Las ballenas jorobadas son una especie emblemática muy apreciada por el mundo. Ellas todavía no se recuperan totalmente de su casi extinción a causa del hombre, pero ahora enfrentan una nueva amenaza: el calentamiento de los mares que podría obligarla a alejarse de sus zonas tradicionales de reproducción.
Un reportaje de la prestigiosa revista National Geographic resalta que después de una importante recuperación tras décadas de caza excesiva, una de las especies de ballenas más emblemáticas puede estar en peligro por el cambio climático, ya que el calentamiento de las aguas podría obligarla a abandonar sus zonas de cría tradicionales en los trópicos. Se trata de las ballenas jorobadas, quienes se enfrentan a otro enemigo que no pueden combatir.
Nat Geo cita el estudio publicado en Frontiers in Marine Science, que indica que el aumento previsto de la temperatura de la superficie del mar significa que muchas zonas de cría de las ballenas jorobadas ya no estarán dentro de su rango de temperatura histórico a finales de siglo. Combinado con el calentamiento de sus zonas de alimentación, así como con los impactos de otras actividades humanas, estos cambios pueden significar que, incluso después de años de recuperación, el futuro de las ballenas jorobadas siga estando lejos de ser seguro.
Las ballenas jorobadas, quizás las más conocidas de las grandes ballenas, con sus largas aletas pectorales y su afición a saltar fuera del agua (comportamiento conocido como "breaching"), también son famosas por sus largos, complejos e inquietantes cantos. Al nadar principalmente en aguas costeras, fueron presas fáciles y tempranas de los balleneros comerciales, que empezaron a buscarlas en el siglo XVI y mataron unas 250.000 sólo en el siglo XX, reduciendo su cantidad mundial a unas pocas miles. Mientras que otras poblaciones de ballenas han tardado mucho tiempo en recuperarse o directamente no lo han hecho, las jorobadas se han sobrepuesto con fuerza en toda su área de distribución.
Las ballenas se mantienen firmes
En verano, las ballenas jorobadas se alimentan en aguas frías de altas latitudes (como las de Alaska, la Antártida, Islandia, Noruega y la costa oriental de Canadá y Estados Unidos), y migran anualmente a aguas más cálidas para reproducirse. No está claro el motivo exacto de su migración, aunque las teorías van desde el evitar a las orcas depredadoras (que son mucho más abundantes en las zonas de alimentación frías) hasta el rejuvenecimiento de su piel.
Sin embargo, según el nuevo estudio, todo esto (la recuperación de las jorobadas, sus migraciones a las zonas de cría, la industria de la observación de ballenas) puede estar en peligro por el cambio climático. En el estudio, Hannah von Hammerstein y Renee Setter, estudiantes de doctorado del Departamento de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Hawai en Manoa, trabajaron con expertos en ballenas de la universidad y de la Pacific Whale Foundation (Fundación de la Ballena del Pacífico) para proyectar el aumento de la temperatura de la superficie del mar en las zonas de cría de las ballenas jorobadas.
Los investigadores descubrieron que, en un escenario "intermedio" de cambio climático en el que el crecimiento económico continúa a niveles históricos, pero se combina con esfuerzos limitados para reducir el calentamiento, el 36% de las zonas de reproducción de las jorobadas del hemisferio norte y el 38% de las del hemisferio sur experimentarían sistemáticamente temperaturas iguales o mayores al límite superior de 28 grados Celsius a finales de siglo. Sin embargo, en un escenario en el que las emisiones de combustibles fósiles continúen a un ritmo acelerado, esas cifras aumentan al 64% en el hemisferio norte y al 69% al sur del ecuador.
Es importante señalar que cualquier cambio en las zonas de cría no se produciría de forma aislada. Las ballenas jorobadas, al igual que otras ballenas, se enfrentan a las amenazas acumuladas de las colisiones con barcos, la pesca, el ruido submarino y otras actividades humanas. Si la temperatura está aumentando en sus zonas de cría, lo hará también en sus zonas de alimentación, con impactos potencialmente aún más graves.
Para este fin, los autores del estudio recomiendan aumentar la protección de las zonas de cría de las ballenas jorobadas, a fin de proporcionarles una mayor resistencia frente a las amenazas climáticas y permitir un mayor estudio de cómo y por qué eligen esas regiones.
"Las ballenas jorobadas han sido celebradas como una historia de éxito en la conservación, y con razón", enfatiza Stack, bióloga y responsable de la Pacific Whale Foundation, "Creo que ahora es nuestra responsabilidad mantener esa tendencia y hacer lo que podamos para reducir los factores de estrés adicionales que se producen en el océano. Nuestro trabajo no ha terminado".