Bajo el título “Las niñas, niños y adolescentes no pueden esperar más”, el Banco Mundial, la Organización de las Naciones Unidades para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hicieron un llamado nacional e internacional para apoyar los esfuerzos del Perú a fin de garantizar el retorno a clases presenciales desde marzo.
En un pronunciamiento público, saludan la decisión gubernamental de retornar a la presencialidad escolar desde marzo del 2022, felicitan los avances en la vacunación de docentes, personal de escuelas, niñas, niños y adolescentes, pero al mismo tiempo invocan a atender con urgencia las condiciones que podrían obstaculizar este objetivo.
“Hace un llamado al Estado, la sociedad civil, la empresa privada y la cooperación internacional para que atiendan con urgencia las condiciones que podrían obstaculizar el pronto retorno a las aulas y, por ende, el derecho a la educación de los casi 8.3 millones de niños, niñas y adolescentes que acuden a la escuela”, se indica.
“Urge que en Perú nos unamos, Estado, sociedad civil, sector privado y cooperación internacional, para abrir definitivamente las escuelas en marzo, asumiendo cada uno el rol que le corresponden para crear las mejores condiciones de retorno y resolver las barreras que persisten”, agrega.
En el pronunciamiento, se hace hincapié en cinco aspectos que es necesario atender, para garantizar el retorno a clases. Estas son el aumento de la demanda de servicio educativo presencial; infraestructura y condiciones de bioseguridad de los locales escolares; desvinculación escolar; información a las familias; y responsabilidades compartidas.
“Aseguremos el año escolar presencial. Actuemos, porque la educación de las niñas, niños y adolescentes no puede esperar más”, es la invocación.
Este mes de marzo se cumplirán dos años desde que se interrumpiera la educación presencial en las escuelas peruanas, como medida preventiva frente a la pandemia.
Puntos críticos
En el tema de la demanda del servicio educativo, los organismos internacionales estiman que 350 mil escolares de la educación privada migraron en el 2020 y 2021 a escuelas públicas.
“Si bien el sector Educación ha realizado un notable esfuerzo para atender esta demanda, el regreso a la presencialidad requerirá más espacios, mobiliarios, docentes y materiales educativos. Esta situación amerita revisar los protocolos sobre el distanciamiento físico en el aula como lo han hecho otros países, porque un aforo reducido acrecienta el déficit de espacios”, señala.
En cuanto, al tema de la infraestructura, 7 de cada 10 escuelas públicas requieren mejor infraestructura. “Si bien no es posible resolver todos los temas de infraestructura en el corto plazo, se necesita asegurar que todos puedan resolver la adecuación de sus espacios para que se asegure la debida ventilación de las aulas y de todas las medidas de bioseguridad”.
En referencia a la desvinculación escolar, se estima que 700 mil escolares han dejado la escuela o han estado en riesgo de hacerlo debido a la pobreza generada por la covid-19. “Si bien hay esfuerzos para promover la reinserción, es indispensable que el regreso a la presencialidad permita sincerar las cifras y diseñar estrategias para la reincorporación de todas las y los estudiantes, sobre de quienes han tenido menos oportunidades de aprendizaje en los dos últimos años”.