La muerte ya no es el miedo más grande que experimentan las mujeres con diagnóstico de cáncer de mama. Ahora el mayor temor se enfoca en los cambios que tendrá su cuerpo y que impactan de forma intensa en la paciente y su familia.
“El miedo a morir ya no lo es tanto; las pacientes tienen más miedo a perder su figura. Su autoestima se ve bastante afectada. Y es allí donde intervenimos para ayudarles a reflexionar. Les preguntamos si ellas son solo una mama, les explicamos que su cuerpo va a ceder su mama para que ellas sigan viviendo, pero hay que tranquilizarlas, y para eso requieren apoyo emocional”, manifestó la psiquiatra Yurfa Salazar Aliaga, a la Agencia Andina.
La jefa del equipo funcional de salud mental del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN) consideró que existe mucha estigmatización alrededor del cáncer de mama, porque hay una alta probabilidad de pasar por una mastectomía, que es el retiro de uno o de los dos senos.
“Recordemos que las mamas son unos de los principales atractivos de la mujer. Entonces hay que trabajar para que ella se informe bien, para que sepa si va a requerir quimioterapia, radioterapia o solo le van a sacar el tumor pequeño y no la mama completa”.
Comentó que, en los 80 años de servicio del INEN, las pacientes a quienes se les ha seccionado la mama han podido seguir viviendo a pesar de las dificultades.
“Pueden quedar algunas secuelas, sobre todo cuando se les sacan los ganglios. Cuando hagan mucho trajín se les puede hinchar el miembro superior, pero se les explica que tienen que adaptarse a un nuevo estilo de vida, porque lo que importa es que están vivas, que van a poder compartir con su pareja, van a ver crecer a sus hijos, podrán desarrollarse personal y profesionalmente”.
Para la experta, pasar por un servicio de salud mental, ya sea psicológico o psiquiátrico, siempre será de gran ayuda en estos casos.
“Si no acepto mi enfermedad voy a rechazar mis tratamientos, no voy a seguir las indicaciones del médico y en lugar de mejorar, voy a empeorar. Nos encargamos de enseñarles que sí se puede vivir con cáncer y que ellas pueden seguir con una vida que merece ser vivida”, porque la muerte, tarde o temprano, les llegará a todos.
Se ponen irritables, ambivalentes
Durante la enfermedad, las pacientes atraviesan por diferentes etapas en las que experimentan gran estrés negativo, sostuvo la especialista, agregando que esta situación no les permite ver sus capacidades y habilidades. Empiezan a tener pensamientos de minusvalía, desesperanza y negatividad que no las deja estar tranquilas.
“A nivel conductual se aíslan, se ponen irritables, ambivalentes. No saben tomar sus decisiones y a nivel emocional hay mucha ansiedad, puede haber depresión y en los casos más difíciles puede haber alteraciones en la realidad, haciendo cuadros psicóticos”.
A nivel físico, muchas van a presentar dolores de cabeza, musculares, algunas van a tener diarreas, otras se van a estreñir. Otras van a perder el apetito y otra querrán comer todo el día. Se presentan problemas para poder dormir o duermen todo el día.
“Toda la sintomatología les va a causar agobio. Si eso no se maneja a tiempo va a ir avanzando hasta convertirse en un trastorno de depresión, con el gran riesgo de que los pacientes tengan ideación suicida o intenten hacerlo”.
“Hay que trabajar para que esa persona acepte su enfermedad, la asuma y se adapte. Hay que recordar que cada uno es dueño de su vida. Si decido que no quiero recibir quimioterapia o radioterapia y solo voy a tener tratamiento para el dolor, voy a ser feliz con eso, pero después no debo estar llorando por los rincones. De lo contrario, si quiero mi tratamiento, tendré que asumirlo, cumplirlo para seguir adelante. No solo hay que cuidar la salud física, sino también la mental”.
Cuidado con lo que dice
El apoyo familiar es fundamental en la recuperación de la paciente, sobre todo en la forma en la que se le trata.
“Cuando uno tiene cáncer cambia todo. Si la paciente es ama de casa ya no podrá seguir con sus labores como lo hacía antes, por lo tanto, el esposo y los hijos deberán tomar su rol y esto choca. Todos tendrán que adaptarse. Si la mamá trabajaba, ya no habrá esa parte económica. Muchas mujeres son cesadas de sus puestos porque tienen una enfermedad, es muy grave”.
En otros casos, los niños ya no serán llevados al colegio por sus madres, estas ya no acudirán a las actuaciones porque están hospitalizadas.
“La familia también sufre mucho, pero si logramos que también acepte la enfermedad y aprenda a convivir con ella, todos juntos podrán a salir adelante”.
Si la mujer con cáncer encuentra en quien respaldarse saldrá adelante, refiere la psiquiatra. “Si tiene una pareja que la acepta, que ama su cicatriz de la mastectomía va a poder adaptarse a su herida y seguir adelante”.
Frases que deben evitarse
Quienes viven con un diagnóstico oncológico experimentan mucha vulnerabilidad y miedo, lo cual exacerba sus emociones, que pueden verse tranquilizadas o alteradas con algunas palabras o frases.
“En realidad, no hay palabra mal dicha, sino más entendida o mal entonada. Si yo le digo, ‘no te preocupes, todo va a salir bien’, ella va a saber que puede contar con la pareja. Que no es lo mismo decir ‘tanto te preocupas. Todo va a salir bien, todo va a salir’. Eso va a sonar más como un reclamo”, comentó la especialista, quien sugirió iniciar una terapia familiar para transitar mejor por la enfermedad.
Los segundos y últimos miércoles de cada mes el INEN ofrece charlas sobre temas psico oncológicos, realizados tanto por psiquiatras como psicólogos. A esto se suman jornadas, como la que se realizará a fines de noviembre durante el Congreso Nacional de Psicooncología, abierto para expertos de diversas especialidades.
Mejor detección
Yurfa Salazar considera que el incremento de casos de cáncer de mama en los últimos años se debe a una mejor detección de la enfermedad.
“Ahora más gente acude a hacerse chequeos, porque es más fácil prevenir que curar. Un tratamiento oncológico sobrepasa el cuarto de millón de soles, mientras que una mamografía me puede costar 150 soles. Si tomáramos en serio el tener hábitos saludables, como no fumar, no tomar alcohol ni drogas, dormir mis 8 horas, tomar abundante agua, hacer ejercicio no menos de 30 minutos al día y de estar emocionalmente estable, habrá una menor posibilidad de tener cáncer y otras enfermedades”.
A experta recomendó visitar por lo menos una vez al año al psicólogo o psiquiatra para descargar lo que a veces no podemos decir en casa, para librarnos de rencores que también dañan y no dejan estar tranquilo o avanzar.
“Para quienes buscan este tipo de apoyos pueden encontrarlos en los más de 200 centros de salud mental comunitarios que existen en el país. Si son pacientes del hospital de neoplásicas no necesitan derivación para el servicio de psicología o psiquiatría, donde encontrarán mucho cariño. En consultas presenciales, atendemos de lunes a sábado de 7 a.m. a 7 p.m. En consultas virtuales estamos desde las 8 a.m. a 4 p.m. Pronto habrá también consultas de psiquiatría de forma virtual”, adelantó.
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(FIN) KGR/LIT
JRA
Publicado: 26/10/2022