La arqueología peruana sigue sorprendiendo al mundo con nuevas revelaciones, y esta vez un equipo de investigadores desarrolla un trabajo pionero que acaba de descubrir en el distrito de Zaña, en la región Lambayeque, vestigios de dos estructuras monumentales, una de las cuales constituye un templo de hace 4,000 años, contemporáneo a la célebre huaca Ventarrón que tiene los murales más antiguos de América.
Los trabajos de excavación, que empezaron a inicios de junio de este año, están a cargo del Proyecto Arqueológico Paisajes Culturales de Úcupe - Valle de Zaña, cuyo director, el doctor en Arqueología, Luis Armando Muro Ynoñán, lidera un equipo conformado por colegas y estudiantes de dicha profesión nacionales y de otros países.
Tras referir que el proyecto arqueológico viene trabajando en el valle de Zaña desde el año 2022, Muro Ynoñán indicó, en entrevista con la Agencia de Noticias Andina, que esta es la segunda intervención y tiene como propósito investigar la historia precolonial de Zaña, en especial el surgimiento y desarrollo de la cultura y la religión moche en esa parte del norte peruano.
“Somos el primer proyecto arqueológico que realiza investigaciones en este sitio, el cual no tiene mayor referencia en ningún catastro arqueológico ni hay excavaciones científicas y sistemáticas que se hayan hecho antes”, enfatizó.
Templo, escalinatas, figuras divinas y muro decorado
Los trabajos de excavación de los integrantes del proyecto se centraron en el complejo arqueológico Los Paredones de la Otra Banda-Las ánimas, ubicado en el distrito de Zaña, a 48 kilómetros al sureste de la ciudad de Chiclayo, capital del departamento de Lambayeque.
“Nos hemos centrado en dos áreas que están cerca del cerro Las Ánimas y son dos frentes de trabajo que hemos abierto para explorar la historia cultural de esta gran área que se caracteriza por su naturaleza desértica, pero flanqueada por un extenso bosque de algarrobos o bosque seco contiguo a dicho cerro”, refirió.
Muro afirmó que, en una de esas unidades de excavación, cuyas dimensiones cuadrangulares son de 10 metros por lado, se encontró lo que parece ser la fechada de un templo del periodo Formativo que tendría una antigüedad estimada de 4,000 años, pendiente de precisión con el correspondiente análisis de radiocarbono, dado que presenta un tipo de arquitectura y de frisos que muestran una edad anterior a la cultura Chavín.
“Lo que hemos encontrado específicamente en ese templo, que se extiende a lo largo de toda la ladera o falda este del cerro Las Ánimas, es unos recintos delimitados por unas escalinatas que forman una especie de pequeños escenarios. Hay una escalinata central dentro de lo que pareciera ser un teatro muy antiguo que cuando uno desciende por esas escalinatas están flanqueadas por dos figuras de seres mitológicos que han sido tallados en dos lajas de adobe con diseño en alto relieve”, manifestó.
El investigador precisó que uno de los seres mitológicos es un individuo que pareciera que tiene características humanas, pero en realidad tiene cabeza de ave con unos apéndices que salen de la parte posterior de su cabeza. Además, tiene brazos y piernas de reptil con garras.
“Este ser mitológico parece ser parte de un repertorio de divinidades que eran una parte fundamental de la religión que se desarrolló entre hace 2,000 y 1,000 años antes de Cristo, lo que los arqueólogos llamamos el periodo Inicial y que sería anterior a Chavín en alrededor de 1,000 años. Pareciera que la religión Chavín forja estos seres mitológicos en templos que se encuentran en la Costa y luego se consolidan como religión en el famoso templo de Chavín de Huántar ubicado en la sierra de Áncash”, explicó.
La otra laja de adobe, que parece imitar la figura del ser mitológico mencionado, fue encontrada fracturada e incompleta al otro lado de la escalinata que también está muy dañada por el huaqueo o extracción clandestina e ilegal del patrimonio arqueológico en la zona.
Además del templo y de las sorprendentes figuras de connotación religiosa, los arqueólogos encontraron al otro lado del recinto parte de un muro perimétrico que presenta un diseño decorativo de colores blanco, negro y azul.
Muro Ynoñán aclara que esta última tonalidad es bastante rara para esta arquitectura muy temprana y por ello existe expectativa por conocer el resultado del análisis al que será sometida la muestra extraída del muro para conocer que tipo de elementos minerales fueron utilizados por los antiguos peruanos que construyeron el muro perimétrico para obtener ese pigmento decorativo.
“El diseño es muy interesante también porque presenta una especie de círculo grande de color rojo que al centro tiene una voluta de color blanco. Es un diseño bastante grande y aún estamos en proceso de excavación de este muro decorado para ver que tipo de diseño presenta. Parece que este diseño circular encontrado forma parte de un diseño mayor que aún no podemos ver porque el muro está dentro de los perfiles de la excavación. Cuando avancemos con la excavación tendremos mayor certeza sobre el diseño pictórico mural en esta parte del templo”, aseveró.
