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Fiestas Patrias: conoce atractivos turísticos que son motivo de orgullo de los peruanos

Escenarios naturales, culturales y monumentales que representan la grandeza del Perú

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09:15 | Lima, jul. 28.

Por Luis Zuta Dávila

El feriado largo por la celebración de las Fiestas Patrias es una excelente oportunidad para visitar los diversos atractivos turísticos ubicados en las regiones y que son auténticas joyas creadas por la madre naturaleza o por culturas ancestrales que dejaron huella en el desarrollo de nuestro país.

Estos escenarios naturales y culturales, que representan la grandeza del Perú y un fabuloso legado que debemos preservar para las generaciones futuras, constituyen motivo de orgullo para los peruanos.


A continuación, conoce atractivos turísticos emblemáticos que enorgullecen a los peruanos y que nos invitan a visitarlos y disfrutar de su maravillosa grandeza al menos una vez en la vida.

Machu Picchu


La ciudadela inca, ubicada dentro del Santuario Histórico y Parque Arqueológico de Machu Picchu, es el principal atractivo turístico del Perú y ha sido distinguida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las siete nuevas maravillas del mundo moderno. 


La creciente fama global de la ciudadela edificada en el siglo XV por orden del inca Pachacútec, sobre la cima de una montaña, a 2,453 metros sobre el nivel del mar, atrae a millones de personas de todo el planeta que desean conocer y quedar admirados por su cautivante belleza.


Esta bien merecida admiración, y gracias al voto de millones de peruanos y de ciudadanos de diversas partes del orbe, Machu Picchu fue declarada en el concurso organizado por la Fundación New 7 Wonders, como una de las nuevas siete maravillas del mundo, el 7 de julio de 2007.


Asimismo, Machu Picchu desarrolló la iniciativa Carbono Neutral, que lo convierte en un destino turístico de referencia mundial en la reducción de dióxido de carbono (CO2) y la gestión de residuos sólidos.



Camino Inca


El Qhapaq Ñan o Camino Inca, en la región Cusco, invita a una travesía única que permite apreciar, durante cuatro días, la sobrecogedora belleza del Valle Sagrado con sus montañas nevadas, multicolores campos de cultivo, emblemáticos complejos arqueológicos y poblados con diestros artesanos.


A lo largo de sus más de 3,000 hectáreas, el Valle Sagrado alberga a poblados emblemáticos como Chinchero, donde residen extraordinarias tejedoras; Písac y su concurrida feria artesanal; Urubamba y su cosmopolitismo; Ollantaytambo con su impactante fortaleza pétrea que enamora a los visitantes.


También se puede disfrutar de las deslumbrantes salinas de Maras y los andenes circulares concéntricos de Moray a los que se atribuye una función de investigación agroclimática.



Este sector de la carretera empedrada que unió a todo el imperio de los incas también brinda la oportunidad de fascinarse con escarpadas montañas cubiertas del verdor y vapor propios de la ceja de selva. Y sentir casi siempre la compañía del Vilcanota, el río sagrado de los incas. Con suerte, es posible avistar especies silvestres representativas de una vasta biodiversidad, como osos de anteojos, cóndores, vizcachas y venados, entre otros.


Este inolvidable recorrido culmina en Machu Picchu, la joya turística del Cusco y del Perú. La ciudadela pétrea construida sobre la milenaria montaña que le confiere su nombre espera a los visitantes como el premio mayor a la desafiante travesía. Merecida recompensa para quienes anhelan visitar, alguna vez en su vida, a una de las siete nuevas maravillas del mundo y patrimonio de la humanidad.



Kuélap


La ciudadela fortificada de Kuélap sigue cosechando reconocimientos como destino turístico a escala internacional, y la publicación internacional de viajes y turismo Lonely Planet destaca que el nuevo teleférico y el incremento de vuelos desde Lima hacen que sea más accesible a la visita de este complejo arqueológico cuya construcción, hecha por la civilización Chachapoya, es más antigua que Machu Picchu. 


Por ello, hoy en día se encuentra en los planes de muchos viajeros nacionales y extranjeros deseosos de vivir una experiencia de aventura sin precedentes. Y vaya que así lo sienten quienes llegan a esta ciudad amurallada, de envidiable belleza arquitectónica, levantada sobre una montaña rodeada de nubes que le confieren un mágico escenario.



Lago Titicaca


Es uno de los nuevos imanes turísticos del Perú. El lago sagrado, de cuyas aguas color zafiro surgieron -según una remota leyenda- Manco Cápac y Mama Ocllo, los fundadores de la civilización incaica, es también el epicentro de la cultura aimara.


El lago Titicaca registra cada año una creciente afluencia de visitantes atraídos por sus relucientes aguas que acogen a islas flotantes hechas de totora donde viven ancestrales culturas aimaras.


