Por Nathaly JimenezHeredero de un gran arte, César Villalobos impulsa la música y la cultura peruanas en el mundo. Es fundador de la prestigiosa agrupación Inca Son y debió superar las más duras barreras para concretar sus sueños. Su trabajo ha merecido distinciones honoríficas en Perú, Estados Unidos, Rusia y Canadá.
Una choza en Ascope
“Bajo una planta de guanabaná sin calle ni número, en el campo del Potrero de los Piscos, a 15 minutos de Ascope (La Libertad), mi papá Fermín construyó una choza de quincha, bambú con barro y ahí nací, acá empezó mi historia… me pone triste pensar en la pobreza que tuvimos, pero al mismo tiempo me siento bendecido, porque pude salir adelante gracias a las tribulaciones que tuve”.
Así, César Villalobos, quien nació en 1960, resume sus primeros años de vida en una humilde casita, en la que vivió con 13 hermanos; aunque cinco de ellos murieron pequeños.
La pobreza lo obligó a trabajar en el campo. En esas jornadas empezó a componer aquellas letras que más tarde serían parte de su repertorio. Por medio de bailes, actuaciones, canto, y hasta como guía turístico, fue aprendiendo poco a poco el arte que ama.
“Aprendí a bailar y hacía presentaciones para tener unas propinitas. Mi sueño era ser doctor, pero no tenía cómo pagar mi educación”, sostiene.
A finales de los años 70, pasó a formar parte del legendario grupo Matices Peruanos, gracias a su destreza en el baile andino.
Obrero en Boston
Sin embargo, la vida de César dio un gran cambio en 1985, cuando, como miles de peruanos en pos de mejores oportunidades, decide cruzar la frontera de Estados Unidos y se establece en Boston, Massachussets. Su primer trabajo fue de obrero.
“Tenía que sacar adelante a mi familia, ese era el único pensamiento que tenía”, añade al referirse a sus iniciales años duros como inmigrante.
Y así, tras aprender el inglés y laborar en diversos oficios, empezó a mostrar su arte en el Instituto Tecnológico de Massachussets, donde se ofrecía una hora de danzas internacionales para el que deseara exhibir su talento. César dejó a muchos impactados con el huaino.
Un accidente lo obligó a dejar el trabajo y someterse a una operación quirúrgica. Ya no podía bailar, ni cargar peso. Pero en su ADN no había espacio para retroceder, y encontró refugio en sus preciados instrumentos andinos.
Con la práctica, poco a poco llegó a dominar la zampoña, la quena y la guitarra. Tocar en las calles de Boston lo ayudaron a convertirse en un artista y a darle vida a sus composiciones de niñez y adolescencia.
El éxito de Inca Son
Posteriormente, junto a tres peruanos formó Fortaleza, agrupación en la que colaboró durante su primera etapa. Fue en 1988, cuando hizo realidad su gran sueño, formar su grupo musical, Inca Son.
“Saqué mi talento oculto y compuse para mi grupo. Me uní a un grupo de jóvenes inmigrantes del Perú en Estados Unidos, amantes del arte y fundamos Inca Son”, nos afirma mientras los recuerdos toman vida a través de las palabras.
La agrupación inicia su peregrinaje musical en la plaza de Harvard, en Massachussets, y graba su primer disco en 1991. Su fama se acrecentó, y alcanzan su primer hito: componer para la banda sonora de la película Colón, el descubrimiento.
En pocos años, Inca Son logró fama internacional, se llegó a presentar en grandes escenarios del mundo y en lugares como la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Con un fiel amor por los trajes peruanos, vestuarios que los caracterizan en todas sus presentaciones, consiguieron el 2005 ser parte del documental de National Geographic, Perou: Indigenous and Viceregal.
En el 2011, Villalobos obtuvo el premio Orgullo Hispano en Estados Unidos y fue considerado parte de la delegación peruana en la Expo Dubái 2020.
Apoyo a los suyos
El designado Orgullo peruano en el 2012, no ha cesado de trabajar para apoyar a sus seres queridos, y también a su terruño. En su ciudad natal, Ascope, construyó la Casa de la Cultura Inca Son, para que gratis las personas que se interesen aprendan a bailar, cantar y componer.
En este tiempo de pandemia vive en el Perú, y no solo ofrece arte musical, sino también sus manos por medio de la quiropráctica. Su próximo reto es escribir un libro que relate los escalones presentes en la vida.
Hoy sus afanes se enfocan en su próximo disco, el decimosexto de su colección. Con tantos años fuera del país, reconoce que Ascope lo ha acompañado siempre y ha sido su fuente permanente de inspiración.
“Dentro o fuera de ella, siempre retrataré al son de mis canciones la sangre que corre por mis venas, el ser peruano”, puntualiza.
Más datos
-En el 2018 fue seleccionado por Promperú para representar a nuestro país con su arte, en la Copa Mundial de Fútbol celebrada en Rusia.
-Villalobos ha sido reconocido como embajador cultural del Perú por divulgar la cultura andina en el mundo. Orgulloso portador de su herencia inca, sus vestimentas expresan el respeto por sus antepasados.
-Participó en la inauguración del Museo Indio en Washington DC, Estados Unidos, y ha sido reconocido en calidad de embajador por la Federación para la Paz Universal.
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(FIN) NJC/RES
Publicado: 14/10/2021