Muro Ynoñán consideró que este templo sería una de las estructuras más antiguas que se han excavado hasta ahora, que pertenecen al periodo Formativo y que sería contemporáneo a la huaca Ventarrón, ubicada en el distrito de Pomalca, departamento de Chiclayo, donde se encontraron los murales prehispánicos más antiguos de América.
Además del hallazgo de esta notable estructura, los arqueólogos descubrieron los restos óseos de dos individuos adultos que fueron enterrados cerca del templo. “Falta determinar el perfil biológico de ambas personas que fueron enterrados siguiendo un patrón prehispánico andino clásico del periodo Formativo, de manera flexionada y reposando sobre uno de los lados del cuerpo, según el cual estar cerca de los espacios rituales era un privilegio particular que solo tenían los grupos de poder y las élites gobernantes”, explicó.
“Ambos individuos se encontraban cerca de los pisos de este templo, quienes habrían tenido algún vínculo con el espacio ritual, como sacerdotes asociados al culto o sus sirvientes más cercanos, o tuvieron el privilegio de ser enterrados cerca a los espacios más sagrados por pertenecer a la élite”, añadió.
Sin embargo, aclaró que ambos restos óseos fueron encontrados sin ninguna prenda de vestir, ajuar u ofrendas. “Esto no quiere decir que no tenían estos accesorios, sobre todo de carácter orgánico, porque debido al tiempo transcurrido es posible que estas se desintegren”, dijo.
Muro Ynoñán no descartó que cerca del templo exista algún cementerio o tumba de algún individuo importante en aquella época. “Cuando se amplíen las excavaciones en un futuro tal vez encontremos algún agrupamiento de tumbas en este sector”, comentó.
Aunque no se encontró materiales asociados a las osamentas, los arqueólogos encontraron ceniza de material carbonizado en fogones, los cuales serán analizados específicos para confirmar la antigüedad estimada del sitio arqueológico y de qué material proviene la ceniza.
Huaca moche intacta al interior de una duna
El director del Proyecto Arqueológico Paisajes Culturales de Úcupe - Valle de Zaña dio a conocer que, en la segunda unidad de excavación, ubicada al frente del cerro Las Ánimas, se descubrió una huaca completa perteneciente a la cultura moche.
“Estamos hablando de una estructura que, al parecer, fue construida en el año 600 después de Cristo. Lo que parecía inicialmente una duna es, en realidad, una huaca de gran tamaño de la cultura moche que estuvo cubierta totalmente por arena hasta el presente. Ha sido muy interesante el proceso de excavación porque prácticamente hemos removido estos estratos superficiales de arena para exponer la tremenda construcción que se encuentra debajo”, expresó.
La presunción de que esta estructura arquitectónica pertenece a la cultura moche se basa en el tipo de adobes utilizados en su construcción y por el tipo de una de las fachadas que se ha explorado, que se caracteriza por su diseño escalonado y que es típico de la cultura moche, cultura que se desarrolló en el Perú en el periodo Intermedio Temprano y el Horizonte Medio, argumentó.
“Entonces, tenemos dos construcciones que están muy cerca y que están dentro de esta gran reserva y que están separadas en el tiempo por aproximadamente 2,000 años”, puntualizó.
Relievó también que en la segunda unidad de excavación se identificó el entierro de un infante, de aproximadamente 7 u 8 años, perteneciente a un periodo posterior. “Este menor fue enterrado en un relleno constructivo ubicado en la parte baja de la huaca, al parecer como una ofrenda humana. No sabemos todavía si fue sacrificado o si fue colocado allí luego de su muerte, porque hay que esperar los estudios bioarqueológicos que determinen la causa de muerte del infante”, anotó.
También se encontró fragmentos de cerámica, huesos de animales, restos de moluscos como conchas marinas que fueron utilizadas al parecer como prácticas de consumo.
Asimismo, se descubrió en unos pisos de la huaca moche evidencias de huellas o pisadas humanas que pertenecerían a los constructores de la estructura monumental cuando los adobes estaban todavía frescos. “El análisis de esta evidencia nos permitirá estimar la altura de los individuos moche que dejaron su marca en la construcción de este templo”, sostuvo.
Trabajo pendiente
Muro Ynoñán adelantó que los trabajos de excavación arqueológica culminarán la próxima semana y luego se deberá cubrir todas las zonas excavadas, de acuerdo con la normativa del Ministerio de Cultura.
“Hay mucho trabajo por hacer en este sitio arqueológico, porque se trata de un territorio que todo indica que ha sido ocupado de forma intensiva a lo largo de miles de años en la prehistoria andina”, sostuvo.
Luego de la intervención en la zona del cerro Las Ánimas, el equipo de arqueólogos del proyecto de investigación se dirigirá a la zona de Úcupe, que es un sitio arqueológico de la etapa temprana de la cultura moche y que se ubica a pocos kilómetros de Zaña, para realizar excavaciones durante el mes de julio.
