Su preocupación por descontaminar la bahía El Ferrol de Chimbote y aprovechar el lodo orgánico acumulado allí por más de 60 años, motivó que la joven ingeniera civil Maritza Carolina Zapata Altamirano crease un ladrillo hecho en parte con ese residuo. La invención le valió la medalla de bronce y dejar en alto al Perú en la Feria Internacional de Invenciones de Corea del Sur-KIWIE 2020.
La inventora de 26 años de edad, egresada de la Universidad Nacional del Santa, había planteado este tema en su tesis para convertirse en ingeniera civil. Desarrollar la idea hasta tener un prototipo le demandó alrededor de ocho meses de investigación. “Lo más difícil fue extraer el lodo, dado que la sedimentación varía a lo largo de la bahía”, expresó.
Consultar con especialistas y someter a un análisis químico el lodo orgánico extraído de El Ferrol, le permitió concluir que dicho sedimento presenta una consistencia similar a la arcilla y podía servir para producir ladrillos para la construcción.
“La idea era tener ladrillos más resistentes que los convencionales. Entonces, se incorporó un 20% de lodo orgánico en su composición, lográndose un ladrillo artesanal con una resistencia de 60 kilogramos por centímetro cuadrado, superior al mínimo de 50 kilogramos por centímetro cuadrado exigido por el Reglamento Nacional de Edificaciones”, manifestó Maritza Carolina Zapata Altamirano en diálogo con la Agencia de Noticias Andina.
Un ladrillo innovador
Destacó que este ladrillo híbrido se puede utilizar para construir cercos, divisiones y paredes que no soportan carga y, por tratarse de ladrillos que pueden fabricarse de forma artesanal y de bajo costo, constituye una alternativa para la edificación de viviendas en zonas rurales.
“El propósito principal de esta invención es extraer todo el lodo acumulado para descontaminar la bahía El Ferrol y aprovecharlo en la producción de los ladrillos para construcción”, enfatizó, tras comentar que, según un estudio del Instituto del Mar del Perú (Imarpe) hecho en 2002, el volumen acumulado de lodo contaminante en El Ferrol bordea los 54 millones de metros cúbicos.
Trámite de patente ante Indecopi
En el 2019, Maritza Carolina Zapata Altamirano había presentado su tesis
“Ladrillos macizos artesanales de arcilla con adición de lodo orgánico para mejorar sus propiedades físicas y procedimiento de elaboración” como propuesta al programa
Patenta del Indecopi.
Participación exitosa y distinción en feria internacional
Tras ser aceptada su solicitud de patente, Indecopi seleccionó su invento y el de otras 28 creadoras, investigadoras y emprendedoras peruanas para ser exhibidos en la Feria Internacional de Invenciones 2020, organizado por la Asociación de Mujeres Inventoras de Corea, en colaboración con la Oficina Coreana de Propiedad Intelectual (KIPO).
El ladrillo artesanal hecho con lodo orgánico compitió con más de 200 inventos de diversas naciones participantes y subió al podio para recibir la medalla de bronce.
Zapata Altamirano agradeció el respaldo de la Universidad Nacional del Santa, su alma mater que le brindó el financiamiento, la asesoría académica y los laboratorios para validar su invento que se encuentra en la última fase para obtener una patente.
Apostando siempre por la mejora continua, la joven ingeniera civil considera que su invento puede mejorarse si se industrializa su producción en serie.
En la ceremonia virtual de reconocimiento a las inventoras peruanas participantes en el KIWIE 2020, organizada por el Indecopi, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Silvia Loli Espinoza, destacó el invento del ladrillo artesanal a base de lodo orgánico de la ingeniera Maritza Zapata, y comentó que sería importante que este aporte sea conocido por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento para promoverlo en las obras que impulsa en todo el país.
Proyectos a futuro
Tras convertirse en ingeniera civil, Maritza Carolina Zapata Altamirano busca cursar maestrías en Geotecnia para conocer la dinámica de los suelos, y en Ingeniería Ambiental para profundizar su investigación sobre cómo descontaminar la bahía El Ferrol.
Su amor al deporte desde la niñez, que la llevó a ser cinturón marrón de judo e integrante de la selección nacional, y su profunda fe en Dios le brindan a Maritza Zapata la convicción de seguir superándose para lograr un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.
“Siempre quise practicar el judo y a los 16 años representé al Perú en torneos sudamericano y panamericano. Lamentablemente, sufrí una fractura de peroné y eso me llevó a dejar la alta competencia. Sin embargo, la he seguido practicando para no desvincularme de esta maravillosa disciplina deportiva”, comentó.
Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
A pocos días de conmemorarse, el 11 de febrero, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Maritza Carolina Zapata Altamirano reflexiona sobre la importancia de motivar y promover desde los hogares y la escuela la participación femenina en la investigación científica y tecnológica.
“Es muy importante que cada vez más mujeres se involucren en la ciencia y la investigación y reciban el apoyo del Estado, la empresa privada y la sociedad en su conjunto para contribuir al progreso y bienestar del Perú”, expresó.
El 22 de diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió establecer un Día Internacional anual para reconocer el rol importante que desempeñan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología.
Ello con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento femenino.
La celebración de este día está dirigida por la Unesco y ONU-Mujeres, en colaboración con instituciones y socios de la sociedad civil que promueven el acceso y la participación de mujeres y niñas en la ciencia.
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