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Carmen Gonzáles: “Soy irreverente y fuerte”

Carmen Gonzáles Cueva. Caricatura: Tito Piqué

Carmen Gonzáles Cueva. Caricatura: Tito Piqué

15:42 | Lima, nov. 02 (ANDINA).

Por Susana Mendoza

Todos la conocen como la Dra. González. Es abogada, y decidió ser sicoterapeuta a los 40 años. Su programa “De frente y sin máscaras” en RPP es líder en el horario nocturno, y orienta con éxito a las personas que tienen un dolor en el alma.


Tiene 68 años y es viuda ¿se quiere volver a enamorar?

-No. La verdad, no pienso en eso en lo absoluto.

¿Y en qué piensa?
-Siento que tengo una razón de vivir: quiero evitar que los niños sean maltratados para que se desarrollen emocionalmente bien y cumplan con sus metas en la vida.

¿Fue maltratada de niña?
-Sentía que era muy maltratada. He sentido mucho desamor de mi mamá que lo he procesado, y me he dado cuenta que ella no podía darme otra cosa.

¿Qué le daba su mamá?
-Se preocupaba en darme de comer; quizás por eso siempre estoy subida de peso, se preocupaba que nuestra casa estuviera bonita en medio de su pobreza; pero yo le tenía terror.

¿Qué le asustaba de ella?
-La cara que ponía cuando se molestaba, y que me pegaba con la correa de la plancha. Hasta ahora no entiendo qué cosas podía hacer yo para que me pegara.

¿Y ahora de grande y como sicoterapeuta qué entiende de ella?
-Que no tuvo capacidad de controlar sus impulsos porque había sido huérfana. Perdió a su madre a los 6 meses de nacida, y a su padre el día que nació porque por celebrar su llegada se emborrachó y murió. La crió una tía que la golpeaba.

¿Tiene recuerdos tiernos de su madre?
-Si. Ella me daba mi ponche cuando estaba enferma; se asustaba mucho cuando yo estaba mal de salud. No recuerdo besos ni que me dijera hijita linda, pero sentía que me quería.

¿Y de su papá qué recuerda?
-¡Era maravilloso! Cantaba en las mañanas. Claro, se iba temprano y llegaba tarde de trabajar. Sin embargo, recuerdo su mirada; que me consideraba la persona más inteligente del mundo; que me hacía sentir que todo se podía.

¿Y usted siente que puede todo?
-Para mi es natural, creo que ya soy medio maniaca, jajaja…, tengo un optimismo ligeramente patológico, jajaja.

Usted ha tenido complejo de Electra…
-Cuando yo era chiquita iba y olía las sábanas del lado de mi papá, su pijama, me quedaba oliendo y mi mamá me sacaba de las orejas… jajaja… y yo no entendía porqué.

Pero quiero volver a la pregunta inicial, ¿no extraña el amor de un hombre?
-No, y no me interesa…

¿Usted ha amado a alguien?
-Si, al padre de mis hijos. Ayer justo lo recordaba cuando fuimos enamorados. Yo tenía 16 años y él 18. Sentíamos mucha pasión y en esa época no había muchos lugares, como se dice ahora, para “chapar”, jajaja. Y a mi no se me ocurría ir a un hotel. Pero dos cuadras antes de llegar a mi casa, había un árbol y allí nos besábamos ¡mostro!

¿Cómo fue la relación?
-No terminamos de construir una buena relación de pareja pero éramos muy complementarios: yo era la soñadora y Carlos me ponía en la realidad.

Le dicen la “doctora Cachetada”, ¿le molesta?
-Al principio si, ahora ya no. Lo asumí. Principio de realidad, qué voy a hacer…

Lo que pasa es que usted es muy directa…
-Soy oral, hablo como la gente habla en su casa; me gusta ser clara. Quizás soy un poco dura como lo fue mi mamá, que también fue muy ética y agradecida. Yo quiero a los que sufren porque yo he sufrido. Quiero que sean consolados como a mi me consoló mi abuela que me hizo entender muchas cosas.

Usted conduce un programa radial ¿Es difícil?
-Tengo quince años en el medio. Empecé en CPN, luego en radio Nacional, luego en Ke Buena y ahora estoy en RPP…

¿Es conciente que maneja bien el medio, en comparación con otros colegas?
-Si, y que la gente me respeta; eso me ha costado mucho.

¿En qué cree que radica su éxito?
-No tengo ese prurito de hablar como una profesional. Lo profesional radica en el conocimiento, y este pasa por el tamiz de la naturalidad.

¿Por qué decidió ser sicoterapeuta?
-Soy abogada, siempre me interesaron los problemas de las personas, era muy intuitiva y la verdad nunca escogí una carrera porque siempre hacía lo que me decía mi papá…

Pero usted estudió para ser terapeuta a los 40 años…
-En esos momentos tenía problemas con mi pareja, y decidí hacer terapia con el doctor Saúl Peña. Me cambió la vida. Fue como mi padre. Me invitó a la Escuela de Psicoterapia y Psicoanálisis Sigmun Freud, y estudié 4 años. Elegí crecer por primera vez.

¿Qué cambió en usted?
-Sentí que era valiosa, que podía ayudar a mucha gente a no sufrir.

¿Se siente la Freud de los pobres?
-No, Freud es demasiado grande; pero me siento una buena alumna del doctor Saúl Peña.

¿Qué extraña de su niñez?
-A mi papá. Extraño la navidad, escribir las cartitas, a mi abuelita, los dulces de mi mamá…

Los juegos con su hermana…
-No, porque teníamos rivalidad: yo era la preferida de mi padre, y ella de mi madre. Ahora nos llevamos muy bien.

¿Qué rasgo la define?
-Soy irreverente y fuerte.

¿Qué le da miedo?
-Que no me quiera la gente que yo amo. Eso me puede traer abajo, es mi talón de Aquiles.

¿Se siente femenina?
-Sí, dicen que era muy coqueta de joven pero no me recuerdo así. Me siento maternal.

¿Se siente adulta mayor?
-¡No! para nada, esa es la única cosa en la que no tengo sentido de realidad.

(FIN) DOP/RES


Publicado: 2/11/2009