Andina

Rupak: ¿Dónde queda y qué significa su nombre?, ¿Cuál es la mejor época de visita?

Sitio arqueológico celebra 25 años de su declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación

El sitio arqueológico Rúpak se localiza a 3,580 metros sobre el nivel del mar, en la cima de una montaña que forma parte de la comunidad campesina de San Salvador de Pampas que pertenece al distrito de Atavillos Bajo, en la sierra de la provincia de Huaral, en el departamento de Lima.

10:59 | Lima, jun. 14.

Por Luis Zuta Dávila

Esta semana empieza la celebración del 25 aniversario de la declaratoria del sitio arqueológico Rupak como Patrimonio Cultural de la Nación. ¿Dónde queda y qué significa su nombre?, ¿A qué cultura preínca pertenece?, ¿Por qué se le compara con Machu Picchu?, ¿Qué tipo de construcciones presenta?, ¿Cuáles son los más recientes hallazgos arqueológicos allí?, ¿Cuál es la mejor época de visita? A continuación, la respuesta a estas y otras preguntas.



Ubicación de Rupak y significado de su nombre


El sitio arqueológico Rupak se localiza a 3,580 metros sobre el nivel del mar, en la cima de una montaña que forma parte de la comunidad campesina de San Salvador de Pampas que pertenece al distrito de Atavillos Bajo, en la sierra de la provincia de Huaral, en el departamento de Lima.


Esta joya arquitectónica que, por sus características constructivas, en las que prima la piedra, y emplazamiento estratégico ha sido comparada con Machu Picchu debe su nombre, según los investigadores del sitio arqueológico, a la palabra de origen quechua “Lúpac” que significa “Llamarada roja”. 


Ello respondería al efecto luminoso de color rojizo que se aprecia al ponerse el sol en las paredes de todo el complejo cuyas piedras tienen también esa tonalidad y que, en conjunto, dan la impresión de encontrarse en llamas. Por eso, Rupak es conocida como “La ciudad de fuego”, aunque también se le llama “La ciudad entre nubes” por su elevada ubicación en las alturas de los Andes donde se genera mucha nubosidad que parece custodiar todo el sitio arqueológico.




¿Qué antigüedad tiene y qué cultura preínca construyó Rupak?


Hasta hace poco se pensaba que la ocupación de Rupak se remontaba a unos 1,000 años aproximadamente, pero una reciente investigación liderada por el arqueólogo peruano Pieter Van Dalen Luna revela que esta antigüedad es mayor y alcanza los 2,000 años.


La zona donde se desarrolla la investigación arqueológica comprende los sectores Rupak como área nuclear; Corcopa, que se ubica a dos horas de camino más arriba y el cerro Chuquimango, ubicado en la cima del flanco montañoso andino a 4,800 metros de altitud y que fue el apu tutelar o divinidad más importante de las poblaciones preíncas que ocuparon Rupak, entre las que destacaron los Atavillos, quienes surgieron alrededor del año 800 de nuestra era y se establecieron allí para desde esa ocupación dominar por muchos años toda la zona hasta que fueron conquistados por los incas alrededor del siglo XV.


Conocidos como una de las culturas preíncas más guerreras de la provincia de Lima, los Atavillos ocuparon las cimas de las montañas, entre los 3,500 y 3,800 metros sobre el nivel del mar, próximas a la costa, con el propósito de tener un control de toda la zona y establecer un sistema de defensa desde las alturas altoandinas ante eventuales ataques de otros pueblos con intenciones de conquista. 


¿Qué características tiene Rupak?


Su avanzado conocimiento sobre construcción y arquitectura, unido a su privilegiada habilidad en el manejo de la piedra y otros elementos naturales, permitió a la sociedad de los Atavillos edificar más de 50 construcciones en las cumbres de elevadas montañas, entre ellas la del cerro donde se asienta Rupak.


Ello con el propósito de tener una vista panorámica y estratégica de los alrededores, vigilar los cultivos de los valles de la parte baja que les proveían de alimentos y proteger a la población ante eventuales agresiones de otros pueblos, así como de contraer enfermedades.


Entre las formidables construcciones de Rupak se puede apreciar muchas torres que alcanzan los 15 metros de altura utilizadas al parecer como miradores panorámicos o puntos de vigilancia, que hasta la actualidad se mantienen en perfecto estado de conservación. También destacan otras edificaciones llamadas “Cullpis” de carácter residencial, que alcanzaban alturas entre 4 y 9 metros.


