Apostar por el compostaje sin necesidad de utilizar agua para optimizar el aprovechamiento de los residuos orgánicos y contribuir a generar un ambiente más sostenible llevó a la docente Maribel Zamata Quispe a inventar dispositivos y un procedimiento que le valieron dos medallas de plata en la Feria Internacional de Invenciones Kiwie 2020, celebrada en Corea del Sur.
Nacer y crecer en un distrito surgido en el desierto como Villa El Salvador no le impidió tener en su hogar un hermoso jardín en el que jugaba con las flores y plantas, sintiéndose la niña más feliz del mundo.
“Crecí muy feliz con un jardín de árboles frutales, arbustos y flores. Años después, ya de joven, advertí que Villa El Salvador estaba en un arenal. Años después me mudé a la urbanización Pachacamac, al finalizar Villa El Salvador, donde no había áreas verdes. Y cuando tuve a mis hijos, busqué que ellos también tuviesen un jardín como el que yo tenía cuando era niña”, manifestó.
La ausencia de áreas verdes motivaron a que Maribel Zamata, docente formada en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta, a interesarse por el compostaje como un medio para generar un bello jardín para ella y sus hijos.
En diálogo con la Agencia de Noticias Andina, la inventora de 46 años de edad, comentó que empezó enterrando residuos orgánicos en su naciente jardín. En el 2008 estudió una maestría en Educación Ambiental y conoció el compostaje. Cuatro años después, en enero del 2012, empezó a compostar en un cilindro reciclado.
“Soy docente de la especialidad de Mecánica de Producción y lo mío es, más bien, el diseño. Al querer saber más sobre el compostaje empecé a ver videos tutoriales en internet sobre cuál era la mejor manera de hacerlo, pero noté que había problemas con la recolección y tratamiento de los residuos orgánicos”, expresó.
Primera patente y dos más en trámite
Su incesante búsqueda de cómo lograr un buen compostaje para obtener abono orgánico la llevó a idear el primero de sus tres inventos: una compostera patentada en el 2018 en el Indecopi.
Se trata de una caja hecha de madera que, gracias a su diseño, permite una descomposición uniforme de los residuos orgánicos sin generar malos olores ni atraer moscas, lombrices, roedores o cualquier otro bicho.
Destacó que su compostera permite, incluso, transformar en compost a los vasos de cartón plastificado, dado que los microorganismos presentes descomponen el cartón y dejan libre el plástico, facilitando su posterior extracción y tratamiento.
Además, la compostera ayuda a controlar la población de moscas y puede utilizarse para atraer insectos en lugares de gran tamaño como criaderos de cerdos, zoológicos y mercados de abastos.
“Actualmente estoy haciendo un piloto con la municipalidad de Villa El Salvador. Me gustaría trabajar con otros municipios e incluso con los centros penitenciarios para que los internos aprendan a implementar y manejar sus propios compostajes y biohuertos como parte de su resocialización”, dijo.
Procedimiento alternativo
El segundo aporte innovador de Maribel Zamata, derivado de la creación de la compostera, es el procedimiento alternativo para el compostaje de residuos de pescado u otros productos hidrobiológicos y vegetales, que no requiere de agua o algún otro líquido añadido, sino solo de aire para facilitar la acción de los microorganismos.
Los expertos a los que recurrió para mostrar su invento se sorprendieron al ver el método de compostaje de Maribel, que no necesita líquidos, y no dejaban de preguntarle cómo lograba obtener un buen abono orgánico si normalmente se necesita mucha agua.
Y fueron ellos quienes le alentaron a patentar su método ante el Indecopi. Fue así que Maribel tramitó la patente del denominado “Procedimiento para elaboración de compost a partir de residuos de biomasa de recursos hidrobiológicos y residuos sólidos de biomasa de origen urbano con control de olor y sin empleo de agua”, que se encuentra en fase final de aprobación como Modelo de Utilidad.
“Uno de los problemas que encontré es que las personas no pueden conservar sus residuos orgánicos por más de una semana, porque eso genera mal olor y la aparición de moscas, hormigas, larvas y roedores. Y esa es la razón por la que no existen recicladores de residuos orgánicos, debido a que la logística resulta onerosa. Una empresa que recoge estos residuos a domicilios tendría que hacerlo a diario y ello eleva sus costos de operación”, aseveró.
