del Rímac se han unido a voluntarios en la tarea de salvaguardar las Lomas de Amancaes, un área protegida de Lima que está en peligro de perderse por las invasiones y otras actividades.
Un aguilucho corta el cielo de las lomas mientras los intrusos subimos a su hábitat. Los búhos nos observan a prudente distancia desde el bosque de rocas a los que les ha brotado una cabellera verde de líquenes. Las serpientes prefieren ocultarse en las cuevas pétreas. No somos los únicos intrusos: los obreros de una firma contratista suben con cascos y trajes anaranjados, abren zanjas y construyen un tanque de agua.
Los investigadores han contabilizado siete aves falconiformes que viven en el frágil ecosistema de las lomas de San Gerónimo o de Amancaes, en el Rímac, que florece de junio a setiembre, cuando empieza la época húmeda y la niebla da color panza de burro a nuestra limeñidad. Es cuando florece la flor capitalina más representativa, la ambarina flor de Amancaes. Pero también crecen aquí especies de apellido silvestre como culantrillos, tomates y ocas; tréboles blancos...
Los universitarios son los más asiduos a las lomas, estudian flora, fauna y las formaciones geológicas. Cosas singulares que nos da este ecosistema rimense.
Espacio histórico
A inicios del siglo pasado, San Juan de Amancaes dio nombre a una fiesta epónima donde el Perú por vez primera se empezó a conocer y reconocerse diverso. Llegaban hasta las faldas de estos cerros para concursar solistas y conjuntos de música y danza, de costa, sierra y selva.
A cinco minutos en auto más arriba de San Juan de Amancaes se llega al “paradero pirata”, luego hay que tomar mototaxi o caminar cuesta arriba. Asentamientos humanos como ‘Vista Alegre’, ‘Los Jardines’, ‘Jardines Ampliación’, ‘Horacio Zeballos’ y ‘6 de Agosto’ colindan con el área protegida de las Lomas de Amancaes, un frágil ecosistema que suma 90 hectáreas en el distrito del Rímac, y limita en sus alturas con San Juan de Lurigancho e Independencia.
Allá, en la cima, a 700 metros sobre el nivel del mar, acaban de plantar el año pasado torres de alta tensión. También hay cistas o espacios fúnebres que falta estudiar para definir si pertenecen a los incas o a culturas anteriores. Ya el Ministerio de Cultura los ha delimitado con muros azules. Un primer paso.
Cuidar un pulmón
Cecilia Cerrón y su madre, Haydé, integran la Asociación Protectores Ambientales de la Flor y Lomas de Amancaes (PAFLA), que desde hace ocho años se dedica a salvaguardar este pulmón limeño a punto de ser depredado por la explosión demográfica.
En el verano, la basura vuela desde todos los confines de Lima, y se deposita en las lomas. Entonces los de PAFLA, junto con voluntarios de universidades y del colegio femenino María Parado de Bellido, hacen jornadas para limpiar el espacio.
En 2014, se plantaron taras y guarangos. En el camino a la zona protegida hay letreros que pusieron las alumnas del Bellido. Recuerdan al caminante: “Lomas de San Gerónimo. Patrimonio Natural del Rímac”. Las escolares también ayudaron en la habilitación de caminos. El plantel femenino es un aliado estratégico para salvaguardar las lomas.
Es una constante de los activistas ecologistas de todos lados: algunos vecinos llaman a las del PAFLA despectivamente “las locas de las lomas”, porque preferirían tomar parte del área protegida y hacer una canchita, ahora que pichanguear está de moda.
El gran temor de los voluntarios rimenses es que estas áreas terminen por desaparecer: calculan que 30 de las 90 hectáreas ya se perdieron por la presencia de los asentamientos humanos; además se están construyendo siete tanques de agua, pero esta labor está erosionando el hábitat. Y ahí está la pregunta, ¿se debe de cubrir las necesidades básicas de los nuevos vecinos olvidando salvaguardar el precario medioambiente?
“No estamos en contra del agua, la necesitamos todos. El problema es que no hay una supervisión permanente de las obras: están abriendo trochas que afectan al ecosistema, sin autorización del Serfor, y donde hay carretera llega el mototaxi y la invasión. Estamos trabajando con la comisión de medioambiente del Congreso un proyecto de ley para proteger las Lomas de Amancaes”, dice la señora Haydé, vecina de la zona por 34 años.
Aliados desde las aulas
En las aulas del Bellido los profesores utilizan las diversas herramientas, entre ellas el internet y el lenguaje de los cómics, para que las alumnas tomen conciencia y ayuden a salvaguardar las frágiles lomas.
Es un proyecto interdisciplinario que empezó en el 2015. La profesora Doris Saccsa es, desde hace una década, coordinadora de proyectos educativos en este emblemático colegio rimense. Vieron que la situación de las lomas era propicia para crear conciencia entre las bellidinas. Saccasa administra un blog donde ha sistematizado la experiencia para compartirla con otros docentes.
Lo primero que los docentes hicieron fue conocer las lomas, porque si bien trabajaban muchos años en el Rímac, las desconocían. Se “empoderaron” y desarrollaron contenidos desde Matemáticas, Historia, Persona, Arte, Religión, Educación Física. El uso de las tecnologías de la información (TIC) fue transversal en todos los cursos. Así nació un piloto con alumnas de cuarto año.
Las TIC para sensibilizar
Sensibilizaron a las adolescentes sobre el cambio climático con el documental de Leonardo Di Caprio, Antes que sea tarde (2016); también utilizaron los recursos web con trabajos colaborativos. El tercer momento fueron las prácticas ambientales. Es ahí que llegaron a las lomas de su distrito y se involucraron directamente con su cuidado. Ahora es una actividad que es parte de sus proyectos.
“Somos pocos los distritos que podemos disfrutar de esta naturaleza, que constituye un pulmón verde del Rímac y de toda Lima; y está relacionada con esta tradicional fiesta de Amancaes. Nosotros apostamos por un aprendizaje vivencial, activo, donde el protagonista es el estudiante”, dice la profesora Doris Saccsa.
El proyecto, que usa las TIC para formar mejores ciudadanos, ya obtuvo en el 2016 el premio de la Derrama Magisterial y el año siguiente la profesora Saccsa logró el segundo lugar en el concurso de Innovación Educativa de la Fundación Telefónica (categoría secundaria). Los reconocimientos han servido para implementar una sala de cine en el Bellido, para sensibilizar a las chicas en buenas prácticas de ciudadanía.
Dato
1,450 niñas estudian enla I. E. Bellido.
1,150 estudian secundaria en 42 aulas.
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(FIN) NDP/RRC