Andina

¿Cómo readaptarnos al trabajo presencial tras más de un año de trabajo remoto?

La ansiedad se ha duplicado y, en algunos casos, triplicado en Lima

Especialista afirma que ante esta coyuntura hay dos extremos: un exceso de confianza y una desconfianza total, pero definitivamente el camino es el del medio.

Especialista afirma que ante esta coyuntura hay dos extremos: un exceso de confianza y una desconfianza total, pero definitivamente el camino es el del medio.

08:06 | Lima, jul. 13.

El trabajo remoto ha generado mucho estrés debido al largo tiempo comprometido y a otro tipo de factores, como tener que asumir responsabilidades adicionales en casa, explicó el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM).

Sonia Zevallos Bustamante, directora de Adultos y Adultos Mayores del INSM, señaló que, frente a esta realidad, ahora toca reestructurar las costumbres laborales, una vez que se disponga en retorno al trabajo presencial conforme a las normas de bioseguridad establecidas por las autoridades sanitarias. 


“Esto hace que las personas se vuelvan ajustar y adaptar a una nueva situación. Cuando las personas ya se ajustaron [al trabajo remoto], nuevamente les decimos ‘ok, ahora regresen a trabajar presencialmente’; esto obviamente genera una serie de situaciones, no solamente de la nueva adaptación en los horarios y en todas estas consideraciones adicionales, sino que se suma el miedo de regresar, miedo a contagiarse, el miedo de llevar la enfermedad a casa”, indicó a la agencia Andina.

Esta ansiedad tiene muchas cosas por detrás, dijo, como el miedo, la inseguridad, la anticipación de que las cosas van a ser de una magnitud inmanejable, pero al enfrentar la situación y empezar la readaptación, esa ansiedad comienza a disminuir, tal como sucedió durante el paso a la virtualidad.


Tomada como un concepto global, la ansiedad (anticipatoria, trastorno de estrés, TOC, etc.) desde el inicio de la pandemia se ha duplicado en Lima y en algunos casos hasta triplicado, pero se debe a muchos factores.

“Los trastornos de ansiedad se han incrementado bastante en personas que han sufrido del covid, en personas que han tenido pérdidas alrededor producto del covid o en personas que no han tenido covid; en toda la población en general ha aumentado, pero las tazas son un poco mayores en estos dos primeros grupos”.


Zevallos sostuvo que el hecho de salir de la calle, pero teniendo siempre en la mente el temor al contagio, a tal punto de perjudicar la realización de labores, puede que requiera la atención de un especialista. Un indicador de alerta puede ser realizar con una frecuencia excesiva el lavado de manos o estar desinfectando todas las cosas del entorno constantemente.

“Estas ideas repetitivas que son irracionales son las que conocemos como obsesiones. A pesar de saber que no deberían de pensarlo, algunas personas no pueden controlar esta compulsión. Sabemos que hay que desinfectar las cosas al inicio y al final, pero no necesito hacerlo cada 15, 10 o 20 minutos, ahí yo veo que ya hay una frecuencia que está incrementada, que no es proporcional y ahí tengo que pensar que algo puede estar pasando”.

¿Cuánto tiempo tomará la nueva adaptación?


Zevallos explicó que los tiempos de adaptación son relativos, dado que dependen de la estructura de la personalidad de cada persona. 

Dijo que, en promedio, la adaptación puede demorar de entre dos a tres meses, pero un parámetro de comparación de referencia para cada persona puede ser el tiempo que se necesitó para la adaptación a la situación de cuarentena.


“Los hombres somos animales de costumbres, entonces es difícil romper con nuestros hábitos. Es pasar de una situación, que en realidad son tres situaciones, ¿no? Al inicio de la pandemia me tuve que adaptar a vivir y a quedarme encerrado en mi casa, me adapto y como vemos ahora tengo que romper nuevamente este hábito para tener que adaptarme nuevamente a una situación en la cual hay normas que cumplir, hay riesgos inherentes y que de repente no me es tan sencillo”, añadió.


En el caso de los adultos mayores, los tiempos tienden a ser mucho más largos, indicó, siendo generalmente el doble del parámetro normal. Mientras más edad tiene la persona, le es más difícil adaptarse porque la rutina, el entorno más seguro, genera una mayor dependencia.

La directora de la DEIDAE recordó que la cuarentena rompió muchos hábitos, tanto saludables como no saludables, como el hábito del sueño, las rutinas, el uso del tiempo libre y los esquemas de horarios, y debido a que se pierde la noción del tiempo también comenzó la procrastinación en muchas personas, que significa dejar las cosas para más adelante.

Recomendaciones para una adaptación sostenible


En primer lugar, Zevallos recomendó que las personas se mantengan informadas siempre con fuentes seguras y confiables, ya que la información es útil para disminuir incertidumbres e inseguridades y por ello es trascendental evitar los mitos y las fake news. Es importante mantenerse al tanto de todas las medidas para minimizar la posibilidad de contagio.

Debido a la pandemia, ya muchos se han acostumbrado a un determinado horario, pero ahora toca restructurarlo. “Ahora debemos añadir el tiempo que demoraremos en desplazarnos hacia nuestros centros de labores, cómo nos vamos a desplazar, considerar el tiempo para realizar determinadas labores dentro del centro de trabajo porque no es igual estar en casa haciendo un trabajo remoto que regresar a una oficina donde voy a estar con más gente, voy a tener de repente más distractores y mi uso del tiempo va a ser menos eficiente”.

Es vital para la prevención tener los elementos de bioseguridad que garantizan protección contra la covid. A ello se le suma el tener en cuenta cómo lograr adaptarse a tener dos mascarillas puestas durante varias horas seguidas de trabajo.

Una persona debe tener la capacidad de darse autoinstrucciones, para tener presente que su riesgo de contagio va ser mínimo si sigue las medidas de bioseguridad y si además recibió la vacuna; al llegar a casa, también podrá asegurarse de que no está llevando la enfermedad a su casa.


En caso de tener altos niveles de ansiedad o angustia, la doctora sugirió relajarse con algunos ejercicios sencillos y cortos como controlar la respiración (inhalar lentamente contando mentalmente hasta cinco, exhalar, y repetir la secuencia de tres a cinco veces) y tratar de situar el presente porque normalmente las personas tienden a pensar mucho en el futuro, que tiene muchas probabilidades abrumadoras.

Según la especialista, la situación de pandemia presenta dos extremos: el caer en un exceso de confianza o tener una desconfianza total, pero ella considera que definitivamente el camino es el del medio. A veces, una persona puede enfrentar una situación amenazante negándola y cayendo así en un facilismo, pecando de un exceso de confianza; si ya están vacunados asumen que pueden volver a hacer su vida cómo antes, pese a que en realidad el riesgo prevalece y sigue recomendándose la prevención.


Adicionalmente, recomendó brindar seguridad y confianza a los más pequeños de la casa a través de su propio actuar como ejemplo: “Si a mi hijo le doy la seguridad de que puedo controlar esta situación siguiendo las medidas de precaución, yo le paso esa confianza y tendrá mucho menos ansiedad al momento de ir a su escuela. Si por el contrario me siento insegura ante la situación, no tengo esa confianza que pasar, así mi mensaje sea uno, yo comunico también con mi actitud. En la comunicación no verbal yo puedo estar pasando ansiedad, entonces a la hora de comunicarse con los niños hay que mostrarse siempre muy seguros y muy confiados en que la situación va a estar bien”.

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(FIN) SRE/LIT

Publicado: 13/7/2021