Contenedor domiciliario
El tercer invento de Maribel Zamata, vinculado al procedimiento mencionado, es un contenedor de menores dimensiones que la compostera, destinado a los hogares para realizar un compostaje domiciliario, bajo la premisa de que el tratamiento de los residuos en general debe empezar en casa.
La idea en este caso surgió y se materializó durante el año 2020, tras desencadenarse la pandemia por el covid-19 que obligó a un confinamiento de varios meses. La inmovilización social llevó a Maribel a dedicarle muchas horas diarias a elaborar su expediente para tramitar la patente ante el Indecopi.
Con la ayuda de su hijo, ella hizo ajustes al diseño original del contenedor y lo presentó al
programa “Patenta” del Indecopi. “Tras realizar la verificación de originalidad, Indecopi observó que mi propuesta era similar a un dispositivo diseñado en los Estados Unidos. Pero yo aclaré que dicho contenedor trabaja de una forma compleja mientras que mi contenedor es muy simple de operar”, dijo.
Destacó que el contenedor diseñado por ella ayuda a segregar y juntar los residuos orgánicos para que puedan ser recogidos cada semana, cada 15 días o cada mes. “Yo tengo mi contenedor en mi cocina y no hay olores desagradables ni insectos”, anotó.
Resaltó que gracias a las cámaras de aire que posee, el contenedor no genera líquidos derivados de la descomposición de los residuos hidrobiológicos y vegetales.
Con estos tres inventos se genera un
“paquete completo” para el aprovechamiento sostenible de los residuos orgánicos y contribuye a desarrollar una
economía circular, resaltó.
El abono orgánico o compost generado con la propuesta de Maribel Zamata permitiría generar más espacios verdes en una ciudad como Lima asentada sobre un desierto.
“Considero al residuo orgánico como un recurso para embellecer la ciudad, transformar desiertos en zonas verdes y una oportunidad para mejorar las condiciones de vida de nuestro país”, enfatizó.
Rumbo al éxito en Corea
Tal fue el impacto positivo de las dos últimas creaciones de Maribel, que el Indecopi los seleccionó para representar al Perú, junto a más de 20 inventos exclusivamente femeninos, en la Feria Internacional de Inventos Kiwie 2020 de Corea del Sur.
Y en ese cónclave mundial, que reunió a más de 240 inventoras de decenas de naciones de todos los continentes, las creaciones de Maribel Zamata Quispe brillaron por su gran impacto en la mejora de la calidad de vida y fueron distinguidas cada una con medalla de plata.
“Participar en la Feria Internacional de Inventos Kiwie 2020 de Corea del Sur ha sido una ventana enorme para poder dar a conocer las creaciones que pueden impactar positivamente en la sociedad. Considero que es posible hacer lo que otros consideran que es imposible”, apostilló.
Proyectos a futuro
Maribel Zamata Quispe espera que este año el Indecopi le otorgue la patente para poder difundir su innovador “paquete tecnológico” como su propiedad intelectual. Además conformó su empresa “Q-Maza EIRL” y
"Ecogamia", Organización para la conservación del medioambiente, que se puede conocer en detalle en su cuenta de Facebook.
Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Al celebrarse hoy el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Maribel Zamata reflexiona sobre la importancia de motivar a las mujeres desde la niñez a interesarse por la ciencia y la tecnología.
“Recuerdo que mis padres nunca me impidieron hacer lo que me gustaba. Creo que los padres cumplen un rol muy importante en la formación y no deben limitar a sus hijas en tareas que son consideradas como exclusivas para mujeres. Ambos géneros estamos en condición de desempeñarnos con éxito en cualquier ámbito”, remarcó.
“Creo que toda niña y niño tiene un potencial de creatividad porque no están parametrados ni normalizados como los adultos, son libres de pensamiento. No se debe cortar las alas de la creatividad ni de la imaginación en las niñas y niños. Dios me ha dado dos hijos varones, a quienes siempre les aconsejo que respeten, valoren y apoyen el aporte de las mujeres a la sociedad”, concluyó.
(FIN) LZD/