Diez de los trece humedales reconocidos internacionalmente como sitios Ramsar por su importancia en el Perú se ubican en nueve de las Áreas Naturales Protegidas por el Estado, destacó el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
El Sernanp sostiene que estos
vitales ecosistemas garantizan el bienestar de las poblaciones humana y constituyen espacios naturales con una riqueza hídrica relevante y de seguridad a escala mundial.
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Asimismo, los citados humedales Ramsar cuentan con diversos valores procedentes de sus servicios ecosistémicos donde se destaca el bienestar humano, la calidad ambiental y el ser hábitat de vida silvestre.
Esta área natural protegida situada en la región Ica fue reconocida como Sitio Ramsar el 30 de marzo de 1992. En la Reserva se conserva la vasta biodiversidad representada por especies marino-costeras, así como los paisajes de las ecorregiones del Mar Frío de la Corriente Peruana y promueve el desarrollo sostenible de los recursos naturales en beneficio de la población asentada en su zona de amortiguamiento e influencia a través de actividades sustentables como el ecoturismo, la pesca artesanal y el manejo de recursos hidrobiológicos.
Los diversos hábitats de Paracas hacen de ella un sitio ideal para el descanso y alimentación de aves migratorias de orilla provenientes de los hemisferios norte y sur, así como de las lagunas altoandinas.
No por nada el humedal de mayor importancia para estas especies es la bahía de Paracas, que cuenta, además, una rica variedad de aves residentes, varias de ellas amenazadas como el pingüino de Humboldt y el potoyunco.
El Santuario fue reconocido como Sitio Ramsar en 1997 por ser refugio de paso de importantes aves migratorias y hábitat de aves acuáticas residentes. La emblemática concha negra es un importante recurso aprovechado por asociaciones locales debidamente empadronadas por el Sernanp.
Además, como todo humedal, Los Manglares ofrece importantes servicios ambientales como el control de inundaciones, brinda un espacio propicio para la reproducción de especies, retención de nutrientes y sedimentos, promoción del ecoturismo, así como la calidad de sus aguas permiten ser utilizadas en la actividad langostinera.
Los Pantanos de Villa es la única área natural protegida asentada en el casco urbano, el Refugio se alza como un imponente humedal que llena de vida la ciudad de Lima; por ello, en 1997 fue reconocido como Sitio Ramsar.
En su condición de humedal provee a la población local importantes servicios ambientales como almacenamiento de agua, contención ante inundaciones y tsunamis, retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes, así como estabilización del litoral y control de la erosión.
Conformado por un conjunto de lagunas salobres, el Santuario es el único humedal costero protegido por el Estado peruano con una categoría de carácter intangible. Fue reconocido como Sitio Ramsar el 30 de marzo de 1992.
Si bien su condición de Santuario impide el uso directo de los recursos naturales, el humedal mantiene las condiciones ambientales correctas gracias a que dentro del ANP y en su zona de amortiguamiento se realizan prácticas ancestrales como el aprovechamiento de la totora por los pobladores locales identificados, que les genera además oportunidades de desarrollo económico sostenible.
Lagunas de Mejía ofrece el único refugio a miles de aves peregrinas en el extremo sur peruano, por ello se consolida como un sitio importante en la ruta de migración. Los censos mensuales realizados en el humedal arrojaron que las poblaciones de aves oscilan entre 15,000 y más de 120,000 individuos en épocas de migración.
En 1997 el total del lado peruano del lago, que incluye las 36,000 hectáreas de la Reserva, fue declarado Sitio Ramsar por la vasta biodiversidad altoandina que alberga. Esta área natural protegida además de ser hábitat de importantes especies de fauna emblemática y amenazada, apoya al desarrollo socioeconómico y la mantención de las tradiciones culturales de las poblaciones humanas que habitan en esta zona.
El 70 por ciento de los totorales se encuentra dentro de la Reserva, lo que proporciona un hábitat ideal para la avifauna residente y migratoria (107 especies). Dentro de las que destacan se encuentran el zambullidor del Titicaca, único de este ecosistema, la choka, el tikicho y los patos silvestres. Y si hablamos de los servicios ambientales que brinda, este humedal actúa como un termorregulador creando microclimas especiales alrededor del lago, y es un reservorio natural de agua dulce.
Gracias a la importancia ecológica del lago Junín, el segundo lago más grande y el más alto del Perú, cuya extensión abarca casi la totalidad del ANP, la Reserva fue reconocida como Sitio Ramsar en 1997.
Este humedal además juega un papel trascendental en la cuenca del río Mantaro que abastece de agua para el desarrollo de actividades como la agricultura y la generación de energía eléctrica del complejo hidroeléctrico más grande del país. Por otro lado, estudios señalan que este humedal, a través de su flora silvestre, puede fijar grandes cantidades de CO2.
Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca
El contar con dos importantes zonas de humedales dentro de la Reserva, “Laguna del Indio–Dique de los Españoles” y “Bofedales y Laguna de Salinas”, le valió al Área Natural Protegida para que estos dos ecosistemas sean declarados Sitios Ramsar en el 2003.
Sus planicies altoandinas, salpicadas de hermosas lagunas y bofedales son hábitat de vicuñas y guanacos, así como de un gran número de aves terrestres y acuáticas. Dentro de estas últimas destacan las tres especies de flamencos altoandinos: flamenco chileno, flamenco andino y flamenco de James, todas ellas en situación de amenaza.
Además de mantener poblaciones importantes de aves, estas zonas de humedales proveen diversos recursos naturales a los pobladores locales, siendo el más destacable la provisión del agua.
Sus bosques inundables que abarcan más del 80 por ciento de la superficie total de la Reserva le valieron para que la Reserva Nacional Pacaya Samiria sea reconocida como Sitio Ramsar en 1992.
Las condiciones que proporciona este ecosistema brindan hábitats para 449 especies de aves, siendo las acuáticas las más frecuentes de estos bosques, como la garza blanca, ceniza y tamaquita y el sharara, la espátula rosada, entre otras.
Como todo humedal, el brindar oportunidades para el desarrollo sostenible en beneficio de la población local es uno de los objetivos de Pacaya Samiria. Por ello, a través de planes de manejo y con los pobladores locales organizados se vienen trabajando proyectos como la repoblación del paiche, servicios ecoturísticos, manejo de la taricaya, entre otros. Inclusive la Reserva es considerada como una de las principales fuentes de alimentación de la región por los recursos que brinda el bosque.
El Santuario Nacional Tabaconas Namballe está ubicado en los distritos de Tabaconas y Namballe en la provincia de San Ignacio en el departamento de Cajamarca. Su extensión es de 32,124.87 hectáreas y conserva un ecosistema único y poco frecuente en el Perú: el páramo.
Además, busca proteger a dos especies seriamente amenazadas en el ámbito nacional: el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) categorizado en peligro y el tapir de altura (Tapirus pinchaque) categorizado en peligro crítico; y las cuencas de los ríos Tabaconas, Miraflores y Blanco.
El Santuario protege el páramo más austral de los Andes, el cual se diferencia de la puna por contener pajonales y matorrales muy húmedos y cubiertos casi permanentemente por neblinas. Asimismo, el páramo también se diferencia de la puna por su fauna de origen amazónico y no andino-patagónico como el resto.
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(FIN) MAO
Published: 1/29/2019