Asimismo, al visitar la zona se pueden observar escalinatas, almacenes o colcas, patios y chimeneas con techos de piedra que sorprenden por su excelente conservación y resistencia al paso de los años. Entre las construcciones más emblemáticas destacan “El cabildo” y “El Palacio”, entre otras que revelan el desarrollo arquitectónico y de ingeniería alcanzado por los ocupantes de esta urbe prehispánica. 


Este legado histórico, convertido en la actualidad en ícono turístico de la provincia de Huaral, del departamento de Lima y del Perú, está flanqueado por hermosos paisajes naturales expresados en imponentes montañas, fuentes de agua como la catarata de Huayrin, que brotan de los escarpados montes altoandinos y una variada flora y fauna.


Además de Rupak, existen otros sitios arqueológicos ubicados en colinas cercanas como “Marca Cullpi”, de menor dimensión pero que también evidencia el progreso alcanzado en materia arquitectónica. Antes de emprender el ascenso a Rupak es inevitable la visita a la comunidad de San Salvador de Pampas, conocida como “Pueblo fantasma” por tener muy pocos residentes, dado que la mayoría emigró a otras localidades y porque parece haberse quedado detenida en el tiempo. 


Sin embargo, los pobladores retornan a esta comunidad para celebrar sus fiestas tradicionales como la que rinde homenaje a su santo patrón San Salvador, en agosto, y el aniversario de creación de la localidad.




¿Cuáles son los más recientes hallazgos arqueológicos en Rupak?


Aunque las primeras menciones sobre Rupak se remontan a escritos de cronistas españoles de los siglos XVI y XVII, los primeros estudios sobre la arquitectura de este complejo arqueológico fueron hechos en 1979 por el arquitecto ítalo peruano Ferruccio Marussi Castellan, quien en su publicación “Rúpac: análisis urbanístico de una ciudad prehispánica” identificó y describió las edificaciones y el diseño de esta urbe precolombina.


Sin embargo, las más recientes y reveladoras investigaciones de carácter arqueológico en Rupak se remontan al año 2015 cuando el investigador Pieter Van Dalen inició una primera etapa de prospección en la zona. Siete años después, en 2022, empezaron las excavaciones que duraron cinco meses y comprendieron intervenciones en el exterior e interior de las construcciones de piedra de siete metros de alto y de forma cuadrangular y que presentan una serie de cámaras internas.


Los trabajos de investigación realizados en 2015 fueron financiados por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, casa de estudios de la cual es docente Van Dalen; pero a partir de allí se buscó fondos y se obtuvo financiamiento de parte de Tv Tokio de Japón para continuar con una segunda etapa de excavación y análisis en el periodo junio-noviembre 2022.


Entre los hallazgos destacan osamentas de los pobladores de Rupak que muestran cómo eran enterrados en posición sentada al interior de las cámaras funerarias ubicadas en los recintos y cuyas puertas de ingreso eran cubiertas. “En ciertas épocas del año, los esqueletos eran extraídos de las tumbas para fines de culto a los ancestros que era una actividad muy difundida en esta zona porque significaba estar en contacto con los antepasados y generar bienestar social”, manifestó.


Pieter Van Dalen dio a conocer también que los restos óseos analizados en esta investigación arqueológica evidencian que hubo “violencia social” no solo con otros grupos humanos mediante guerras, sino también dentro de la misma población de Rupak.


“Hay signos de mucha mortandad infantil como contusiones, golpes y otros episodios de violencia. Ello diferencia a Rupak de otras culturas vecinas de la costa como Chancay, que en ese tiempo vivían en paz”, puntualizó.


Agregó que en las excavaciones se encontró evidencias de las relaciones que hubo entre las culturas de Atavillos y Chancay, que fueron sus contemporáneos y vecinos.


En las excavaciones se hallaron también objetos metálicos elaborados en plata, cobre y aleaciones que estaban enterrados en chullpas y otras estructuras funerarias asociadas, pertenecientes a la cultura de Atavillos, que ocupó Rupak desde el año 1,000 hasta la llegada de los españoles. “Este territorio de Atavillos fue una zona de alta producción metálica que fue aprovechada al máximo por la sociedad de entonces”, dijo.