“Lo que nos interesa investigar en Úcupe es entender el proceso constructivo de las huacas moche construidas allí; es decir cuándo exactamente se construyeron, por qué se construyeron, cómo se constituye la religión moche en relación con el mensaje sagrado que representa Úcupe. No estamos interesados en la búsqueda de tumbas sino de poder explorar la mayor cantidad de arquitectura posible para poder entender cómo estos habitantes del valle construyeron un paisaje sagrado en relación con el bosque y el río que pasa cerca de allí. Queremos develar aspectos de la religiosidad y la política moche en época muy temprana”, sostuvo.
Posteriormente, a partir de agosto, empezará la etapa de análisis y catalogación de los materiales encontrados, así como del estudio en nuestro laboratorio ubicado en Zaña y elaboración de los informes para el Ministerio de Cultura en un plazo que se extenderá hasta diciembre de este año.
Amenaza del huaqueo
El arqueólogo Muro Ynoñán señaló que, a pesar de contar con protección provisional y una delimitación preliminar, el sitio arqueológico continúa amenazado por el huaqueo y la depredación.
“En el marco de nuestra investigación hemos estado conversando con las autoridades del distrito de Zaña y de la provincia de Chiclayo, quienes han acudido a la zona para ver nuestras excavaciones. Hemos tenido varias conservaciones para poder tender los puentes de colaboración con todas las entidades públicas, la sociedad civil y los frentes de defensa, porque hay que sumar esfuerzos para proteger este patrimonio. Existe interés en crear un circuito turístico que incluya la visita de este sitio arqueológico, pero no se podrá hacer si no se garantiza su protección efectiva dado que sigue siendo depredado sistemáticamente hasta la actualidad”, aseveró.
Agregó que se ha gestionado ante la Municipalidad Distrital de Zaña la posibilidad de contar con vigilancia en el sitio arqueológico, sobre todo en el horario nocturno que es cuando se producen los huaqueos.
Financiamiento del proyecto
Muro Ynoñán afirmó que la investigación que lleva a cabo el Proyecto Arqueológico Paisajes Culturales de Úcupe - Valle de Zaña es financiada con la Universidad Católica del Perú, la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), el Museo de Chicago, entre otras instituciones académicas privadas que respaldan con aporte económico o con acceso a laboratorios, expertos, material comparativo y equipos especializados.
El proyecto está autorizado por Resolución Directoral N.º 000240-2024-DCIA-DGPA-VMPCIC/MC, de la Dirección General de Patrimonio Arqueológico del Ministerio de Cultura.
Asimismo, el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque, supervisa y verifica los avances de la primera etapa de los trabajos de investigación del proyecto que busca examinar la aparición, evolución y desarrollo del centro ceremonial y cementerio de élite de La Otra Banda y Úcupe, los cuales se construyen y consolidan regionalmente entre los periodos Formativo y Moche, en asociación a varios otros centros emergentes en el Valle de Jequetepeque y Lambayeque.
“Estamos en búsqueda de financiamiento para continuar las excavaciones el siguiente año, en un periodo más amplio de tres o cuatro meses para tratar de develar la mayor cantidad de evidencia arqueológica posible”, adelantó.
Equipo de investigación
El equipo de arqueólogos que lidera Luis Muro Ynoñán está conformado por colegas de varias nacionalidades y especialistas en diversos ámbitos de esa profesión.
Entre ellos destaca Renata Verdun da Silva, arqueóloga brasileña que estudia un doctorado en Arqueología; el jefe de campo Hoover Rojas, arqueólogo egresado de la Universidad Nacional de Trujillo. A ellos suman egresados y estudiantes de Arqueología de varias universidades peruanas y de otros países como Francia, Brasil, Chile, entre otros. “Nuestro proyecto de investigación está muy comprometido con crear espacios de formación de nuevos arqueólogos y hacer ciencia de alto nivel”, subrayó.
Perfil del investigador
Luis Armando Muro Ynoñán es un arqueólogo formado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), donde es también catedrático de la Facultad de Arqueología y obtuvo una Maestría y un Doctorado en la Universidad de Stanford de los Estados Unidos. También ha sido curador en el Field Museo de Historia Natural la ciudad de Chicago.
Su campo de investigación está vinculado a las culturas precolombinas, sobre todo de la cultura moche y otras de la costa norte del Perú, donde ha trabajado durante más de 12 años. También trabajo en la costa sur dirigiendo proyectos en las Líneas de Nasca y fuera del Perú excavó en sitios arqueológicos de Guatemala.
“El Perú se ha convertido en líder de exploraciones arqueológicas de muy alto nivel y está en una posición muy privilegiada en el desarrollo de su arqueología, siendo tendencia mundial en los descubrimientos arqueológicos”, concluyó.
(FIN) LZD/MAO
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