El retorno a clases presenciales implica para la gran mayoría de niños la felicidad de reencontrarse con sus amigos y profesores, pero para otros significaría el miedo a la socialización con sus compañeros, lo que podría dificultar ciertas dinámicas de integración en las aulas y desencadenar en espacios de violencia o bullying entre los menores.
Así lo señaló Macarena Arribas, especialista en liderazgo en educación e inteligencia emocional y fundadora de la asociación MAB Perú, quien dijo además que es necesario que los profesores, padres de familia y tutores cuenten con información en la prevención del bullying o violencia en las escuelas.
De esta manera, la especialista recomendó lo siguiente:
1. Generar espacios de confianza
Verbalizar nuestras emociones y pensamientos nos permitirá tener espacios más saludables. En casa es importante fomentar el diálogo y la apertura para saber cómo se están sintiendo, resaltando que pueden confiar en los adultos responsables de sus cuidados ante cualquier duda o situación que estén atravesando.
Del mismo modo, la escuela debe ser percibida para los estudiantes como un lugar seguro, teniendo espacios a los que pueden recurrir al enfrentar dificultades, sintiéndose en confianza. Ambos lugares deben mantenerse alineados para lograr que los alumnos tengan el soporte que necesitan.
2. Incluir en la rutina alguna actividad de gozo o hobbie
El desarrollo de actividades de gozo o hobbies en el día a día le brinda seguridad a los niños y niñas, ya que realizan actividades en las cuales disfrutan, obtienen reconocimiento y destacan. También, son una gran estrategia para lograr que los estudiantes se relajen y puedan disfrutar plenamente de lo que les gusta en un momento de su día, cumpliendo el rol de una actividad de autocuidado y desfogue.
3. Ser un ejemplo de respeto
Gran parte del aprendizaje de los niños se da a través de la imitación, las palabras y de la conducta de los adultos que dejan una gran huella en sus memorias. De esta manera, se debe recordar que somos constantemente el ejemplo de los niños y niñas. Si ellos se encuentran en un entorno violento, es muy probable que lo repliquen. Lo mismo sucederá, si se encuentran en un entorno saludable y sin violencia.
4. Informar acerca de la violencia escolar
El informar a todos los involucrados acerca de las causas, consecuencias, tipos de violencia, características de los agresores y de las víctimas, y cómo prevenirla, nos permite generar conciencia en la comunidad educativa acerca de la magnitud de esta problemática. Asimismo, el acceso a la información acerca de la violencia escolar, permitirá detectar de manera temprana los casos de bullying en el aula.
5. Elaborar en conjunto las normas de convivencia del aula
Es importante considerar la participación de los estudiantes en la elaboración de normas del aula. Estos acuerdos de convivencia deben describir de manera clara y sencilla las conductas esperadas y las actitudes que se quieren promover y lograr en la comunidad educativa.
“Queda claro que la prevención del bullying o violencia escolar es responsabilidad de todos nosotros como actores de la comunidad educativa. Por ello, es fundamental informarnos acerca de esta problemática y reconocer el gran impacto que tiene en el desarrollo de los estudiantes”, subrayó.