Asimismo, se encontró cerámica fragmentada en grandes cantidades, algunas tablillas de cerámica decorada de la época de ocupación inca, así como artefactos líticos para producir objetos metálicos, textiles y cerámica, además de objetos domésticos para preparación de alimentos. 


“Esto nos indica que hubo talleres artesanales en el interior de Rupak, donde se elaboraban vasijas y también elementos metálicos como prendedores, vinchas y otros adornos metálicos personales. También hemos encontrado algunos adornos hechos de cuarzo, láminas de metal correspondiente a pectorales, entre otros objetos”, detalló.




Primeros ocupantes de Rúpac


Van Dalen comentó que los primeros ocupantes de Rupak fueron poblaciones de agricultores y ganaderos que se establecieron en la zona y que interactuaron con pueblos de la costa –principalmente con la cultura Lima, como lo evidencian vestigios de cerámica- y de la Amazonía peruana, como lo muestran objetos elaborados con plumas de aves oriundas de la selva. 


“Sin embargo, hacia el año 800 de nuestra era la sociedad en Rupak se complejiza y surge una entidad sociopolítica conocida como Atavillos cuya ocupación se extendió hasta el año 1450 cuando fueron dominados por los incas. Luego hubo un segundo periodo de dominación incaica hasta 1533. Y finalmente, hubo un último periodo bajo la dominación española, de 1533 a 1550 aproximadamente, cuando todos los sitios son desocupados mediante la ley de reducción de pueblos indígenas impuesta por la autoridad virreinal”, sostuvo.


La población de Rupak se trasladó no muy lejos de allí donde se fundó la localidad de San Salvador de Pampas, que en 1589 recibió la visita del entonces arzobispo de Lima, Toribio de Mogrovejo, quien bautizó a los habitantes tal como lo consigna el propio prelado en su libro de visitas pastorales.



Puesta en valor


Van Dalen destacó también que está en desarrollo un trabajo de puesta en valor de Rupak y se está coordinando con el Ministerio de Cultura para realizar la restauración y continua con las investigaciones en este sitio arqueológico.


Atractivo turístico


Los trabajos de puesta en valor en Rupak son muy importantes para fortalecer su condición de atractivo turístico que beneficia especialmente a la población de la comunidad campesina de San Salvador de Pampas, en cuyo local comunal se construyó un centro de interpretación.





Patrimonio Cultural de la Nación


El sitio arqueológico de Rupak fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 25 de junio de 1999, luego de las gestiones lideradas por la presidenta de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines de Huaral (AHORA Huaral), Rosa Elena Balcázar, con el valioso apoyo de la comunidad y la autoridad local. 


Del mismo modo, la también denominada “Ciudad de fuego” cuenta con otro reconocimiento del Estado: el Congreso de la República la declaró de interés nacional prioritario en el año 2017. 



¿Cómo llegar a Rupak y cuál es la mejor época de visita?


Para visitar esta importante ciudadela preínca desde Lima hay que viajar por vía terrestre, a través de la carretera Panamericana Norte, hasta la ciudad de Huaral, distante dos horas de Lima. 


Desde allí se aborda un colectivo con dirección hacia la comunidad campesina de San Salvador de Pampas en un recorrido que dura alrededor de tres horas y media. A continuación, se inicia una caminata de 6 kilómetros hacia Rúpak, trayecto que demanda aproximadamente cuatro horas, dependiendo del estado físico de la persona.


La mejor época para visitar Rupak es al término de la temporada de lluvias en la sierra, a partir de mayo, y desde entonces hasta inicios de noviembre cuando el cielo está más despejado con muchos momentos de brillo solar y se puede apreciar hermosas puestas de sol que respaldan el apelativo de Rupak como “Ciudad de fuego”.  


Por tratarse de una travesía a pie se recomienda a los visitantes portar la vestimenta adecuada (zapatillas de trekking, casaca y pantalón abrigador y cómodo, gorra o sombrero, lentes de sol y bastones de apoyo), así como botellas con agua, alimento ligero como fruta y barras energéticas para sobrellevar el cansancio del ascenso a la montaña. En caso de acampar en la zona se puede llevar bolsa de dormir y/o carpa de descanso.


(FIN) LZD/MAO
JRA


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Published: 6/14/2024