Papa, maíz, camote y arándano son algunos de los cultivos cuyo impresionante color morado responde a las antocianinas, pigmentos ricos en antioxidantes, sustancias que juegan un rol fundamental en la prevención de enfermedades como la ateroesclerosis y la hipertensión arterial.
Estos pigmentos representan una opción para el reemplazo competitivo de colorantes sintéticos en alimentos, productos farmacéuticos y cosméticos y para la obtención de productos con valor agregado dirigidos al consumo humano.
Además, reducen los niveles de azúcar en la sangre al disminuir las moléculas inflamatorias y aumentar la producción de los transportadores de glucosa en el tejido muscular.
Otro componente importante de estos alimentos morados es la antocianina, que colabora con la eliminación de radicales libres que dañan el ADN en el organismo y son un factor importante en el proceso de envejecimiento y el desarrollo de enfermedades cardíacas y el cáncer.
El consumo de estos alimentos morados contribuye a reducir los niveles de ácido úrico en la sangre y el riesgo de desarrollar la enfermedad de “gota”, dado que inhibe una enzima llamada “xantina oxidasa”, que produce ácido úrico en el cuerpo.
Papas nativas
De las más de 3,000 variedades de papa que se cultivan en el Perú existen muchas cuya coloración morada en cáscara y pulpa sorprenden por su armónica combinación con el amarillo propio de este tubérculo milenario y oriundo de nuestro país.
Según la Encuesta Nacional de Intenciones de Siembra (ENIS) del Ministerio de Agricultura y Riego, alrededor del 40% de la producción estimada de papa para la campaña 2018-2019 corresponde a papas nativas, que son además el mejor ejemplo de la agricultura orgánica y de conservación por parte de las comunidades campesinas.
Los mejores precios que están alcanzando las papas nativas en los mercados internacionales han generado incremento de siembra en regiones como Ayacucho, Apurímac, Cajamarca, Huánuco y Puno.
Maíz morado
Este tipo de maíz oriundo del Perú, cuya coronta y granos son de un color morado intenso, se cultiva desde tiempos prehispánicos. Actualmente se siembra en ocho departamentos y el 80% de la producción se concentra en Lima, Huánuco, Áncash y La Libertad.
Al igual que la papa, este cultivo tiene ejemplares nativos conocidos, según la región donde se siembra y cosecha, como Morado Canteño, Morado Caraz, Morado Arequipeño, Morado Cusco y Negro de Junín.
Según el Ministerio de Agricultura y Riego, en los últimos cinco años, la producción de maíz morado ha presentado una tasa anual promedio de crecimiento del 25%, superando las 21,000 toneladas anuales. Los principales países a los que se exporta maíz morado son Estados Unidos (63%), Ecuador (15%), España (11%), Chile (3%), Japón (2%), Italia (1%) y otros (5%).
En la gastronomía peruana, el maíz morado está presente en la chicha y la mazamorra, bebida y postre tradicionales, respectivamente, que adoptan ese llamativo color gracias a la tintura que se desprende al hervir la coronta y granos. Sin embargo, también se hace presente en otros productos alimentarios como helados, turrones, bizcochos, hojuelas de maíz, pastelería, entre otros.
Camote
El cultivo de este tubérculo oriundo del Perú se remonta a alrededor de 8,000 años en la región Ayacucho. Se le conoce también como batata, patata dulce, apichu (quechua) y tuctuca e tipali (aimara).
Su versatilidad le permite sembrarse desde el nivel del mar hasta los 2,500 metros de altitud, por lo que está presente en la costa, sierra y selva peruana. La producción estimada de camote para la campaña 2018-2019 según la ENIS del Minagri bordea las 15,000 hectáreas.
El Centro Internacional de la Papa (CIP) conserva más de 2,000 variedades de camote, entre los cuales se encuentra el de color morado. Este es menos dulce que el camote amarillo o anaranjado, pero su pulpa es más compacta y se caracteriza por su coloración morada o lila.
Arándano
Este cultivo, considerado el fruto del siglo XXI, viene mostrando un crecimiento exponencial en el Perú. En la campaña agrícola 2018-2019 alcanzó una producción de 78,000 toneladas, lo que significó un aumento de 62.5% respecto a la campaña 2017-2018, informó Pro Arándanos.
El incremento en la producción se condice con la creciente demanda de los mercados internacionales por este fruto de color morado o azulado intenso, cuya superficie cultivada pasó de solo 70 hectáreas en el año 2013 a más de 8,000 en 2019.
En la reciente campaña 2018-2019, las exportaciones alcanzaron los US$ 520 millones y para la siguiente temporada 2019-2020 se exportaría por alrededor de US$ 770 millones. De seguir la tendencia creciente de los últimos años, el Perú podría convertirse en corto tiempo en el primer exportador mundial de arándanos, estimó Pro Arándanos.
Sus propiedades nutricionales y su bajo aporte calórico (62 calorías por cada 100 gramos) lo convierte en la nueva estrella de la alimentación saludable. Además, por su capacidad de adaptación la industria alimentaria produce helado, yogur, refrescos, pastelería y golosinas.
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