12:26 | Arequipa, mar. 9.
Facundo, es un niño de Arequipa que con solo 9 años de edad se ha convertido en un ejemplo para sus compañeros y escolares de esta región al decidir no forrar con plástico sus cuadernos con la intención de cuidar y de salvar al planeta.
Afirma que el plástico con que se forran los cuadernos es desechado al término del año escolar va a dar al mar contaminándolo y provocando la muerte de los animales marinos. Facundo tiene el deseo que esta propuesta se replique en todos los colegios del país, porque es consciente que su iniciativa, aplicada desde este año en su colegio, no es suficiente para detener la contaminación de las aguas marinas.
“Si se dispone que en todos los colegios del país no se forren los cuadernos y textos escolares, podríamos lograr que la costa peruana esté más limpia y bonita. Porque la medida aplicada solo en mi colegio no va hacer que el mar este mejor o más limpio”, sostuvo Facundo, quien dijo que solo en su colegio se producen unos 3,000 metros de forro de plástico, donde estudian 1,000 alumnos y cada uno utiliza un promedio de tres metros de forro.
Lea también:
Conoce a Jeiko Yenque, el niño que lidera cruzada para limpiar las playas de Talara
La cifra se elevaría considerablemente si hacemos la misma operación matemática tomando en cuenta a todos los escolares del país, que en estos días retornan a las aulas y cuyos desechos plásticos al finalizar el año no solo van a dar al mar, sino también a los ríos y botaderos donde no son tratados y terminan contaminando el ambiente y dañando al planeta.
Lea también:
El niño, que cursa el cuarto grado de primaria en un colegio de Arequipa, pidió a sus padres el año pasado antes de iniciar labores escolares, no forrar sus cuadernos con el clásico plástico, pedido que fue sustentado señalando que este material terminaba en el fondo del mar contaminando las aguas marinas y este tardaba en degradarse entre 150 y más de 1,000 años, y no podía contribuir a seguir dañando el planeta.
“A mí me gusta todo lo que tenga que ver con el mar y los animales marinos, veo programas de televisión sobre el tema y vi también como mueren los animales del mar por la presencia del plástico, por eso me negué a forrar mis textos”, asevera.
A su corta edad Facundo no solo entendió lo que muchos adultos aún no logramos discernir, sino también asumió una medida como fue no forrar sus cuadernos y libros escolares, tampoco colocar ‘stickers’ u otros elementos de plástico en clara señal de su deseo de cuidado del medio ambiente.
Respaldo a iniciativa
El pedido del niño de no forrar sus cuadernos y libros no bastaba con la sola autorización de sus padres, fue así que la madre de Facundo, Ileana Monti, le sugirió al menor escribir una carta dirigida a la dirección del colegio sustentando su pedido.
La misiva tuvo respuesta meses después del inicio del año escolar y para satisfacción del menor, esta no solo aprobaba su iniciativa, también anunciaba que esta sería aplicada en toda la institución educativa al año siguiente, tras convertirse en una política de cuidado al medio ambiente de la institución. La dirección dispuso también que los padres de familia no envíen envases de plástico de un solo uso a sus hijos en la lonchera y que en las actividades familiares y deportivas no se usen globos u otros elementos plásticos de adorno.
El colegio Max Uhle inició la semana pasada sus labores escolares y los padres de familia fueron comunicados con anterioridad que no debían forrar los cuadernos y libros de sus hijos. Esta medida provocó en Facundo satisfacción, quien al retornar a las aulas observó que sus compañeros no forraron sus cuadernos y que todos contribuyen así a salvar al planeta.
“En el colegio mis amigos me felicitaron, pero me gustaría que en clases hablemos más sobre el cuidado del medio ambiente para que así otros compañeros presenten más ideas para cuidar al planeta”, dice Facundo, quien a su corta edad y su amor por la naturaleza lo llevaron a asumir una postura que debería replicarse en otros colegios del país.
Facundo es un niño que no solo le gusta la vida marina, también tiene inclinación por las plantas, animales, aves y bichos como él dice. “Cuando era más pequeño le pedía a mi mamá libros de bichos, pájaros y sobre la naturaleza para saber más sobre el tema. Yo cuando sea grande, hasta ahora estoy pensando en ser biólogo, para investigar y descubrir nuevas especies de plantas, aves y animales”.
En tanto eso sucede, Facundo no descarta que algo más se le ocurrirá a él o a sus compañeros para cuidar al planeta de la abrumadora contaminación ambiental que mata animales, altera el normal ciclo de las estaciones del año, entre otros efectos nocivos.
Resulta admirable como un niño de tan solo nueve años tenga las cosas claras respecto al cuidado del planeta y se muestre sensible frente a un tema que los adultos aún no logramos comprender, pero que deberíamos imitar.
Más en Andina:
(FIN) RMC/MAO
Publicado: 9/3/2020