Por Susana MendozaLa
anemia es un serio problema de salud pública en el Perú y afecta a casi la mitad de la población. La anemia por deficiencia de hierro es la más común entre las gestantes. Esta condición puede tener graves consecuencias en el desarrollo del feto si no se trata a tiempo, con el riesgo de comprometer su salud a largo plazo.
Dos de las secuelas más serias es la esquizofrenia, un trastorno de salud mental que suele manifestarse en la niñez o adolescencia, y el trastorno del espectro autista, explicó la gineco obstetra Cecilia Ibáñez, del Instituto Nacional Materno Perinatal (INMPN), quien cita estudios publicados en revistas especializadas como Neurología.com, IntraMed.net y PubMed.
El hierro y las neuronas
La especialista en medicina materno-fetal explicó a la agencia Andina que el hierro es esencial para la salud de la madre y del bebé. Gracias a este mineral, el cuerpo de la madre puede producir más sangre durante el embarazo, suministrar oxígeno a través de la hemoglobina en los glóbulos rojos, y transmitirlo al bebé mediante la placenta.
Sin embargo, hay un beneficio menos conocido, especialmente entre las gestantes, y es que el hierro es fundamental para la producción de neuronas y la conexión entre ellas a través de la sinapsis.
Las sinapsis son las conexiones neuronales que permiten al ser humano discernir, juzgar, deducir, pensar y razonar. Para que esto ocurra, es vital que la madre consuma alimentos ricos en hierro, asegurando así el desarrollo adecuado del cerebro de la persona que está por nacer.
Desarrollo en tres fases
El desarrollo del cerebro se da en tres fases. La primera fase es desde la concepción hasta la semana 16 del embarazo, donde es intensa la producción de neuronas. La segunda se da entre la semana 16 y la semana 24, momento en que se forman las capas neuronales necesarias para la sinapsis. La tercera fase comienza en la semana 28 y se extiende hasta que el niño cumple cinco años.
"Cada una de estas fases requiere hierro. Si la madre no lo consume en cantidades adecuadas, el crecimiento neuronal del feto se verá afectado. Al nacer, el niño podría presentar problemas de memoria, déficit cognitivo o autismo. Si se dañan los núcleos neuronales ubicados en la parte frontal del cerebro, donde se establecen los juicios, entonces podría desarrollar esquizofrenia, una enfermedad mental", advirtió.
Ausencia en controles prenatales
Según Ibáñez, el problema radica en que muchas gestantes no cumplen con sus controles prenatales. Se estima que entre el 32% y el 35% de las mujeres no acuden a un control prenatal o no completan el mínimo de cuatro controles durante el embarazo.
Esta tendencia, que pudo ser controlada antes de la pandemia, se ha incrementado desde entonces. "Actualmente, estamos en una especie de meseta. Para cambiar esta situación, lo recomendable es comenzar los chequeos desde el primer día, es decir, desde que la madre sabe que está embarazada", indicó.
Si el diagnóstico es precoz, los especialistas pueden realizar varios exámenes, no solo de hemoglobina y hematocritos, sino también de ferritina, que mide las reservas de hierro en el cuerpo. La ferritina es una proteína que almacena, transporta y libera hierro de manera adecuada.
Otro problema, señaló la especialista del INMPN (ex Maternidad de Lima), es que muchas gestantes creen que saben cómo alimentarse, pero desconocen que durante los nueve meses de embarazo su cuerpo cambia un 30%. Para enfrentar estas transformaciones hormonales, fisiológicas y físicas, es crucial que se alimenten bien y consuman alimentos ricos en hierro, como carnes, verduras y menestras.
"Necesitan consejería especializada, perder el miedo a engordar o a sentirse menos atractivas, ya que, aunque parezca increíble, existen hombres que critican y descalifican a sus parejas por subir de peso, en lugar de cuidarlas a ellas y al bebé. Es importante fomentar el trabajo en equipo. El hombre debe ser el apoyo principal de la mujer para que el embarazo llegue a buen término", sostuvo.
Alimentos ricos en hierro
De acuerdo con especialistas del Instituto Nacional de Salud (INS) del Ministerio de Salud (Minsa), algunos alimentos de origen animal ricos en hierro son la sangrecita, el bazo, hígado, bofe, mollejitas, corazón, así como las carnes y pescados de color oscuro.
El hierro también está presente en algunos alimentos de origen vegetal como las menestras: frijoles, lentejas, habas secas entre otros, y en verduras de hojas de color verde oscuro, como la espinaca, acelga y col. Estos deben ser consumidos junto a fuentes de vitamina C: mandarina, naranja, fresas, kiwi, entre otros, para favorecer la absorción de este mineral.
Es importante manejar la consistencia en la alimentación del niño debido a que su estómago es pequeño y se llena rápido.
Por eso, en caso de los más pequeños, entre los 6 a 12 meses de edad, deben evitar consumir sopas, mates o jugos porque solo los llenan, sin aportar la cantidad y calidad de nutrientes adecuados.
Por el contrario, se debe priorizar el consumo de comidas espesas, tipo puré o segundos, cuya consistencia varía según la edad del niño, precisó.
Durante los primeros seis meses deben ser alimentados exclusivamente con leche materna. A partir del sexto mes deben recibir alimentación complementaria, para iniciar en forma de papillas que incluya dos cucharadas de alimentos de origen animal ricos en hierro.
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(FIN) SMS/RRC
Publicado: 19/8/2024