Recientes estudios han detectado la presencia de metales pesados en 5 cuencas glaciares de Áncash, problema vinculado al retroceso de los glaciares, que podría comprometer el suministro de agua en diversas localidades, advirtió Francisco Medina, titular de la Dirección de Ecosistemas del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem).
El titular de dicha entidad, adscrita al Ministerio del Ambiente, informó que el Inaigem presentará un mapa de Áncash donde se ubicarán las zonas impactadas y aquellas con alto riesgo de contaminación futura.
La idea es que las autoridades de cada distrito y provincia articulen medidas de prevención, control y adaptación, antes de que el problema avance, indicó.
Los resultados completos de este estudio serán expuestos el 25 de noviembre de 2025 en un foro denominado ‘Impactos del Cambio Climático: El drenaje ácido de roca en las cordilleras glaciares de Áncash’.
Este se desarrollará desde las 14.00 horas de la fecha mencionada en el auditorio de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Áncash. Se ha invitado al mismo a autoridades y funcionarios de sectores clave.

¿Qué es el drenaje ácido de roca?
El drenaje ácido de roca es un fenómeno que se activa cuando los glaciares se retiran y dejan expuestos minerales con sulfuros.

Dichos elementos, al entrar en contacto con el agua, generan compuestos ácidos que arrastran sustancias nocivas hacia los ríos y manantiales que abastecen a la población.
“Huaraz ya viene sufriendo este problema, lo que obligó a cambiar la fuente de captación hacia otra quebrada con un abastecimiento limitado”, advirtió Medina.
De las ocho cuencas analizadas por el Inaigem, cinco presentan concentraciones de arsénico, plomo, manganeso y zinc.
En varios sectores el plomo es el elemento con mayor presencia, mientras que en otras zonas el manganeso aparece en niveles especialmente altos. El riesgo es latente y en el mediano plazo, estos episodios serán más frecuentes.

Agua y ciudades vulnerables
El especialista señaló que las ciudades de montaña son particularmente vulnerables, ya que dependen casi por completo del agua que nace de los glaciares.

“Tomamos agua de los manantiales y ríos glaciares. Aunque se potabiliza, la presencia de estos minerales complica el proceso y puede llegar a ser insuficiente si no se actúa a tiempo”, advirtió Medina.
Recordó que existen tecnologías para intervenir como filtración por membranas, procesos de quelación, humedales artificiales y técnicas domiciliarias desarrolladas recientemente. También destacó la necesidad de actuar en la fuente del problema, mediante la conservación de ecosistemas altoandinos.
“Las soluciones existen, pero requieren decisión técnica y coordinación multisectorial”, afirmó el especialista.
(FIN) NDP/FGM
JRA
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Publicado: 23/11/2025