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Coronavirus: bicicletas, patinetas y motos se hacen con las calles de Nueva York

EFE

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13:00 | Nueva York, may. 7.

La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 ha convertido los vagones del metro y los autobuses de Nueva York en lugares peligrosos que las autoridades han pedido se eviten todo lo posible, lo que ha llevado a los residentes de la Gran Manzana a moverse en bicis, ciclomotores o patinetas y que, en el caso del personal médico, se han convertido en una herramienta indispensable.

“Desde el principio, pedimos a la gente que si no se tenía que montar en el metro, que no lo hiciera. (...) Si pueden ir andando o ir en bici o cualquier otra cosa, háganlo", urgió recientemente el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

Los más jóvenes no han dudado en tomarse al pie de la letra ese "cualquier otra cosa" del político, y se han estado moviendo por las desiertas calles de la ciudad en monopatines y en patinetas eléctricas, atravesando un solitario y a toda velocidad Times Square sin tener que esquivar a un sólo turista, o cruzando tranquilamente las grandes y ahora desoladas avenidas de Manhattan.

Los médicos en bicicleta


Desde que se desatara la epidemia, el número de pasajeros del subsuelo neoyorquino ha descendido un 90 %, una tendencia diametralmente opuesta a la del uso registrado de la bicicleta, que se ha convertido en el vehículo más popular para los trabajadores esenciales de la metrópolis.

Uno de ellos es la pediatra Melissa Goldstein, que está recurriendo a su bicicleta para poder llevar a cabo una parte esencial de su profesión, la de inyectar a sus pacientes con algunas de las vacunas que se consideran indispensables, sobre todo en los menores de un año.

"La gente está tan preocupada con lo que está pasando que lo último en lo que están pensando es en las vacunas usuales", dice Goldstein a Efe durante una entrevista virtual, que no duda en cruzar Manhattan a pedales hasta las residencias de las familias que necesitan inocular a sus hijos.

El peligro de una visita al hospital


A Goldstein se le ocurrió la idea hablando con la madre de uno de sus pacientes, que tenía miedo de llevar a su bebé al hospital por miedo a contraer el virus, ya que padece de una diabetes, lo que la convierte en una persona altamente vulnerable a la enfermedad.

 "Logísticamente, es duro para la gente aquí, porque estás evitando el transporte público, no tienes un auto y no estás a una corta distancia para poder caminar. ¿Cómo vas a llegar aquí con el bebé?", finaliza la doctora del Centro Pediátrico de Carnegie Hill.

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(FIN) EFE/JAM



Publicado: 7/5/2020