Estas poblaciones altiplánicas invitan a una estancia nutrida de vivencias con sus tradiciones y costumbres milenarias. Y maravillarse con impactantes amaneceres y puestas de sol en el lago más alto del mundo y el más grande de Sudamérica. 



Cordillera Blanca


Esta subyugante cadena de montañas nevadas, en el corazón de los Andes peruanos, no deja de atraer a los excursionistas deseosos de vivir una espléndida experiencia.


Si la altitud no quita el aliento, seguro lo harán los fascinantes paisajes serranos dominados por el multicolor valle del 
Callejón de Huaylas. Lagunas y lagos glaciares de inolvidable belleza, como Conococha y la 69, por citar dos de las muchas que existen en la zona, son el preámbulo para quedar estupefactos con la imponente presencia de los nevados Huascarán y Alpamayo, el más alto y el más bello del Perú, respectivamente.


En los últimos años se han elaborado rutas para excursionistas, alpinistas, amantes de la caminata a campo traviesa y al ciclismo de montaña. En todos los casos el mayor aliciente es desplazarse por estos indómitos paisajes altoandinos y quedar maravillados por uno de los regalos más hermosos que la naturaleza puede brindar al ser humano.



Líneas de Nasca


La árida costa peruana ofrece uno de los mayores y silenciosos misterios del planeta. Figuras gigantes de animales y otras geométricas de complejo significado componen un invalorable monumento arqueológico que se extienden sobre un arenal de 50 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho. Estas solo pueden apreciarse en su plenitud mediante un sobrevuelo.


Con una antigüedad estimada en 550 d.C., estos pictogramas que sobreviven al tiempo fueron usados al parecer por los antiguos peruanos de la civilización Nasca como un gigantesco calendario solar y lunar, según María Reiche, la investigadora alemana que dedicó su vida al estudio de estos geoglifos.


Ubicadas a 25 kilómetros de la ciudad de Nasca, entre los kilómetros 419 y 165 de la Panamericana Sur, fueron descubiertas en 1927 por Toribio Mejía y estudiadas por Paul Kosok, Hans Horkheirmer y por la investigadora alemana María Reiche, conocida como la Dama de Nasca, quien vivió en la zona por más de 50 años estudiando e investigando su origen. 


Solo es posible apreciar estas figuras gigantescas en toda su plenitud haciendo un sobrevuelo por la zona. Existe también un mirador de 12 metros de altura, desde donde se puede apreciar las figuras como “El colibrí”, “El mono”, "La Mano", “El ave fragata”, “La orca”, “La araña” y "El Árbol", entre otros.


Las conclusiones afirman, siguiendo la teoría del investigador Kosok, que se trata de un gigantesco calendario con signos astronómicos, construido hace más de 2,000 años. Las Líneas de Nasca fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1994.


En febrero de 2020 se inauguró la torre mirador de las Líneas de Nasca, una plataforma de observación moderna, segura y cómoda para el avistamiento de los célebres y enigmáticos geoglifos, desde una altura de 20 metros.



Paracas e islas Ballestas


Visitar la Reserva Nacional de Paracas y navegar por las islas Ballestas es conocer uno de los más icónicos ecosistemas marino-costeros del Perú. Recorrer el área natural protegida emblemático de la región Ica, ubicada a 245 kilómetros al sur de Lima, constituye un extraordinario escenario para la observación de aves, la caminata por sus apacibles playas.


Adentrarse al mar es otra de las motivaciones para conocer esta parte del Perú. Al avanzar hacia alta mar se puede apreciar a lo lejos dos imágenes cautivantes: el enigmático “Candelabro” impreso en una de las dunas costeras de Paracas, y las islas Ballestas pobladas de lobos marinos y aves guaneras.


La aventura en esta área natural protegida, creada hace 43 años, no termina con este recorrido en tierra y mar, sino que continúa en una fiesta culinaria donde los productos marinos son los protagonistas de platos estrella de la gastronomía peruana. Hablamos del reconocido ceviche en sus diversas presentaciones, la parihuela (sopa de pescado y mariscos) o un sencillo pescado frito acompañado de yucas o papas doradas, arroz blanco y ensalada de cebollas, tomates y lechugas marinadas con jugo de limón y ají limo, entre otros potajes.

Cañón del Colca


Al igual que la costa y la Amazonía, los Andes peruanos ofrecen singulares escenarios donde la naturaleza parece haberse esmerado en mostrar su mejor versión de belleza. Es el caso del Cañón del Colca, ubicado en la provincia arequipeña de Caylloma, y considerado el segundo más profundo del planeta.


