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Adicciones: mujeres no piden ayuda especializada por temor a ser estigmatizadas

Ante dificultad para enfrentar cargas familiares, recurren al alcohol y pastillas para dormir

ANDINA/Difusión

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14:57 | Lima, ago. 8.

Las mujeres que sucumbieron a las drogas no buscan ayuda en los servicios de salud especializados en adicciones por temor a ser estigmatizadas y etiquetadas como locas o malas madres incapaces de criar a sus hijos, dijeron especialistas del departamento de Adicciones del Hospital Hermilio Valdizán.

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La médico psiquiatra de dicho nosocomio, Ivanna Barreda Estrada, explicó que la presión social para que las mujeres sean "buenas" madres, esposas, profesionales o hijas es muy grande, y la mayoría la asume como propia, sin imaginar que,  por esa razón, pueden presentar un problema de salud mental en algún momento de sus vidas. 

“Quienes llegan a la consulta, casi siempre lo hacen cuando sufren un cuadro de depresión profundo, pues a la carga familiar, muchas veces se suma la adicción de su pareja, del que también se hacen cargo, y en las familias se le da preferencia al tratamiento del varón porque genera más problemas, en comparación de las mujeres quienes, por aparentar y evitar las críticas, prefieren no decir nada”, comentó a la agencia Andina.


Ante esta situación, la frustración empieza a apoderarse de ellas, sienten ansiedad y luego depresión que buscan evadir  consumiendo alcohol, al comienzo, y pastillas para dormir después. Prefieren liberar y evadir esa carga emocional de manera patológica y no acudir a un servicio especializado, precisa la especialista.  

El efecto que tiene este comportamiento se refleja en las estadísticas del departamento de adicciones del citado hospital: en el servicio ambulatorio, por ejemplo, la atención a los varones es tres veces mayor que el de mujeres. 

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De enero a junio de este año, dicho departamento recibió 3,222 casos de hombres adictos, mientras que los relacionados con el sexo femenino llegaron a 1,113 casos. Tienen entre 15 y 60 años, y a pesar de las restricciones por la emergencia sanitaria, el 20 por ciento hizo consulta presencial.

“Son casos severos y la consulta tiene que ser más confrontacional para los miembros de la familia. Las otras atenciones fueron virtuales, gracias a la teleconsulta, y obtuvimos mejores resultados porque no hubo excusas de falta de tiempo o problemas de movilidad por la pandemia. Tratamos a la paciente y logramos la retroalimentación de la familia, que es tan necesaria”.

Lamentó que, en algunos casos, la familia no colabore en el proceso de recuperación de la paciente al minimizar sus conductas inadecuadas.

Otros problemas asociados


Sin embargo, a Barreda Estrada le preocupa que, en el 95 por ciento de casos, las mujeres, además de la adicción, están presentando otros problemas de salud mental, como depresión, esquizofrenia, trastornos de ansiedad, bipolaridad o hiperactividad. "Ocurre en el Perú y el mundo", precisó.

“A eso le llamamos patología dual, ya no vemos que están afectadas solo por alcoholismo, marihuana o cocaína. Ese consumo es solo la punta del iceberg. Debajo se manifiestan otros problemas de salud mental que deben detectarse a tiempo, a fin de establecer el adecuado tratamiento y que la paciente mejore”, señaló.

Barreda Estrada asegura que la dualidad de la patología no es reciente, existió siempre. Lo que sucede es que antes los médicos psiquiatras no realizaban entrevistas a profundidad, a diferencia de hoy que efectúan test de pruebas para descartar los problemas que puede presentar la paciente, pero, además realizan su diagnóstico en base a la historia clínica y entrevistas a sus familiares.

Las mujeres recorren el camino de la adicción poco a poco. Primero con el alcohol, por ser una droga social cuyo consumo puede empezar en la cocina, mientras preparan un arroz pato que muchas veces lleva como ingrediente un vaso de cerveza, refiere la médica psiquiatra. 

Sin darse cuenta empiezan a tomarlo cada vez con más frecuencia. Pero si deciden dejarlo, aparece la ansiedad, que es el principal síntoma de la abstinencia, el temblor en el cuerpo, las noches de insomnio y acuden a las pastillas para tranquilizarse.

“Toma una, luego dos, pero ya no son suficientes y va aumentando las dosis, y una persona que es adicta a una sustancia es bien fácil que sea adicta a otra. En el departamento de Adicciones ofrecemos atención integral para la paciente e incluimos a la familia”.

Para mayor información, las familias que presenten estos problemas pueden comunicarse a 953-105905 o 973-410390, la web del Hospital Hermilio Valdizán, Departamento de Adicciones  (ver aquí) o seguirlo en sus redes sociales de Facebook, Youtube y Twitter

Si está en crisis, y necesita soporte emocional, puede llamar a 940-282233 o 949-214839

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(FIN) SMS/RRC

Publicado: 16/7/2021