Compartimos el comentario del editor Ernesto Carlín a la película Los Meyerowitz: La familia no se elige.
Harold Meyerowitz (Dustin Huffman) es un artista a punto de jubilarse. Sus tres hijos, de diferentes compromisos, lo aman y lo odian con igual pasión, pero él parece no darse cuenta.
Uno de ellos (Ben Stiller), músico desempleado, regresa al hogar después de divorciarse. El menor (Adam Sandler) es un exitoso ejecutivo que vive al otro lado del país, en Los Ángeles, y evita el trato familiar.
Completa el cuadro la hija que nunca abandonó la casa y la madrastra alcohólica.
No se trata de una comedia, o más bien no una de las que nos acostumbran Sandler y Stiller. Es un humor ácido, en el que los celos y conflictos de entrecasa corroe en los lazos filiales.
El padre, cual el dios griego Cronos, no permite a sus hijos desarrollarse ni menos opacarle, realizando pequeñas mezquindades.
Formalmente la trama se ha dividido en tres partes, correspondiente a los dos hijos varones y a la nieta, pero el peso de la historia recae en cómo los hermanos lidian con el legado de ese déspota al que adoran y desean matar.
Es un acierto cómo el cineasta deja las escenas a la mitad –los exhabruptos de ira de Stiller, en especial– transmitiendo una sensación de desasosiego característico de este clan.
También en esa línea van las pastillas para mejorar o empeorar el ánimo y que los hermanos se pasan de sin saber cuál es cuál.
Es una película con una hondura psicológica y riesgo artístico poco habituales en nuestra oferta comercial. Imperdible: la venganza a destiempo del honor de la hermana.
Ficha técnica
LOS MEYEROWITZ: LA FAMILIA NO SE ELIGE
Título original: The Meyerowitz stories. Dirige: Noah Baumbach. Actúan: Adam Sandler, Dustin Hoffman, Ben Stiller, Grace van Patten, Elizabeth Marvel, Emma Thompson, Rebecca Miller, Candice Bergen, Judd Hirsch y Sigourney Weaver. Compitió en Cannes y solo se ha estrenado en Netflix.
(FIN) ECG
Publicado: 12/12/2017