Su impactante paisaje rodeado de montañas, en el que puede apreciarse el vuelo del ave de rapiña más grande del planeta: el cóndor, así como la riqueza cultural de las ancestrales comunidades altoandinas asentadas en sus inmediaciones, han convertido al Cañón del Colca en el tercer destino turístico más visitado del Perú.


Como suele suceder en todos los destinos peruanos, la gastronomía es una de las motivaciones poderosas para completar la visita. Y en el caso del Cañón del Colca, destaca entre los variados potajes el Chupe de camarones, una sopa en la que se mezclan de forma armoniosa ingredientes como papas, leche, queso, cebollas, y en la que destacan los camarones de río, crustáceos que se pescan en temporada y le otorgan a este plato un sabor de excepcional delicia.


Huacachina


Conocido como un destino para practicar sandboarding, el oasis de Huacachina es un lugar que vale la pena visitar debido a su ubicación, oculto entre las doradas dunas del desierto a las afueras de la ciudad de Ica.


Hoy en día, Huacachina es un destino turístico que se pueden divisar desde lo alto de las dunas. Subir y bajar dichas dunas en un vehículo arenero o "buggy" es otro pasatiempo favorito entre los turistas.


Este oasis rodeado de las dunas más impresionantes y hermosas de Sudamérica invita a relajarse bajo las palmeras que rodean la laguna y admirar el paisaje surrealista de día y, sobre todo, al atardecer cuando el sol se oculta maravillosamente sobre las dunas y ofrece un espectáculo de colores con tonalidades naranjas, rojas y amarillas.

Playas del norte


Una conocida canción repite como estribillo que “en el mar la vida es más sabrosa”. Y eso lo saben quienes visitan las playas del norte peruano, sobre todo los amantes del surf y otros deportes náuticos.


Bañadas por aguas tibias y con olas ideales para la práctica de la tabla, destacan balnearios como Máncora y Colán, en la región Piura; Punta Sal, Lobitos y Zorritos, en Tumbes. Y también Huanchaco y Pacasmayo, en La Libertad; Pimentel y Puerto Eten, en Lambayeque. 



Cada rincón de la costa norte ofrece escenarios de impactante belleza que se convierten en refugio de los amantes del mar, pero también de quienes buscan avistar el tránsito de ballenas jorobadas y lugares apacibles para descansar y desconectarse de la estresante rutina de las ciudades atosigadas de público.


Estos diez lugares son solo una muestra de la variada oferta de destinos que posee el Perú para el turismo de aventura, una modalidad turística en la que nuestro país se posiciona cada vez más en el mundo.



Reserva Nacional Tambopata


Creada hace 21 años para conservar la flora, la fauna y los procesos ecológicos de una muestra de la selva húmeda tropical peruana, la Reserva Nacional Tambopata deslumbra al mundo por su espectacular belleza paisajística y la megadiversidad biológica que alberga y que estamos llamados a preservar. 


La Reserva Nacional Tambopata se ubica al sur del río Madre de Dios, en los distritos de Tambopata e Inambari de la provincia de Tambopata. Fue creada oficialmente el 4 de septiembre del 2000, mediante Decreto Supremo Nº 048-2000-AG y tiene una superficie total de 274,690 hectáreas.


El destino turístico más visitado es el Lago Sandoval, ubicado en la cuenca del río Madre de Dios. Este espejo de agua de 127 hectáreas está rodeado de palmeras repletas de guacamayos y se encuentra a solo media hora por río de Puerto Maldonado. En sus aguas, que pueden ser recorridas en botes de paseo que alquilan los pobladores locales y los albergues, habita una numerosa familia de lobos de río a la que se le aprecia cazando y acicalándose sobre los troncos. También hay una torre observatorio para una vista panorámica.


Los atractivos característicos de Tambopata son las colpas que se hallan en la orilla de los ríos reuniendo a cientos de aves (guacamayos, halcones y loros) ofreciendo un espectáculo de color y sonido espectacular (todo esto en especial entre las 5:30 y 9:00 am).


La Reserva Nacional Tambopata es una de las primeras en el Perú en impulsar una propuesta para ampliar su oferta turística e incluir a todos los sectores de la población, incluyendo a personas con discapacidad, adultos mayores y familias con niños pequeños.


En agosto del 2019, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) inauguró un sendero elevado de madera, que tiene un largo de 2,800 metros. Parte desde el puesto de control de la Reserva Nacional Tambopata y llega hasta el muelle de embarque del lago Sandoval. Esta vía ha permitido reducir el tiempo, de tres horas a 45 minutos. Además, cuenta con señalética interpretativa; zonas de embarque y desembarque en sus puntos de partida y llegada.


Chan Chan


La ciudad de adobe más grande de América y capital de la civilización Chimú, se ubica en la provincia de Trujillo, en la costa norte del Perú. En 1986 fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.  


