Por Harold Moreno LunaEn 2015 se reportó el hallazgo en el Perú de un nuevo género de tarántulas con dos especies que habitan las zonas altoandinas del Perú (Ayacucho y Apurímac). En 2017 se halló una nueva en Puno, y recientemente dos más en Apurímac y Cusco. A este grupo se incorpora ahora una tarántula arequipeña. ¿Por qué es importante este descubrimiento?
Una especie endémica del Perú
En 2013, mientras investigaba una colección de arañas del
Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el investigador checo Radan Kaderka identificó un ejemplar macho de una especie desconocida. Al año siguiente se halló una hembra con las mismas características físicas en Puquio, en Ayacucho. Kaderka continuó investigando y en 2015
describió al nuevo género,
Bistriopelma, con las especies
Bistriopelma lamasi (Ayacucho) y
Bistriopelma matuskai (Apurímac).
Estas tarántulas son de un tamaño pequeño a mediano, con una longitud de alrededor de dos centímetros de cuerpo sin incluir quelíceros e hileras. Su inspección anatómica fue la que permitió establecer diferencias con otros géneros conocidos.
En 2017, Kaderka describió otra
Bistriopelma, la
B. titicaca (hallada en Puno), y en
mayo de 2020 se descubrieron dos especies más de este género: la
B. peyoi (Apurímac) y la
B. kiwicha (Cusco). Todas tienen en común, además de las características físicas, el desarrollarse en hábitats particularmente duros: cerca de los 4000 m. s. n. m., en zonas de clima seco y frío.
Las tres primeras especies fueron descritas por Kaderka. Las
otras dos fueron halladas por un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, del Museo de Biodiversidad del Perú (Cusco) y de la Universidad Nacional del Sur (Argentina).
Entre queñuales
La nueva Bistriopelma, la Bistriopelma fabianae, fue hallada en un bosque de queñua (un árbol que suele crecer entre los 3500 y los 5000 m s. n. m. a lo largo de la Cordillera de los Andes), ubicado en las faldas del volcán Pichu Pichu, dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, en Arequipa.
El bosque de queñual en la falda del volcán Pichu Pichu, en Arequipa (al fondo de la fotografía), es el hábitat de la tarántula B. fabianae. Foto: Oscar M. Quispe-Colca.
Este hallazgo se dio gracias a Oscar Quispe-Colca, un joven biólogo que en 2013 terminó la carrera en la Universidad Nacional San Agustín (UNSA) de Arequipa. "Entonces hice mi tesis que se basó en las arañas de la zona. Y en una salida de campo en los bosques de queñua la encontré de casualidad", narró a la Agencia Andina.
"Años después, en el 2018, encontré otro espécimen en el bosque, en la falda del volcán Pichu Pichu; y es que para hacer estos estudios se necesitan varios (especímenes), en especial al menos un macho y una hembra", agrega.
Quispe-Colca se puso en contacto con Kaderka para compartir la información y trabajar en equipo. Tras una ardua investigación, examen morfológico de los especímenes y comparación con otras especies conocidas, anunciaron el hallazgo. El
estudio fue publicado en el último número de la
Revista peruana de biología, publicación científica periódica de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Mucho por investigar, espacios que cuidar
Perú es considerado un país megadiverso, es decir, uno de los países con mayor biodiversidad del planeta. Ostenta el primer lugar del mundo de cantidad de especies de aves y el tercero en número de mamíferos y anfibios, además de su enorme variedad de ecosistemas y de especies nuevas que son descubiertas cada año.
Las tarántulas del género Bistriopelma habitan en condiciones difíciles, en zonas altas y secas de los Andes. En la imagen, un macho de la Bistriopelma lamasi fotografiado en el Nevado de Ampay, en Apurímac (Abancay). Foto: R. Kaderka.
Quispe-Colca destaca este potencial. "Y en Arequipa no hay muchos estudios de arácnidos. No se conoce bien esta fauna. Las tarántulas han sido más estudiadas en las zonas de selva. Acá hablamos de tarántulas altoandinas, de zonas frías, secas".
Además, el bosque donde habita la B. fabianae es de propiedad estatal. Lamentablemente, no ha sido tan cuidado como debiera. En setiembre del 2019, organizaciones locales, con ayuda de Sernanp, la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea del Perú, realizaron jornadas de limpieza en la zona por la gran acumulación de basura.
"Encontrar una nueva especie debería reforzar la necesidad de conservación y cuidado, así como la necesidad de seguir investigando", destaca el investigador, quien afirma que lo estudios genéticos, por ejemplo, podrán ayudar a conocer más la naturaleza y origen de este género de arácnidos.
Los ejemplares estudiados por Quispe-Colca se encuentran hoy en el Museo de Historia Natural de la UNSA, y la colección científica de aracnología estará al alcance de los investigadores interesados en cuanto la situación sanitaria por el covid-19 lo permita.
Más en Andina:
(FIN) HML/SPV
Publicado: 17/9/2020