Andina

Alicia Maguiña: la princesa colla limeña que amó la música andina

Alicia Maguiña amó y cultivó la música andina y fue una de las collas de la Virgen de Cocharcas, la tradicional festividad que se celebra en el Valle del Mantaro. Foto: Jesús Raymundo Taipe/Cortesía

Alicia Maguiña amó y cultivó la música andina y fue una de las collas de la Virgen de Cocharcas, la tradicional festividad que se celebra en el Valle del Mantaro. Foto: Jesús Raymundo Taipe/Cortesía

07:17 | Lima, set. 15.

Por Moisés Aylas Ortiz

El arte peruano está de luto con la partida de Alicia Maguiña. La gran cantautora peruana que superó los prejuicios de la sociedad limeña de la década de 1950 y unió la música peruana. Ella compuso e interpretó con gran estilo canciones de características muy diferentes como el valse, marinera, afroperuana, huaino, huaylarsh, la tunantada y muliza. Galería fotográfica


Alicia Maguiña nació en Lima y aunque su padre fue chalaco y su madre arequipeña, a Alicia le gustaba evocar que sus abuelos eran serranos y sus primeros años los vivió en Ica. Consideró que las vivencias con sus abuelos y su estancia en Ica hicieron que ame las costumbres andinas.

El cariño que tuvo por la música andina nació cuando era muy pequeña, cuando escuchó cantar en quechua a una empleada que trabajaba en su casa en Ica. El sentimiento de ese canto la estremeció. "Me sentí impotente para ayudar a esa muchacha, pero la experiencia me marcó toda la vida. A los 15 años, además de crear dos huainos, llegué a la conclusión de que cada uno de nosotros debía hacer algo para escuchar y entender al otro. Se podía cambiar la situación de incomprensión en que vivimos, y así podríamos lograr la integración", manifestó en una entrevista publicada en el suplemento Variedades del diario El Peruano.


Con los años se involucró más con la cultura andina y unió sus lazos con ella y desde 1957 incorporó el huaino a su repertorio criollo. "Por esos años la gran mayoría de costeños tenía arraigados prejuicios, pues consideraba al serrano y lo serrano como algo ordinario y muy inferior", recuerda. En aquella época no se concebía que ella –siendo compositora e intérprete costeña y primera figura de la televisión, la radio y el disco–, arriesgara su éxito cantando y bailando el género andino.

En su juventud Alicia Maguiña aprendió más canciones e interpretó con gran estilo huainos y el huaylarsh hasta que conoció a Zenobio Dagha, el gran músico difusor del huaylarsh, y se enamoró del popular baile festivo y lo popularizó en Lima que descubrió la belleza de este arte.

Colla de la Virgen de Cocharcas


Pero el mayor gesto de amor por la cultura andina ocurrió a mediados de la década de 1970, en 1976 la folclorista Agripina Castro (Cusi Urpi) la coronó como Colla de la Virgen de Cocharcas, la tradicional festividad que se celebra en Sallapanga y en todo el Valle del Mantaro, en Junín.

Ella recordaba con gran detalle la llamada telefónica que cambió su vida. Era Agripina Castro, la gran folclorista huancaína quien destacó por su trabajo de rescate de la música andina. Cusi Urpi la felicitó por su trabajo en favor de la cultura andina y le dijo que estaba al pendiente de los esfuerzos artísticos que realizaba y le propuso sucederla en la responsabilidad de rendirle homenaje, danzando y cantando como colla, a la santísima Virgen de Cocharcas.

"Me quedé impactada por el pedido. Frente a la iglesia de Sapallanga y ante los devotos, ella me colocó la enorme corona de rosas artificiales. Me enseñó la letra de la canción y ofreció un almuerzo en su casa de Ocopilla, acompañado por una orquesta típica."


En todos esos años la presencia de Alicia Maguiña era esperada y celebrada por los miles de devotos de la Virgen, en medio de la masiva procesión ella aparecía siempre junto a otras collas cantando y danzando en honor de la santa patrona. En su vestuario, elegante y colorido, destacaba su vistosa corona de flores.

Por casi 40 años Maguiña cumplió fielmente con su promesa y fue una de las mayores devotas de Mamacha Cocharcas y lo hacía acompañada de la orquesta Semblanza Huanca cada 8 de setiembre. Solo cuando su salud se encontraba bastante resquebrajada dejó de estar presente en la festividad.

En los últimos años, la maestra Maguiña expresó su preocupación por las versiones distorsionadas de la música andina que difunden la radio y la televisión. "A través de los medios de difusión se ridiculiza a la gente de los Andes. No se valora su dignidad. Los supuestos artistas tampoco respetan su patrimonio cultural."

Sobre el huaylarsh Maguiña expresó varias observaciones: que las orquestas típicas del valle del Mantaro se han convertido en una suma de saxofones, lo cual carece de sentido cuando se presentan en un teatro. "Le han ido quitado dulzura, belleza y armonía, y atentan contra la limpieza de la música", enfatiza.

Le preocupaba, además, que las canciones ya no destaquen por su cadencia. "Los cantantes y músicos se encuentran desesperados por gustar. Antes, el Instituto Nacional de Cultura vigilaba a cada artista mediante un jurado, pero ahora hay mucha gente improvisada".

También cuestionaba los vestuarios típicos porque tampoco toman en cuenta las raíces. Asegura que el vestido blanco no identifica a la mujer jaujina y que el sombrero del danzante de huaylarsh no es rojo, lila ni verde agua.

Nunca le interesó la fama, Alicia Maguiña dedicó su tiempo al estudio y la investigación de las diversas expresiones artísticas, y aprender de los grandes maestros de todas las artes de un país complejo como el nuestro.

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(FIN) MAO

Publicado: 14/9/2020