En el interior del complejo arqueológico, cuya construcción se remonta al año 600 d.C. se aprecian plazas, almacenes, viviendas, talleres, mercados y templos que albergaban a una población que en su máximo esplendor llegó a sumar 20,000 residentes. 


En la urbe, que abarca una extensión de 20 kilómetros cuadrados, destacan 10 palacios y conjuntos amurallados, entre los que destaca Nik An, que en lengua chimú significa "Casa del Centro”. Esta constituye la mayor ilustración de la importancia del recurso hídrico, particularmente del mar, y del culto que se le rendía en la cultura chimú. 





Los altos relieves de las paredes de esa edificación representan peces que avanzan hacia el norte y el sur, lo que puede interpretarse como representativos de las dos corrientes que marcan la costa peruana: la de Humboldt, que es fría y procede del sur; y la de El Niño, que viene del norte y es cálida. También se aprecian figuras de olas marinas, redes de pesca, pelícanos y lobos marinos.


Una característica arquitectónica en Chan Chan es la forma rectangular de sus plazas y predios, dispuestos con orientación norte-sur. El diseño constructivo evidencia un notable grado de planificación en su construcción y los accesos principales están ubicados en dirección norte.

Pampa de la Quinua


Situada a 37 kilómetros de la ciudad de Ayacucho se encuentra la Pampa de la Quinua, en el Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho, creado el 14 de julio de 1980 y escenario de la célebre Batalla de Ayacucho, librada el 9 de diciembre de 1824, que selló la independencia de Sudamérica del dominio colonial español.


El santuario está emplazado en una planicie elevada y de cierta pendiente a 3,350 metros de altitud. Debido a su privilegiada ubicación geográfica, es un mirador natural desde donde se puede observar los paisajes de la campiña ayacuchana. Este escenario cobra especial importancia este año al celebrarse el bicentenario de la Batalla de Ayacucho y de la consolidación de la independencia del Perú.


Chavín de Huántar


Es un sitio arqueológico que funcionó como centro ceremonial y de peregrinación construido por la sociedad cultural preínca Chavín, que se desarrolló en el periodo denominado Horizonte Temprano, entre los años 1,500 y 300 antes de Cristo. 


Descubierta y estudiada inicialmente por el célebre Julio C. Tello, el padre de la  arqueología peruana, la cultura Chavín es considerada una cultura matriz y la primera gran cultura unificadora de los Andes.


El sitio arqueológico está ubicado en el distrito de Chavín de Huántar, en la provincia de Huari del departamento de Áncash, en la confluencia de los ríos Huachecsa y Mosna, tributarios al río Marañón, sobre el flanco oriental de la Cordillera Blanca y el Callejón de Conchucos, a una altitud de 3,180 metros sobre el nivel del mar. 


Tiene una extensión de 14.79 hectáreas y un perímetro de 1,911 metros. Este lugar acogió a personas de diferentes latitudes, distancias e idiomas, convirtiéndose en un importante lugar de convergencia cultural y religiosa en el antiguo Perú.


Chavín de Huántar está conformado por un conjunto de estructuras, entre las que destaca el llamado Castillo o Templo Mayor cuya arquitectura monumental se revela a través de las plataformas, escalinatas, plazas y atrios que permitieron albergar a cientos de personas. 


Los pasajes, galerías y ductos de acceso restringido fueron utilizados por los sacerdotes que dirigían el culto para persuadir a los devotos seleccionados, a través de diversos ritos y efectos sensoriales de los valores de su religión, aislando de esta manera las actividades del mundo externo y del interno, de la luz y de la oscuridad. 

Selva peruana


La selva peruana abarca la mayor parte del territorio peruano, con alrededor del 60% y acoge el nacimiento del río Amazonas, el más caudaloso y extenso del planeta. El bosque amazónico peruano es uno de los más extensos y junto con el río Amazonas es el hogar de una de las mayores variedades de especies fauna y flora del mundo, muchas de ellas únicas.


El río Amazonas cuenta, desde enero de 2020, con la distinción de Jerarquía 4 en turismo, al ser reconocido como un recurso turístico de importancia nacional, de gran significación para el mercado turístico internacional y capaz de motivar, por sí solo, un gran flujo de visitantes.


La selva peruana alberga también a muchas comunidades indígenas que poseen una enorme riqueza cultural ancestral y contribuyen decididamente a la conservación de este importante patrimonio natural clave para la supervivencia humana.


La Amazonía peruana cumple un rol clave en la mitigación de los efectos del cambio climático al ser uno de los pulmones del planeta y captar una importante cantidad de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono o CO2.   


(FIN) LZD/MAO
JRA


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Publicado: 28/7/2024