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Copa América sin hinchadas: un escenario atípico ¿con impacto deportivo?

La ausencia de público forzada por la pandemia resta colorido al certamen continental de selecciones

Los estadios vacíos le quita color a la Copa América 2021

Los estadios vacíos le quita color a la Copa América 2021

08:30 | Brasilia, jun. 21.

En el estadio Mané Garrincha de la capital brasileña hay casi 72.000 butacas vacías; el murmullo de la hinchada se enciende por los altoparlantes a la par del cronómetro. Los futbolistas hacen lo suyo en el centro, once contra once, sin muchos más fuera de las líneas.

La ausencia de público forzada por la pandemia resta colorido a esta Copa América-2021, donde los partidos transcurren en solitario como condición del gobierno de Brasil, que acumula medio millón de muertes por covid-19.

No solo se siente nostalgia por los rostros pintados, los disfraces y las banderas con dedicatorias en las gradas. Además de aportar emoción, como se vuelve a ver en la Eurocopa, las hinchadas también pueden incidir en lo deportivo: animan y fortalecen, al igual que exigen e intimidan.

¿Cómo impacta este entorno inédito en las emociones de los que juegan? Marcelo Roffé, presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Psicología de la Actividad Física y del Deporte, inicia su análisis por el aspecto individual: "El deportista antes de ser deportista es una persona; hay a quienes les incide más y a quienes menos, como también hay equipos" que lo sienten en distintas medidas, dice, sobre un fenómeno reciente y poco investigado.

- Espectáculo y rendimiento -
Hecha la salvedad, Roffé indica que, si bien "el público le insufla un componente motivacional muy importante" al espectáculo, hay que diferenciar entre este y el rendimiento deportivo.

"El jugador de elite tiene que poder aislarse de todo, de cuestiones acústicas y visuales, como de si hay gente o no (…) y enfocarse en su misión táctica dentro de la cancha. Después de todo, es un partido de fútbol en el que los jugadores tienen un rol en un equipo", indica el especialista, que trabajó con las selecciones de Argentina y Colombia en mundiales, y con jugadores como Lionel Messi y Juan Guillermo Cuadrado.

Los profesionales del fútbol trabajan la cabeza como las piernas para adecuarse a lo que toque. Aun sin quien coree sus nombres, Neymar y de Lionel Messi se ven enfocados en su objetivo: "El jugador tiene que estar adaptado para todo, y los fuera de serie, aún más", dice el autor de casi veinte libros sobre la psicología en el fútbol y otros deportes.

Eso no significa que por imponerse a las condiciones del entorno inmediato los futbolistas escapen a su condición humana. Neymar, en medio de acusaciones de abuso sexual, se quebró recientemente ante cámaras, mientras que el ánimo del argentino suele reflejarse en su juego.    

Natalia Dancuart, psicóloga deportiva de Paraguay, evalúa que el público "influye en el nivel de activación (energía psicofísica) de los jugadores", relacionado según el caso con la concentración, la gestión de la presión y la toma de decisiones.

Sin embargo, el profesionalismo y la experiencia ayudan a gestionar mejor el rendimiento. En especial a las figuras, cuyo "liderazgo en el equipo es decisivo ante situaciones adversas", por sobre la hinchada, explica Dancuart, experimentada en fútbol de primera división y formación de entrenadores.



- Con la pasión a otro lado -

Todos los hinchas se vieron obligados a llevar su pasión a otro lado. Los que la canalizan por redes sociales consiguieron, con sus comentarios y memes filosos como silbidos, filtrarse virtualmente en los estadios.

A veces "los pensamientos pueden gritar más fuerte que una hinchada en la cabeza de los jugadores más susceptibles a las críticas y opiniones", dice Dancuart.

Con rebusques y todo, esta Copa se siente lejana para los espectadores pese a la proximidad geográfica. Las rarezas son tales que algunos sponsors prefirieron no exponerse y en cambio se iluminan carteles del laboratorio Sinovac en el perímetro del césped.

La imposibilidad de aglomerarse anuló la vibración de la tribuna y de los 'banderazos' al ritmo de tambores, como el de los peruanos afuera del hotel de la Albirroja antes de la final de la Copa América-2019.

Frente a 70.000 personas en el Maracaná, Brasil alzó el trofeo, igual que en todos los torneos continentales que albergó.

- Efecto localía -

Según Dancuart, "el efecto local pierde peso" en el vacío del presente, dado que "la comunicación entre la hinchada y el equipo muchas veces puede condicionar lo que ocurre en la cancha". 

Pero los de Tite ni se enteran de multitudes o audiencias, y se perfilan para defender el título, probando que un equipo fuerte puede golear (como en el 4-0 a Perú) sin un solo cántico de apoyo. Y con parte de la población opuesta a la Copa por la situación sanitaria.  

En unos 15 meses de pandemia, dice Roffé, los jugadores tuvieron tiempo de procesar esa realidad cuando suena el silbato, al igual que los temores al contagio que varios manifestaron.  

Contra lo imaginable, puede también que el ambiente silencioso resulte positivo, dado que "el murmullo cuando el jugador se equivoca no está y, en cambio, se escuchan más los gritos de los protagonistas", dice Roffé. E insiste: en psicología "es caso por caso". 



(FIN) AFP/JSO

Publicado: 21/6/2021