Los cambios de comportamiento, irritabilidad, berrinches, tratar mal a sus familiares y tener dificultades de atención en la escuela son algunas de las señales de alerta que muestran que el niño, niña o adolescente tiene problemas de ansiedad.
Así lo informó el médico psiquiatra Carlos Bromley, quien precisó que esta enfermedad de salud mental no es reconocida como tal por la población, sino que es interpretada como una conducta de “malacrianza” y no se le da la atención debida.
“Los menores demuestran la ansiedad, y también la depresión, de manera muy distinta que los adultos. Ellos, por ejemplo, se aíslan, presentan conductas regresivas como orinar en la cama, no quieren ir al colegio o dejan de realizar algunas actividades”, señaló.
Durante la entrevista que concedió en Andina Radio Online en el programa "Saludablemente", Bromley precisó que, a veces, los cambios de comportamiento revelan ansiedad o depresión. Dijo que estos síntomas permitirán que loy padres y madres detecten a tiempo los cuadros de ansiedad de sus hijos.
“Si observan que no están bien, que además les sudan las manos, que a veces ellos tampoco lo están, tienen que entender que probablemente exhiben un problema de salud mental que debe ser atendido por un especialista”, anotó.
Recordó que la mamá ansiosa, por ejemplo, siempre está dando indicaciones, no permite que su niño o niña viva su propia vida, comparte su ansiedad, su relación es conflictiva; mientras que una mamá controladora tiene más bien una conducta ansiosa.
En Perú, 23 centros de salud mental comunitarios brindan servicios especializados a la población desde el 2014.
Bromley, que también forma parte de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, anunció que a fin de año se incrementará a 28 el número de estos centros, pues la demanda de asistencia aumenta cada día.
El especialista calcula que del total de atenciones en salud mental que se brindan en Perú, el 45 % es por ansiedad y depresión.
“Ambas enfermedades son primas hermanas, y se estima que anualmente en Perú unas 870,000 personas padecen la primera; mientras que la segunda, 1 millón 800,000.
(FIN) SMS/LIT
GRM
Publicado: 10/11/2016