Se inició de manera oficial la instalación de sistemas de monitoreo en cinco quebradas consideradas críticas de la Cordillera Blanca, ubicada en la sierra de la región Áncash, con el objetivo de reducir el riesgo ante la posible ocurrencia de flujos de detritos (deslizamientos) generados por lluvias extremas y aluviones, informó el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
Sostuvo que este proyecto representa una herramienta tecnológica y científica clave para la prevención y mitigación de riesgos, reforzando la seguridad de la población y contribuyendo al desarrollo sostenible de los territorios altoandinos.

El IGP indicó que el inicio de esta iniciativa se da gracias al
convenio de cooperación interinstitucional suscrito esta mañana entre el IGP y la Mancomunidad Municipal Hatun Huaylas, el cual permitirá fortalecer las capacidades locales en
gestión del riesgo de desastres y beneficiará directamente a 32 áreas urbanas ubicadas en las quebradas priorizadas.
El acuerdo, firmado en las instalaciones de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Áncash, establece el financiamiento por parte del IGP para el desarrollo de estudios especializados y la implementación de
sistemas de monitoreo en las quebradas Cojup, Llaca, Lullan, Llanganuco y Mancos.
A la ceremonia asistieron Gino Rolleri Alvarado, asesor del Ministerio del Ambiente; Hernando Tavera, jefe institucional del IGP; José Romero Jara, presidente de la Mancomunidad Municipal Hatun Huaylas; Marco La Rosa Sánchez, gerente general del Gobierno Regional de Áncash; Elena Ríos Ortíz, presidenta de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Áncash; así como los alcaldes de las municipalidades provinciales de Yungay, Carhuaz, Huaylas, Independencia y Huaraz.
Durante su intervención, el jefe institucional del IGP, Hernando Tavera, destacó la importancia de la investigación científica aplicada al servicio de la población: “El IGP es una institución del Estado al servicio del país. Este proyecto refleja cómo la ciencia y la tecnología pueden convertirse en herramientas concretas para proteger vidas. Indicó que la prevención y la gestión del riesgo deben realizarse de la mano del conocimiento científico. Por eso, desde el IGP, venimos desarrollando estudios de campo en estas quebradas para implementar sistemas de monitoreo que permitan anticipar y reducir los impactos de los flujos de detritos y aluviones”, aseveró.

Por último, el IGP indicó que esta entidad financia el proyecto con una inversión de 900,000 soles, destinada al estudio y monitoreo de las quebradas de la Cordillera Blanca. Con ello, se busca consolidar un modelo de vigilancia permanente que fortalezca la gestión del riesgo en Áncash y sirva de referencia para otras regiones del país.