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Coronavirus: Los médicos madrileños se plantan ante la falta de recursos

Miembros del sindicato Amyts, mayoritario entre los médicos madrileños, durante una concentración en la Puerta del Sol, en homenaje a los fallecidos por la covid-19 y en defensa de la profesión médica. Foto: EFE

Miembros del sindicato Amyts, mayoritario entre los médicos madrileños, durante una concentración en la Puerta del Sol, en homenaje a los fallecidos por la covid-19 y en defensa de la profesión médica. Foto: EFE

07:53 | Madrid, set. 18.

Los médicos madrileños afrontan la segunda ola de coronavirus aún con el miedo en el cuerpo del colapso de la anterior y ante la falta de presupuesto y la excesiva carga asistencial, algunos se plantan y renuncian a sus contratos: "mejor no trabajar que hacerlo de esta forma".

Mientras los casos y las muertes por coronavirus no cesan en España (con más 615.000 infectados y 30.200 fallecidos), Madrid acapara todas las miradas con casi un tercio del total de los afectados.  Con la opción de aplicar un nuevo confinamiento, los centros de salud, con un 20% de ellos cerrados, no aguantan la presión asistencial y cada día se merman más por las bajas por covid-19 de los propios profesionales. 

En medio de esta tormenta, decenas de sanitarios han ido renunciando por goteo, ante el agotamiento mental y físico de enfrentarse diariamente a largas listas de teléfono de pacientes, a quienes solo pueden derivarles a realizarse una prueba para detectar la enfermedad, mientras se ven obligados a dejar de lado otras patologías. 

"Tenemos listas de cien llamadas diarias, los profesionales acaban eligiendo aleatoriamente a quién llaman y a quién no, sin saber lo que se están dejando, es muy desesperante y da mucho miedo no cubrir las necesidades de la población", subraya a EFE la doctora Isa Kennedy, que no trabaja desde agosto. 

Renuncias 


Frente a las condiciones, el sector sanitario reclama condiciones dignas: el próximo 28 de septiembre hay convocada una huelga en Madrid y varias decenas de profesionales se organizan bajo el movimiento YoRenuncio para que las bajas individuales no pasen desapercibidas. 


"No es nada fácil renunciar, a mí me gusta mi trabajo, creo que marca una diferencia pero la única forma que hemos encontrado para dar un golpe de efecto y que la función de la atención primaria vuelva, es no trabajando.", comparte resignada McGhie. 

El movimiento que aún no ha hecho públicas sus demandas, se plantea renunciar colectivamente para denunciar las condiciones en las que trabajan y los pacientes son atendidos. "Dado a que hay mucha gente que está renunciando de forma aislada porque se va cansando a nivel individual y cada vez hay menos gente, se está hablando de una renuncia colectiva, que no es más que un reflejo de un cansancio que no viene de ahora sino de muchos años de deterioro", opina Lobo. 

Preocupados por la imagen que pueda dar de la profesión en un momento tan complicado explican que todos quieren "hacer lo posible en esta situación que es cuando más se necesita": "es cuando más útil te sientes y cuando más sientes que puedes hacer por la gente y te gusta ese trabajo, pero hasta qué punto se puede". 

Para Kennedy, la comunicación entre los sanitarios y la población será "crucial" para salvar a la atención primaria. Así, hace un llamado a la ciudadanía: "seguro que la población puede entender nuestra situación, pero hay una intención activa de intentar bloquear esa comunicación, que se entienda y que la población sepa qué está pasando". 

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(FIN) EFE/JAM

Publicado: 18/9/2020