Muchos jóvenes tienen bien cimentada la idea de promover acciones para mejorar la calidad ambiental de su entorno. Edith Callomamani Callomamani es uno de ellos y gracias a su esfuerzo logró que su natal pueblo de Challacollo, ubicado en el distrito de Ácora, región Puno, también se trabaje en el manejo adecuado de residuos sólidos. Conozcamos su interesante historia.
En diciembre de 2020, cuando llegó por primera vez el camión recolector de basura a Challacollo, todos quedaron sorprendidos. Y es que fue un hecho histórico para esta comunidad de unas 60 familias del distrito de Ácora, al sur de Puno. “¡Ahora sí da gusto vivir aquí!, viendo todo tan limpio, hasta más ganas tengo de pastar mis animales”, recuerda Edith Callomamani Callomamani, que le comentó uno de los comuneros.
La ejecución del proyecto empezó en noviembre de 2020. Edith, estudiante de Enfermería en la Universidad Nacional del Altiplano Puno con la Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, se propuso cambiar el rostro de su comunidad y la calidad de vida de sus habitantes, porque sabe por experiencia propia de los graves problemas ambientales que afrontaba el lugar que la vio nacer.
“Ha sido maravilloso para nosotros. Estamos muy agradecidos con ella. ¡Ahora se ve limpio! Ya nos estamos acostumbrando a poner la basura en un solo lugar y ahora ahí lo recoge la municipalidad. Estamos iniciando el hábito, es poco a poco, pero ya estamos viendo los resultados”, señala Norma Atencio Contreras, expresidenta de la comunidad de Challacollo.
Antes, los residuos sólidos podían estar no solo regados en las calles, sino también en cuencas, que luego la lluvia llenaba de agua y al secarse podían volar en forma de polvo, contaminando y afectando la salud de la población. “También los plásticos estaban dispersos en los pastizales, donde los animales pastaban a diario y ello los enfermaba, a veces, hasta morir”, detalla la lideresa comunal.
Es así que –gracias a la talento– se inició primero con un trabajo de capacitación y sensibilización a las familias sobre el manejo adecuado de los residuos sólidos. “Además, se han implementado tachos de basura con tapa en las viviendas. Hemos hecho un intenso trabajo de información con perifoneo, a las seis de la mañana, y las personas han estado muy contentas de participar; y creo que sí ha llegado el mensaje y eso me dio mucho gusto”, indica Edith de 24 años, quien además enseñó cómo dividir y reciclar la basura de forma adecuada.
Norma Atencio, que era presidenta de la comunidad de Challacollo cuando empezó el proyecto, indicó que Edith Callomamani es la primera futura profesional que está realizando algo en favor de su comunidad. “Tantos estudiantes que han salido de aquí y nadie se ha preocupado por nosotros como la señorita”, enfatiza.
Aunque el proyecto aún no ha terminado, ya se han dado pasos muy importantes dentro del desarrollo de sus actividades programadas, como el establecimiento de un comité de gestión ambiental, donde los mismos comuneros realizan monitoreo para que Challacollo sea ahora un lugar agradable y saludable para vivir, sobre todo en el contexto de la pandemia.
“Al ver los resultados me he sentido con más ganas de seguir trabajando por mi comunidad. Es una gran satisfacción, ahora veo a los comuneros felices porque han mejorado no solo su salud física, sino también psicológica”, indica la futura enfermera.
Su compromiso con su prójimo se refleja en cada acción y sueño que tiene. “Creo que para ser una buena estudiante hay que ser además una buena persona. Al ser becaria, no solo he logrado estar en el décimo superior de los últimos ciclos de mi carrera, lo más importante para mí es que he logrado cambiarle el rostro a mi comunidad. Y cuando voy al hospital, a hacer mis prácticas, trato a las personas no solo como me gustaría que me traten a mí, sino como debe ser tratado un ser humano”.
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