Bailarines de marinera, actores o deportistas calificados son algunas de las actividades en las que personas con síndrome de Down destacan por su esfuerzo y dedicación, pero sobre todo porque su familia los educó en un ambiente sin discriminación y brindándoles las oportunidades para enfrentar la vida.
Así lo manifestó hoy el presidente de la
Sociedad Peruana de Síndrome Down, Pablo Gómez, al señalar que la sociedad necesita romper ciertos paradigmas culturales, pues las personas con esta alteración genética tienen las mismas posibilidades para estudiar y trabajar que los demás.
Aunque los prejuicios hacia las personas con síndrome de Down han disminuido paulatinamente en los últimos años en el Perú, lo que se evidencia en una mayor presencia de dichos menores en los colegios, el panorama es diferente en las universidades y en los centros laborales, donde todavía existen prejuicios por recibirlos, añadió Góméz.
“Esto se debe a un paradigma cultural que todos debemos cambiar y que debe empezar en la familia, cuando nace un niño con esa condición. Los padres deben criar a su hijo con síndrome de Down en igualdad y sin discriminación, dándole todas las oportunidades y ayudándolos en los momentos que hay que ayudar”, subrayó en diálogo con la Agencia Andina.
Acogida educativa
Gómez dijo que, además del apoyo de los padres de familia, es importante el rol de las instituciones educativas, las cuales deben acoger y brindar una educación de calidad e inclusiva a las personas con síndrome de Down, a fin de que en el futuro tengan oportunidades laborales.
“En la medida que las escuelas mejoren sus propuestas educativas de inclusión, éstas se irán replicando a otros colegios y posteriormente a las universidades y centros de trabajo. Por eso, es necesario que en los colegios se deje de ver a la persona con discapacidad como inferior o que no merece estar allí”.
En tal sentido, dijo que los docentes deben estar preparados para enseñar a todos los estudiantes en general, tengan o no la condición de síndrome de Down, sin distinción ni prejuicios, porque todos tienen la capacidad para desarrollar su potencial académico, deportivo y artístico.
Mitos
Uno de los mayores mitos vinculados a este segmento social es el referido a que "nunca podrán superarse en la vida o aprender como el resto". Esto es falso porque tienen la misma capacidad para hacerlo, solo que su proceso de aprendizaje tiene otro ritmo, como otros estudiantes, advirtió el presidente de la Sociedad.
Lamentó que algunos crean que tener un niño con síndrome de Down es un castigo divino a la familia. Este pensamiento es más frecuente en regiones del interior del país; sin embargo, añadió, cada vez se diluye gracias a los trabajos de sensibilización y a las campañas informativas desarrolladas a nivel nacional.
Otro de los mitos muy difundidos en nuestro medio, detalló, es que la esperanza de vida de esta población es corta, es decir mueren al llegar a la adultez, lo cual es falso pues ahora llegan hasta los 80 años aproximadamente.
Pablo Gómez también hizo referencia al mito de que las personas con síndrome de Down no pueden tomar decisiones propias, idea que -apuntó- es un error, ya que ellos tienen toda la capacidad y racionalidad para hacerlo.
“Si tenemos ese pensamiento de que no pueden valerse por sí mismos, ya lo condenamos para toda la vida. No hay que sobreprotegerlos, sino prepararlos para la vida y tome sus propias decisiones”, finalizó.