegada de la cultura occidental.
Enrique Angulo, veterinario que ha apoyado diversas excavaciones arqueológicas y estudiado restos prehispánicos de animales, indicó que la variedad era más extensa.
De acuerdo a la información que maneja, los antiguos peruanos al menos domesticaron otras variantes distintas al emblemático perro sin pelo.
Algunas ya están extintas o muy mezcladas con otras razas como para reconocer sus características en los canes actuales. Son los casos de los perros Moche y Nazca.
Sin embargo, hay dos tipos de canes prehispánicos que aún dejan sentir su impronta en varios ejemplares y que son distintos que el perro sin pelo peruano.
Canción animal
Hace algunas décadas se hizo un trabajo de rescate del perro sin pelo. Una labor que hizo que este tipo de animal, de ser un merodeador de mercados y callejero, se convirtiera en una reconocida y cotizada raza.
Angulo explicó que dos razas precolombinas podrían seguir esa suerte si se invierten en ella dinero, tiempo y dedicación. Estas son las del perro pastor de Chiribaya y el perro de los Andes.
El primero, también conocido como pastor peruano, ha sido ampliamente estudiado y difundido por la arqueóloga y exministra Sonia Guillén y debe su nombre a la zona de Moquegua, donde se ha encontrado un gran número de ejemplares en contextos funerarios prehispánicos.
En Chiribaya, los restos desenterrados y la población de sus descendientes son de tamaño relativamente pequeño y de pelaje amarillo.
No obstante, hay varios ejemplares de este animal en casi toda la costa nacional. Son los que se les llama por error perros chuscos.
La otra raza es el perro de los Andes, compañero de la población de la sierra. Son de mayor tamaño, oscuros con manchas.
Angulo explicó que es posible rescatar a ambas razas. Para ello se necesita determinar las características que tuvieron en el pasado antes de que se crucen con animales venidos de otros lados.
“Una raza es muy fácil de desbaratar”, advirtió para recalcar la importancia de tener cuidado con este tipo de iniciativas.
Luego, calculó que de tener un número de ejemplares no consanguíneos suficientes, se pueden hacer los cruces necesarios, como para que en un par de años tener una población de perros con las características requeridas.
Pero ese sería el inicio de un proceso largo para alcanzar que sea reconocida la raza como oriunda del Perú y tenga el mismo estatus que el perro sin pelo peruano.
(FIN) ECG
Publicado: 13/8/2020