"Si nos comportamos como covid-disidentes, si no cumplimos las restricciones, pueden aumentar los contagios", dijo Murashko en una entrevista con la agencia Interfax.
Al mismo tiempo, consideró poco probable que se produzca una segunda ola de la epidemia de la misma magnitud de la primera, que actualmente sitúa a Rusia como el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Brasil, por número de casos de covid-19.
"Hemos adquirido determinada inmunidad, hemos desarrollado un sistema de tratamiento y profilaxis", explicó el ministro, que señaló que de no haberse adoptado medidas antiepidémicas, como el confinamiento, el número de fallecidos "posiblemente" hubiera llegado al millón.
El titular de Sanidad indicó que el retorno a la vida normal "es poco probable antes de febrero" del próximo año, ya que "se precisa romper la cadena de transmisión" del coronavirus. Insistió en la necesidad de uso de mascarillas en los espacios cerrados, en el transporte público e incluso en la calle cuando no es posible guardar el distanciamiento social.
"Cuando aparezca un medicamento para la profilaxis y el tratamiento (de la covid-19) en el que estemos seguros en un cien por cien y, sobre todo, cuando adquiramos inmunidad colectiva, podremos dejar de lado las mascarillas", precisó Murashko.
A día de hoy, según los datos proporcionados por las autoridades sanitarias rusas, en el país se han registrado 667.883 casos de covid-19 (6.718 en la últimas veinticuatro horas) y 9.859 fallecimiento por esta enfermedad.
Moscú, el mayor foco de infección en el país, en la última jornada sumó 659 positivos y 34 fallecimientos, lo que elevó el total de casos y decesos a 223.530 y 3.904, respectivamente.