El desprendimiento de retina es una enfermedad ocular que puede llevar a la ceguera. Se estima que más del 90 % de los pacientes con este problema visual recuperaría la visión si se le hace un diagnóstico y una cirugía a tiempo, afirmó el doctor Pedro García Rodríguez, médico oftalmólogo especialista en retina y vítreo del Instituto Nacional de Oftalmología (INO) del Ministerio de Salud (Minsa).
“El vítreo es una ‘masa gelatinosa transparente’ que rellena el interior del globo ocular y está en contacto íntimo con la retina. Cuando se mueve el ojo, el vítreo empuja suavemente la retina sin causar problema”, explicó el oftalmólogo.
Agregó: “Con el paso de los años, el vítreo se vuelve cada vez más líquido y a veces puede pegarse demasiado a la retina, producir un desgarro, pasar a través de este y levantar por detrás a la retina. A esto se conoce como desprendimiento de retina, ocasionando que la visión sea borrosa”.
Según el INO, el desprendimiento de retina afecta a 1 de cada 10,000 personas cada año. Además, el 50 % de los pacientes que desarrollan esta enfermedad son miopes, con más de 8 dioptrías (unidad de medida que expresa el grado de defecto visual de un ojo), diabéticos o que han sufrido un traumatismo ocular.
Al respecto, García Rodríguez advierte que entre los síntomas más frecuentes de esta enfermedad destacan la disminución repentina de la visión, sombra en la visión periférica lateral, ver luces intensas o flashes de luz (fotopsias) —ya sea con los ojos abiertos o cerrados— y cortina gris que cubre parte del campo de visión.
Asimismo, la persona podría presentar un aumento repentino en el número y tamaño de manchas, puntos negros o hilos –tipo moscas volantes (miodesopsias)–, en todo su campo de visión.
Por ello, García recuerda que es importante que cuando el paciente note estos síntomas acuda inmediatamente al oftalmólogo para atender el problema con prioridad.