18:51 | Lima, ago. 07 (ANDINA).
Si alguien quería encontrarse con riffs guitarreros y enérgicos golpes de tambor de sus primeros discos, se equivoca. El sexto álbum de Libido, Un día nuevo (CPM, 2009) puede dar visos sobre una etapa madura que goza la banda.
Porque a veces para los grupos de rock, la madurez significa la búsqueda de sonidos más calmos. Eso le pasa a Libido. Hoy tienen otra forma de encarar las canciones.
Hablamos de la banda limeña que se lanzó a la fama en 1998 con el epónimo Libido.
Llamó la atención el buen y alto registro de su vocalista Salim Vera. Quedaron en el gusto popular “Como un perro”, “Ojos de ángel” y “Sed”.
De ahí vino su fichaje por la Sony Music, el primer trabajo con el productor gaucho Tweety González y la primera vez que se aventuraron a grabar en el país de los tangos.
El resultado fue el exitoso Hembra (2000), su patadita al mercado latinoamericano, con hits como “En esta habitación”, “No voy a verte más”, “Tres” y “Respirando”.
Dos años después llegó Pop*Porn (2002), para el cual también trabajaron en la Argentina, pero bajo las órdenes del productor Duane Baron. Hay buenos temas, una portada rosada, pero se siente cierto cambio en su estética. Sonaron: “Espermato”, “Frágil” y “No será lo mismo sin ti”.
El primer recuento de lo avanzado en esos primeros seis años públicos fue el disco grabado en el teatro Peruano Japonés, Libido Acústica (2004), fue también el último trabajo que hicieron con su baterista Jeffry Fishman.
Al año siguiente, ya con Iván Mindreau como el nuevo baterita de la banda, vuelven a Buenos Aires y con Tweety Gonzáles.
Traen bajo el brazo Lo último que hablé ayer (2005), trabajo interesante por sus búsquedas sonoras además de sus conocidas deudas al rock anglo (la beatle “Nicotina” y “Más rápido”, la sugestiva “Lonely” o la introspectiva “Fantasma”) y su acercamiento al folk. Habla de esta necesidad reinvención de la banda. Y siempre cada intento es bueno.
Para registrar las 14 canciones de Un día nuevo, los Libido volvieron a unirse con el productor Duane Baron. Es un trabajo mejor al del primer trabajo conjunto.
Salim Vera no juega con los registros agudos que caracterizaron a Libido y Hembra. Repetimos, se debe a que es un disco más sosegado, les dice a los seguidores del grupo, nos va bien, no es tiempo de estridencias ni desamores.
Basta escuchar el promocional “Nadie sabe lo que vendrá”. El sonido de “Enloquece” es maduro; uno puede flirtear a la luz de las velas con “Un día nuevo”, “Octubre” y “Cielo apunta abajo”. El compositor principal del conjunto, Antonio Jáuregui, regala “Nadie sabe lo que vendrá”. Pero otra novedad del CD en ciernes es que los cuatro integrantes compusieron canciones para el material.
Con su alegría, inocencia rocanrolera y el sonido de “Malvada”, y “Sentir que hoy” recuerdan bastante a Pop*Porn.
La influencia anglo en el sonido de la banda es permanente y siempre les ha dado buenos créditos. El suave “Mundo Perfecto” te recuerda a Duran Duran; “Mi mente explota” se envuelve en una agradable reminiscencia sicodélica.
Otro puntal de Libido son sus balada y están aquí “Cielo apunta abajo”, la suavecísima “Hablar no es necesario” que apostamos será como otro hit de la banda, y “Amor anestesiado” con una introducción muy atmosférica a partir de la batería y el bajo.
Un poco fuera de lugar la versión guitarrera de “Nadie sabe lo que vendrá”, pero interesante para los que quieren saber cómo es un tema antes y después de pasar por la mano de un productor.
(FIN) JVV/MMB/FPQ
Publicado: 7/8/2009