Andina

Campesinos de Piura sacaron adelante sus cosechas con apoyo de motobombas

Fueron capacitados por el Programa Mundial de Alimentos

Campesinos en Piura

Campesinos en Piura

16:00 | Lima, mar. 14.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU capacitó a los agricultores para conservar sus parcelas y el funcionamiento de las bombas de agua.Conoce aquí sus historias:

A fines del 2024, una crisis hídrica afectó a los productores en el norte del Perú, entre ellos, los que se dedican a la pequeña agricultura familiar en la provincia de Sechura, departamento de Piura, quienes siembran alimentos en sus parcelas para su consumo y para la venta en el mercado local. 

Una crisis hídrica que, según indican, no había sucedido antes y estaba poniendo en riesgo la producción e inversión económica realizada para sacar adelante sus sembríos.

Ante este escenario, los productores locales recurrían al alquiler de motobombas para extraer agua como una de las opciones para salvaguardar los sembríos. 

Sin embargo, el alto costo a pagar en relación con la cantidad de parcelas y el número de veces que se necesitaba regar, no lo hacía rentable. 

Gran trabajo

A inicios de diciembre, el proyecto “Compartiendo la Mesa, desde las manos de Sechura”, implementado por el Programa Mundial de Alimentos en alianza con la empresa privada, entregó motobombas a 20 asociaciones de agricultores locales. 

Para ello, previamente se identificaron las fuentes desde donde extraer el agua y se capacitó a los agricultores sobre el funcionamiento de los equipos y su uso adecuado.

Gracias a ello, productores como Liliana y Flor de María encontraron una nueva solución para afrontar la emergencia, quienes incluso, en la actualidad, siguen haciendo uso de las motobombas.

Liliana Portales Llican es una agricultora de 57 años que aprendió a trabajar en el campo desde muy pequeña y utiliza sus cosechas para su consumo y para la venta.

Ella cultiva diversos frutales, sin embargo, la falta de agua estaba dejando estragos en sus primeras plantaciones de papaya.

Determinación y empuje

Cuando la Cooperativa 10 de noviembre, a la que pertenece, recibió la motobomba en el marco del proyecto, Liliana vio una esperanza para sus cultivos.

“Como hay un pozo cerca, sacábamos el agua con balde o alquilábamos una motobomba chica, pero, a veces, no alcanzaba para la gasolina, no había presupuesto y nosotros queríamos salvar las plantas de papaya, los limonales, el mango. Cuando nos llegó la motobomba, sacamos agua, subía por la canaleta y lo traíamos a las chacras para los sembríos. Así, logramos salvar toda la plantación de limón, el mango, la carambola y algunas plantas de papaya”, dijo.

Liliana nos cuenta que no había vivido una crisis hídrica de esta magnitud anteriormente. “Es la primera vez que ocurre, al extremo de estar dos a tres meses sin agua, pero las motobombas ayudaron bastante”, agregó.

Al igual que ella, Flor de María Ayala Purizaca es una productora de 64 años que, junto a la Cooperativa de Productores Orgánicos del Valle de Sechura a la que pertenece, fueron beneficiados con la entrega de una motobomba que ayudó a salvar sus plantaciones. 

“Nos afectó bastante (la crisis hídrica), por ejemplo, la cosecha fue poca, en la mayoría de las frutas, la flor se quemó, nosotros teníamos yuca, camote, frejoles. Con la entrega de la motobomba se regó una parte de maíz y mango, se logró salvar algo, ya no se perdió todo. Los frutales estaban pidiendo auxilio. Con la motobomba, un compañero regó y logró sembrar maíz, su planta ahora ya está grande. Algunos sacamos agua de un río que estaba cerca, esta es la primera vez que el agua se retira tanto tiempo”, acotó. 

Flor de María no solo siembra para su consumo familiar, ella también comercializa sus productos en Sechura y, con el dinero obtenido, compra pescado para vender a sus vecinos. Además, se dedica a la crianza y venta de pollos para obtener más ingresos para su familia. 

Apoyo


Con la entrega de motobombas, el proyecto “Compartiendo la mesa, desde las manos de Sechura”, ayudó a 600 familias agricultoras a afrontar el déficit hídrico y preservar sus sembríos. 

“Nos gustaría seguir contando con la motobomba, nuestros terrenos no están cerca a los regadíos y carecemos de agua. Con la motobomba se nos hace más fácil sacar agua. Ahorita estamos cosechando camote y mango”, comentó.  

Así como estas familias, Flor de María y Liliana, nos demuestran la importancia de realizar acciones en beneficio de la pequeña agricultura, ya que son ellos quienes, a diario, hacen posible que las mesas cuenten con alimentos nutritivos para más familias. 

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(FIN) NDP/RES

Publicado: 14/3/2025