La IX Cumbre de los BRICS en Xiamen tiene lugar en un contexto internacional y doméstico diferente al de los primeros años de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), cuando los países mantuvieron altas tasas de crecimiento.
Actualmente, entre los cinco países, solo China y la India mantienen altas tasas de crecimiento. Sin embargo, según el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), habrá una pequeña disminución en el crecimiento económico de la India, la cual ubicará la tasa de crecimiento del PIB en un 7,2 %.
Perspectivas de crecimiento
China, que espera un crecimiento del PIB del 6,5 % en 2017, podría bajar a un 6 % en 2018. En los otros países BRICS la situación económica es aún más complicada.
La economía rusa tiene una expectativa de crecimiento aproximada del 1,1 % en 2017 y 1,2 % en 2018. Se espera que la economía de Sudáfrica crezca un 0,8 % este año, comparado con el 0,3 % en 2016.
Por último, Brasil es el único que tiene una perspectiva más negativa, con una proyección de solo 0,2 %. Este contexto económico se ve agravado por la tendencia actual de expansión del proteccionismo internacional.
Este escenario requiere que los BRICS propongan soluciones para enfrentar los problemas económicos de cada país. Pero también tienen que evaluar si las circunstancias y la voluntad política conjunta de los cinco Gobiernos favorecen a un proceso de toma de decisiones que refuerce el mecanismo de los BRICS.
En marzo de este año, Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, presentó una propuesta para redefinir los límites de los BRICS e incluir otras importantes economías en desarrollo. Esta propuesta se conoce como “BRICS Plus”.
Según Wang Yi, a través de BRICS Plus, “ampliaremos el círculo de amigos de los BRICS y lo convertiremos en la plataforma más influyente para la cooperación Sur-Sur en el mundo”.
Al referirse a la cooperación Sur-Sur, el ministro chino sugirió que la expansión de los BRICS debería moverse hacia los países en desarrollo.
Hasta el momento, la propuesta “BRICS Plus” no ha sido presentada oficialmente a los demás miembros de los BRICS y no se ha hecho ninguna invitación o se ha formalizado la solicitud de adhesión, en parte porque los BRICS no son una organización internacional y no tienen un mecanismo formal para aceptar nuevos miembros. Además, no está claro cuál es el verdadero significado de “BRICS Plus”.
Independientemente de cómo se responda a esta pregunta, algunos medios de comunicación dicen que el Gobierno chino estaría interesado en invitar a México, Pakistán y Sri Lanka.
¿Pérdida de enfoque?
La propuesta no está exenta de controversias. Por ejemplo, algunos analistas dicen que si se expandieran, los BRICS perderían su enfoque; otros piensan que la inclusión de Pakistán y Sri Lanka será vista con desconfianza por la India, ya que los considera como países pro-Beijing.
Sin embargo, más allá de estos posibles inconvenientes –en gran parte provocados por la falta de claridad sobre las implicaciones de este BRICS ampliado–, la propuesta china es comprensible, teniendo en cuenta los prospectos positivos para las economías de los países en desarrollo.
Un estudio publicado por el Banco Mundial apunta a la tendencia al alza del PIB de las economías en desarrollo.
La tasa media anual de crecimiento del PIB para los mercados emergentes y las economías en desarrollo alcanzará el 4,7 % para 2019, mientras que en las economías avanzadas la tasa promedio de crecimiento del PIB será del 1,7 % en ese año.
El crecimiento de los mercados emergentes y de las economías en desarrollo se debe principalmente a las exportaciones agrícolas de productos básicos y también a la recuperación general de los sectores de energía y metales.
Según el Banco Mundial, en 2018 el crecimiento de las siete economías emergentes más grandes (EM7) –Brasil, China, la India, Indonesia, México, Rusia y Turquía– superará sustancialmente el crecimiento de las economías industrializadas del G7, beneficiando a otros mercados emergentes y países en desarrollo.
También vale la pena mencionar una reciente investigación de PwC que señala que los mercados emergentes dominarán el ranking de las 10 mayores economías del mundo en 2050 en poder adquisitivo. Teniendo en cuenta estas proyecciones, tiene sentido considerar la ampliación de los BRICS a otras economías en desarrollo.
Existen otras ventajas del “BRICS Plus”. La propuesta podría reducir el peso relativamente alto de las economías de China y la India sobre el resto del grupo.
Además, la expansión de los miembros del grupo refuerza la tendencia que se está consolidando en las cumbres: mayor compromiso y cooperación con países no BRICS, particularmente con países emergentes y en desarrollo, así como con organizaciones internacionales y regionales relevantes.
Gobernanza económica y política
Además de discutir la relevancia de la expansión de los BRICS, hay otros elementos clave a considerar.
Desde su creación, los BRICS se han centrado en dos áreas: el área de gobernanza económica y financiera, dando prioridad a la coordinación dentro del G20, incluyendo la reforma del FMI y el Banco Mundial, y el área de gobierno político que aboga por la reforma de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad.
Los países BRICS se presentan a sí mismos como países reformistas –no disruptivos– del orden internacional actual.
Por lo tanto, es legítimo preguntarse si la expansión de los BRICS reforzará la narrativa original que enfatizó la reforma de las instituciones internacionales en vista de una mayor participación de los países BRICS en los procesos internacionales de toma de decisiones y que resultó en la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), o si “BRICS Plus” se convertirá únicamente en una plataforma económica para la inversión y el comercio, haciendo desaparecer la agenda reformista.
Es importante agregar que el alcance de los BRICS no se limita a la inversión y el comercio internacional, sino también a cuestiones de “poder duro”.
Los cinco países comparten la percepción de que necesitan ampliar la cooperación en el ámbito de la gobernanza, ya que existen desafíos comunes, como los que se derivan del proceso de urbanización, la lucha contra la contaminación, la reducción de la pobreza y la desigualdad, la promoción de la innovación y las nuevas tecnologías.
En estos temas, el foro empresarial y el foro académico pueden contribuir significativamente y son espacios de diálogo que deben articularse mejor.
La legitimidad de los BRICS en el ámbito nacional e internacional proviene de la agenda de reformas del FMI y del apoyo del G20 como foro principal para abordar temas internacionales, incluyendo los foros empresariales y académicos que promueve, las iniciativas concretas como la creación de la NBD y también de las cifras importantes que los caracterizan.
Los BRICS tienen una población total de aproximadamente 3000 millones de personas, representando el 43% de la población mundial; todos los países cuentan con un gran territorio; tiene una presencia transcontinental que agrega un valor estratégico al grupo; y su peso económico en la economía mundial es significativo.
Los BRICS tienen características y objetivos distintos en comparación con los esquemas de cooperación intergubernamental promovidos por las potencias occidentales en la segunda mitad del siglo XX.
Y la propuesta “BRICS Plus” puede introducir otra dimensión política en el proyecto: que las nuevas tensiones entre el mundo occidental desarrollado y los países BRICS se discutan dentro de los propios BRICS. El reto sigue siendo encontrar formas de tratar mejor las diferencias entre los miembros.
(FIN) RCH/FPQ