En un día como hoy, la Reserva Nacional Tambopata, joya de la biodiversidad en el corazón de la selva húmeda tropical peruana, celebra su aniversario. Con una extensión que abarca 274,690 hectáreas al sur del río Madre de Dios, en los distritos de Tambopata e Inambari, esta área natural protegida se ha convertido en un paradisíaco refugio para una flora y fauna únicas.
Dotada de una impresionante belleza natural, la reserva es uno de los destinos más codiciados por los turistas, quienes quedan deslumbrados por la extraordinaria biodiversidad que alberga. Con 600 especies de aves, 1,000 de mariposas y 169 especies de mamíferos, la fauna de Tambopata es un desfile de colores y formas que cautiva a quienes tienen el privilegio de explorar este paraíso terrenal.
Durante la creación del Plan Maestro de la Reserva, se identificaron 1,713 especies de flora, destacando como un pilar fundamental para el desarrollo sostenible de las comunidades locales circundantes. La cuenca del río Tambopata, con sus aguajales, pantanos, pacales y bosques ribereños, se erige como uno de los lugares con mayor índice de diversidad biológica en el mundo, ofreciendo a las comunidades locales la oportunidad de aprovechar de manera sostenible sus recursos naturales.
Ubicada en proximidad al Parque Nacional Bahuaja Sonene, la
Reserva Nacional Tambopata forma junto a este una unidad de protección de alta importancia para el país. Sus hábitats predominantemente acuáticos no solo sirven de refugio a más de 40 especies de aves migratorias transcontinentales, sino que también son un bastión para la
protección de especies en peligro de extinción.
En la zona de amortiguamiento, donde convergen las comunidades indígenas de Palma Real, Sonene e Infierno, pertenecientes al grupo etnolingüístico Ese’Eja, y la comunidad nativa Kotsimba del grupo etnolingüístico Puquirieri, los visitantes tienen la oportunidad única de sumergirse en la riqueza cultural ancestral. Aquí, la posibilidad de llevarse un pedacito del bosque en forma de artesanía o degustar la castaña, producto bandera de la región, agrega una dimensión especial a la experiencia.
Entre los destinos turísticos más populares se destaca el lago Sandoval, un rincón de 127 hectáreas en la cuenca del río Madre de Dios. Rodeado de exuberantes palmeras y hogar de guacamayos, este impresionante lago es accesible a tan solo media hora en bote desde Puerto Maldonado.
Pero la maravilla no termina allí. En las colpas de monte, es común avistar mamíferos como sajinos, huanganas y sachavacas, especialmente durante la noche. Las collpas Chuncho y Colorado, ubicadas en la margen izquierda del río Tambopata, ofrecen la oportunidad única de presenciar la fiesta de colores y cantos de los guacamayos, siendo la última la collpa más grande en toda la Amazonía peruana. Binoculares en mano, los visitantes pueden apreciar caimanes, sachavacas, ronsocos y otras especies asombrosas, creando así una experiencia única e impresionante.
Reflexiones
La Reserva Nacional Tambopata es un ejemplo destacado de cómo la conservación puede ir de la mano con el desarrollo sostenible. La riqueza natural identificada durante la creación del Plan Maestro ha sido un pilar fundamental para el bienestar de las comunidades locales. La utilización sostenible de los recursos naturales en la cuenca del río Tambopata proporciona medios de vida para las comunidades indígenas, fomentando la armonía entre la conservación y el desarrollo económico.
Del mismo modo, también desempeña un papel educativo y de concienciación. A través del turismo responsable, los visitantes tienen la oportunidad de conectarse con la naturaleza, aprender sobre la importancia de la conservación y contribuir al apoyo económico de las comunidades locales. Este enfoque educativo es esencial para crear una conciencia global sobre la fragilidad de los ecosistemas y la necesidad de preservarlos para las generaciones futuras.