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Bon Jovi en Lima: una fiesta que tuvo de todo y a la vez le faltó mucho

Alrededor de 35,000 personas disfrutaron del concierto de músico estadounidense

Bon Jovi ofreció gran concierto en la capital.

Bon Jovi ofreció gran concierto en la capital.

07:28 | Lima, oct. 3.

Por Víctor Lozano

Bon Jovi es una banda que aún se encuentra en la cúspide de su popularidad. Su gira This House Is Not for Sale así lo demuestra, pues en todas sus presentaciones las expectativas han sido increíblemente grandes y Lima no podía quedar al margen de ello. Nuestra capital fue el punto de cierre de este tour mundial.

Jon Bongiovi, nombre verdadero del cantante oriundo de New Jersey, es muy carismático. Su rostro de 57 años, aún muestra esas facciones juveniles que despertaron el interés mundial por aquel muchacho que hizo remecer el mundo allá por el lejano 1984, con su single Runaway, pero que consiguió la consagración total dos años después con Livin on A Prayer.

Es muy dinámico, jovial, siempre risueño, histriónico, en constante interacción con el público. Secundado por su banda, hace vibrar al respetable con cada una de sus interpretaciones. Pero a estos ingredientes, siempre necesarios en eventos de esta magnitud, le falta el más importante, el fundamental.

Él lo sabe y por eso la razón de su histrionismo desmedido en el escenario. Jon ya no puede cantar. Así de directo, así de duro. Jon prácticamente recita sus canciones porque lamentablemente su voz ya no puede alcanzar, si quiera, las notas medias de sus temas; ni qué decir de las notas altas.

Los más de 35,000 espectadores que anoche acudieron al Estadio Nacional lo aceptan porque se trata de Bon Jovi. Aceptan su generoso despliegue, pero no ven más allá del espectáculo que el cantante ofrece en el escenario, al fin y al cabo, es una leyenda viva del rock mundial.

Los que fuimos a escucharlo nos quedamos con la miel en los labios, con esa sensación de que faltó algo o de que algo no ocurrió y no es precisamente un setlist más nutrido con sus éxitos de siempre.

Jon interactúa mucho con el público, demasiado podríamos decir. Los hace saltar, agitar los brazos, gritar y cantar. Algunas veces, el público cantó con él, pero en la mayoría de veces, el público canto por él. Obviamente, no se pretende que Jon cante como hace 35 años pero, al menos, esperábamos que cante.

Sus esfuerzos son loables. Gesticula mucho, cierra los ojos como si tuviera un tic nervioso, agarra el micrófono con las dos manos con tal fuerza como si quisiera partirlo en dos. En pocas palabras, se esfuerza demasiado para poder alcanzar las notas y los tonos que encandilaron al mundo, al grado de terminar con el rostro enrojecido.

La banda es su otro gran soporte. David Bryan, Tico Torres, Hugh McDonald y Phil X lo secundan casi a la perfección. Conocen la limitación de Jon y tratan de disfrazarla con una batería estruendosa, guitarras desgarradoras y un teclado de antología. Al fin y al cabo, en el escenario son uno solo y se apoyan los unos a los otros, como debe ser.

La gente está embelesada con él. No oían su voz, pero no era necesario oírlo. Total, al frente estaba Bon Jovi. Eso fue más que suficiente para ellos.

Temas emblemáticos



Para cerrar su concierto, Jon interpretó dos de sus más emblemáticos temas. El primero fue I’ll be there for you, de su disco New Jersey, una balada que, al inicio, le permitió estar en la misma sintonía con la melodía, pero conforme transcurrían los acordes, se fue haciendo más pesada para él, especialmente en las notas agudas. Nunca pudo alcanzarlas.

El fin de fiesta fue la archi clásica Livin on a prayer. Jon quería terminar su presentación por todo lo alto y trató de estar a la altura de semejante himno juvenil de mediados de la década de 1980.

Así, gastando sus últimas reservas, Jon interpreta la canción. Parado frente al público, siempre con el micrófono entre sus manos, se esfuerza para cantar. Lo consigue a medias; pero parece ya no importar. El público está eufórico y sus gritos, una vez más, disfrazan la realidad.

Y es que este concierto demostró que Jon es un ser humano como cualquiera y quizás, por esa condición, es que los demás humanos lo comprenden y aceptan. 

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(FIN) VLA/RES

Publicado: 3/10/2019